La televisión, la publicidad y la dinámica de tiempo que ellos imponen (mientras más rápido todo, mejor) han cambiado no pocas reglas de los deportes. Baloncesto, judo y ciclismo son ejemplos visibles en épocas recientes sin olvidar el canotaje, atletismo, boxeo y hasta el béisbol. Una de las disciplinas que más temprano recibió la influencia de cambiar para ganar más espectáculo y reducir la duración de los partidos fue el voleibol.
El tradicional sistema de puntuación, identificado como “cambio de saque” y que pactaba el encuentro al mejor en cinco sets de 15 puntos cada uno, fue dejado atrás luego del campeonato mundial celebrado en 1998, en Japón. Se inició entonces la era del sistema rally point, en la que cada jugada vale un punto y se introduce al líbero para equilibrar la relación ataque-defensa.
La pizarra se elevó a 25 cartones y se mantuvo que para dominar a un rival había que imponerse al menos en tres de los cinco parciales. Con esa solitaria modificación se rebajó como promedio entre 30 y 45 minutos por desafío. Como todos los cambios recibió resistencias iniciales, pero en par de temporadas jugadores, entrenadores y públicos apenas se acordaban del anterior reglamento.
Casi 20 años más tarde, las grandes cadenas de televisión exigen otro nuevo paso para disminuir más la duración de las transmisiones.
Fórmula a prueba
Desde la temporada 2012-2013 la Federación Internacional de Voleibol (FIVB) viene pensando qué hacer ante la exigencia de los “dueños mediáticos” del deporte. Un primer ensayo se produjo en la Liga brasileña y el campeonato mundial sub-23, al rebajar a 21 puntos cada set, lo cual solo dejó una reducción de 4 a 6 minutos por segmento y una desaprobación mayoritaria de los verdaderos protagonistas de la malla alta. En febrero de este año volvió a sentirse la presión del tema y fueron convocados varios entrenadores para Lausana, Suiza.
Tras par de días de debates propusieron probar la fórmula de jugar siete parciales a 15 puntos, lo cual fue respaldado a inicios de mayo por el Consejo de la FIVB al decidir que se realicen así los mundiales sub-23 de ambos sexos, previstos para agosto en Egipto (la rama masculina) y septiembre en Eslovenia (la rama femenina).
Por otro lado, también se decidió eliminar el “corralito” o línea de restricción de los entrenadores; se pretende sancionar a quienes realicen saltando el saque y caigan dentro del terreno de juego; mientras se eliminarán los dos tiempos técnicos que se conceden ahora cuando un equipo llega primero a los 8 y 16 puntos. ¿Se modifica la esencia del deporte? ¿Veremos más calidad? ¿Será necesaria una mejor preparación física? ¿Hasta cuándo la televisión será la rectora de más cambios? ¿Cuán cerca está de asumirse eso para todas las categorías?
Repercusión y respuestas
Desde que se dieron a conocer estas nuevas reglas, muchos criterios a favor y en contra son posibles encontrar en Internet. El profesor argentino Leonardo Pieroni no está de acuerdo con la medida porque la considera una concesión innecesaria en pos de más dinero, no de un voleibol más vistoso.
Para el sudamericano sería fundamental “cambiar otras cosas que considero incluso más importantes para prevenir lesiones, como el tema de la invasión de los pies al campo rival, pero sin duda eso no representa tanto para el gran negocio final”, escribió en un artículo publicado en la prensa local. Por su parte, el preparador principal de nuestra selección varonil, Nicolás Vives, es más analítico a la hora de emitir un criterio. “Eso será una prueba y siempre tendrá cosas buenas y malas.
Lo previsible es que se le restará potencia al saque, habrá que cometer menos fallas y contar con jugadores más técnicos”. Con respecto al tema de la preparación física comentó que puede mantenerse como se hace en la actualidad, a pesar de que muchos consideren que jugar siete sets puede resultar más agotador. “Quizás la bola se mantenga más en el aire y veamos juegos de más calidad, pero las limitaciones a los voleibolistas que sacan saltando es lo más fuerte que aprecio”.
Nuestras dos selecciones nacionales de menores de 23 años enfrentarán la nueva fórmula en la lid universal y para ello se preparan desde ahora, con par de meses de antelación. Lejos de pensar en qué puede favorecer o perjudicar, de acuerdo a las características de nuestros jugadores, se impone asumir el reto con una dinámica técnico-táctica superior a la mostrada hasta hoy.
Sea cual sea la determinación oficial de la FIVB después del modelaje previsto, los remates, bloqueos, pases y defensas parecen estar cercanos a un nuevo replanteo. Que el voleibol tenga siete vidas suena pintoresco e inconcebible para algunos. Lo más lamentable es reconocer que su asunción o no dependerá de lo que digan publicistas, productores y gerentes de televisión, y no de lo que suceda y digan los actores en el taraflex.