Muchos pudieran pensar que, luego de 57 años de su desaparición física, poco o nada queda por contar acerca de la vida revolucionaria del comandante Camilo Cienfuegos. Sin embargo, tal conjetura se desvanece cuando, inesperadamente, nos encontramos con nuevas anécdotas que se suman al legado de quien fue, y sigue siendo, uno de los dirigentes más queridos de la Revolución cubana.
Así lo demuestra el libro Cien fuegos de sonrisas, de la narradora y poetisa Elvia Rodríguez Carballo, publicado por la Casa Editorial Verde Olivo y presentado en el Complejo Monumentario Nacional Camilo Cienfuegos, en Yaguajay, durante la recién celebrada Feria del Libro en la central provincia de Sancti Spíritus.
Meses atrás, Trabajadores conversó con la autora, quien confesó que la motivaron a escribirlo “los recuerdos que me quedaron dentro sobre los dos meses y 23 días de permanencia de Camilo en territorio de Yaguajay, y las vivencias atesoradas por mis compañeros y vecinos. Hacerlo ha sido la realización de un sueño”.
De fácil lectura, la obra atrapa desde el primer momento por su ternura, y muestra un indisoluble y entrañable nexo entre el jefe rebelde y los yaguayajenses, surgido durante las últimas semanas de la lucha contra el régimen tiránico de Fulgencio Batista, y consolidado por las frecuentes visitas que después del triunfo revolucionario aquel realizara a ese terruño donde se ganó el título de Héroe de Yaguajay.
Por eso, afirma René González Barrios, Presidente Instituto de Historia de Cuba, en el prólogo, este libro no es una biografía más, sino “una hermosa crónica en la que el testimonio y el ensayo se dan la mano, para revelar el impacto y la impronta de su presencia en la memoria colectiva de aquella localidad”.
La autora confirma esa aseveración cuando nos aseguró: “Es como si Camilo aún estuviera en Yaguajay, cuya vida histórica se resume en el complejo escultórico a él dedicado”.