Por: Elaine Caballero
Hay artistas que buscan la inspiración en el mundo externo, siendo esto una condicionante de su obra para reflejar al hombre y el tiempo que habita. Pero existen otros que examinan en su interior y encuentran ese impulso primigenio, el cual hace del lienzo una verdadera manifestación del yo interior, de los fantasmas, recuerdos y contradicciones que albergan en su memoria. Diana Montes de Oca Alemán pertenece a la segunda categoría: los que crean a partir de experiencias y placeres personales.
Su primera exposición, Flashazos en mi memoria, inaugurada en el Espacio Altamira, sita en calle O entre 19 y 21, estará a disposición del público hasta el 8 de mayo.
Con respecto a la muestra, su autora expresó: “Interpreto el presente a partir de la influencia que han marcado las situaciones de mi pasado. Hago referencias a lugares, momentos, he incluso objetos y emociones que han sido cruciales en este viaje interminable que me ha llevado a lo que soy ahora y seguiré buscando lo que realmente me completa. Es principalmente lo que motiva mi obra”.
El predominio del color negro es una de las constantes en las piezas, las cuales hacen referencia a distintos fenómenos de la vida: la música, los primeros niveles de enseñanza, la tristeza de una fémina encerrada en su ser, espacios íntimos, entre otras cuestiones ineludibles de la existencia humana.
Otra de las tonalidades imperantes es el blanco, lo cual hace un contraste perfecto con las zonas oscuras. Lo anterior también refleja la dualidad de este sistema de cosas: solo el hombre conoce algo en profundidad cuando ha visto, comparado y contemplado lo opuesto, una verdad incuestionable.
Es posible acceder mediante tales experiencias a encuentros con recuerdos personales que en algún momento hemos experimentado. La sensación de permearse con lo expuesto allí es inevitable.
Flashazos en mi memoria marca el inicio de Diana Montes de Oca Alemán como creadora, un camino donde de seguro ofrecerá certeros motivos para confiar en su arte.
