Eran las tres de la mañana y Dayneris Fernández Piñirí, a sus ochos años de edad fue la encargada de levantar a todos en su casa. Desde muy pequeña, cada año, el Primero de Mayo se alista para asistir a la Plaza de Revolución en Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz junto a su abuelo Alcibiades Piñirí Castillo, trabajador jubilado del Ministerio del Interior.
“Ella siempre viene, pero este año es muy importante porque Fidel no está con nosotros y debemos demostrar que seguimos sus ideas y que la juventud también está con la Revolución”, aseveró Alcibiades.
Por eso en la provincia agramontina, alrededor de 3 mil jóvenes de todos los sectores abrieron el desfile y a las 7 y 15 minutos alzaron su voz para patentizar el concepto de Revolución.