Se sabía de antemano que resultaría un hueso duro, el enfrentamiento de cuartos de finales para los Domadores de Cuba, dentro de la VII Serie Mundial de Boxeo.
El rival de turno, los Tigres de Uzbekistán, si bien anclaron terceros en la llave C por detrás de los Astaná Arlans de Kazajstán y los Patriotas de Rusia, en el denominado grupo de la muerte, fueron nada menos quienes dominaron por naciones la lid boxística de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, con foja de tres coronas —igual número que los discípulos de Rolando Acebal—, dos subtítulos y exacta cantidad de terceros escaños.
El balance de 3-2 favorable a los euroasiáticos en el formato C-1, en el primero de los duelos pactados, coloca sobre el tapete lo cerrado de la porfía y, al mismo tiempo, la necesidad de no cometer errores para hacer realidad la pretensión de nuestra escuadra (viable, más allá del desliz) de retener la corona por países dentro del atractivo certamen.
Digámoslo de otra manera: a esta altura del torneo las figuras que están llamadas a echarse sobre sus hombros el avance del conjunto no pueden fallar, de lo contrario peligra el propósito trazado. La exigencia en este tramo y el hecho de que cualquier detalle hace la diferencia, deben operar como brújulas.
Cuba pudo ganar de visitante en el cartel efectuado en el anfiteatro al aire libre Mojiza, en la ciudad de Samarkanda, pero Arlen López no cumplió con la tarea asignada.
El guantanamero, quien deslumbró a todos con una actuación perfecta en el pasado ciclo, no solo cayó ante el púgil colombiano Jorge Vivas Palacios en la etapa clasificatoria, sino que ahora fue maniatado, de punta a cabo, por Israil Madrimov, un adversario que está lejos del nuestro en palmarés internacional.
Una pregunta toma fuerza con lógica entre los aficionados, ¿por qué se le dejó pelear si, a todas luces, se ve lento, descoordinado y distante de la forma física que exhibió en el pasado?
Excelente por el matancero Andy Cruz (64 kg) y el hombre del Guaso Erislandy Savón (91 kg), quienes doblegaron como se pronosticó a Ikboljon Kholdarov y Sanjar Tursunov, respectivamente Estaba también en el horizonte la posibilidad real de que cayeran, y así sucedió, el camagüeyano Johanys Argilagos (49 kg) y el yumurino Javier Ibáñez (56 kg), por ese orden, ante el campeón olímpico Hasanboy Dusmatov y el bronceado a dicho nivel Murodjon Akhmadaliev.
Con el C-2 como baluarte —Yosvany Veitía (52 kg), Lázaro Álvarez (60 kg), Roniel Iglesias (69 kg), Julio César La Cruz (81kg) y José Ángel Larduet (+91 kg)— debemos repletar el coliseo de Vía Blanca y Boyeros este viernes para respaldar a un elenco de estirpe guerrera que tiene clara las metas a cumplir en este encuentro definitorio.
En el resto de los choques los Astaná Arlans vencieron 3-2 a los Patriotas de Rusia, en Kemerovo, lo mismo que los Gallos Peleadores de Francia a los Corazones de León británicos, en París, y los Truenos de Italia, en Roma, a los Heroicos de Colombia.
