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Más que animales de laboratorio

Hay muchas cosas que, aunque no sean novedad, parecen raras en el Centro Nacional para la Producción para Animales de Laboratorio (Cenpalab). ¿Qué relación tiene con la industria azucarera, los sistemas de posicionamiento global (GPS), la producción ovino-caprina y de avestruces, o el cultivo superintensivo de camarones?

El aseguramiento de las condiciones de trabajo es vital para el desempeño de
los trabajadores de Cenpalab.Fotos: René Pérez Massola

 

Aunque resulte extraño, desde allí se promovieron la automatización de los ingenios, se hizo el montaje y seguimiento de los GPS que hoy emplean los medios de transporte, crearon sistemas para la camaronicultura y apoyaron diversidad de programas, todos bajo la dirección atenta del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, quien tuvo la idea de crear este centro hace casi 35 años.

Lo más sorprendente está en esos módulos, donde 35 trabajadores (profesionales y técnicos) semejan ser astronautas o médicos que combatieron el ébola, pues laboran con trajes especiales y estrictas condiciones de esterilidad, que los han habituado a almorzar a las ocho y treinta de la mañana y bañarse con agua ozonizada antes de entrar. Una vez en ellos y durante toda la jornada, les está prohibido hacer alguna de sus necesidades fisiológicas, conversar y hasta rascarse la nariz.

Cenpalab es una institución científica, productiva y de servicios, altamente especializada para el desarrollo de animales de laboratorio y la ciencia agropecuaria; produce animales, alimentos, medios biológicos y equipos de alto valor agregado; realiza consultoría en proyectos de investigación e innovación tecnológica, todo lo cual respalda el capital humano categorizado, con sentido de pertenencia y enfocado en la satisfacción de las demandas.

“Me enamoré de los ratones”

En Cenpalab coexisten 17 líneas y sublíneas de animales de laboratorios

 

No fue a primera vista, pero Dasha Fuentes Morales, Doctora en Ciencias Veterinarias, confiesa que después de trabajar unos días con ellos, se enamoró de los ratones. “Al principio me puse mal; en la carrera no hablan de esta especie, pero son muy buenos por su tamaño, son fáciles de alojar, tienen un ciclo reproductivo rápido y su genoma está completamente secuenciado.

“Yo los manipulo, los inyecto, les pongo tumores, los voy midiendo y además soy patóloga, lo que me permite analizar sus órganos a ver qué pasó con los medicamentos inoculados.

“Para este tipo de investigaciones ya no sirven los animales en su estado natural; empleamos a los que se les ha modificado la información genética. Se les inserta o anula determinado gen, y eso provoca que expresen características particulares para que en estos estudios podamos llegar hasta la escala molecular tanto de la fisiología de las enfermedades como del tratamiento aplicado”.

Una de las novedades del centro es el estudio del biomodelo denominado ApoE: “Por técnicas de biología molecular a los ratones se les anula un gen, el de la Apolipoproteína E (tiene que ver con la circulación de lípidos) y, espontáneamente, hacen hipercolesterolemia y placas de ateroesclerosis, por lo cual se expresan como una persona con colesterol alto y ateroesclerosis.

“Con el avance de la edad, como esta proteína está vinculada con el metabolismo de las grasas, se les afecta su transporte en el cerebro, lo que puede provocar Alzheimer, por lo que son empleados también como modelos de la enfermedad: analizamos sus manifestaciones, posibles diagnósticos y tratamientos.

“Los últimos estudios los hacemos con biomodelos inmunodeficientes: ratones que les falta el timo (órgano del sistema inmune), una mutación que apareció espontáneamente relacionada con la ausencia de pelos, son desnudos, por lo que aceptan tejido de cualquier otra especie. A ellos se les inocula un tumor de humanos para evaluar terapias antitumorales; los fármacos producidos en Cuba se validan con ese tipo de animales”.

Dasha Fuentes, quien hizo su doctorado en la obtención de la vacuna contra el cáncer de pulmón que liderea el Centro de Inmunología Molecular, aseguró que no es en Cuba donde se hizo esa manipulación genética, sino en grandes transnacionales. “El logro es importarlos y mantenerlos en nuestras condiciones”.

En la larga lista de resultados relevantes de Cenpalab aparece como la más novedosa la obtención de la Gamma hiperinmune a Distemper (DISglobin), microorganismos eficientes que intervienen en la degradación de la materia orgánica, y reducen la contaminación del medio ambiente, y logran presencia estable de sangre total de ovinos usada como medio de cultivo en la red hospitalaria del país.

Ello repercute en la sustitución de importaciones, con lo cual ahorran al presupuesto del Estado aproximadamente 32 millones de dólares anuales. Los ingresos por la comercialización y los servicios los sobrecumplen desde el 2013, con valores acumulados superiores a los 4 millones 500 mil CUC.

Una fuerza más

La estabilidad del colectivo y el funcionamiento sindical se convierten en una fuerza más para lograr los objetivos de trabajo que establecen a principios de cada año, y controlan en cada área de trabajo. La asamblea de afiliados tiene un rol esencial, pues allí realizan análisis mensuales y surgen los principales planteamientos, que hoy se concentran en la necesidad de mejorar la transportación obrera.

“Los trabajadores han ganado una cultura económica, y se han ido resolviendo asuntos importantes como la alimentación. No hay enfermedades profesionales, y garantizan los medios de protección y la salud de las mujeres y hombres de Cenpalab”, afirmó Sonia Lugo Marante, una investigadora que es secretaria general del buró sindical desde hace 22 años.

En su consideración, la mejor atención al trabajador es la ocupación de sus necesidades y el empuje para que cumplan los planes de ingresos, lo cual repercute en el incremento salarial: “Aquí todos estamos vinculados a los resultados y el salario promedio mensual es de mil 49 pesos”.

A la infinidad de distinciones que ostenta el centro se sumó el reconocimiento Por las Sendas del Triunfo, que entrega la Central de Trabajadores de Cuba en virtud de los méritos científicos, productivos y económicos.

Para Roberto Negret, aquel técnico en inseminación artificial que llegó al naciente Cenpalab desde la finca Los Naranjos, en Caimito, lo más notorio de este colectivo es la consagración: “Me acostumbré a los encuentros con el Comandante en Jefe. Llegaba a la vaquería y averiguaba todo sobre el control pecuario, el nacimiento de cada ternero, cuáles eran los padres, en fin.

“Luego vino la etapa de la ejecución de Cenpalab: Fidel escogió esta zona del municipio de Boyeros por ser un lugar alto, fresco, alejado de la ciudad y cerca del aeropuerto, por lo que sería fácil el traslado de los animales desde este último hasta aquí. Trabajábamos hasta bien entrada la noche, apoyando a los constructores, y al día siguiente entrábamos puntualmente”.

El 5 de octubre de 1982, al aprobar el proyecto de inversión, el Comandante en Jefe anticipó que este sería “un complejo científico de nuevo tipo”. Recorriendo esas sendas andan más de 530 profesionales, técnicos y obreros, abrazados a la idea de alcanzar eficiencia y calidad en cada uno de sus resultados para hacer, como previó también Fidel “un monumento a la tecnología cubana”.

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