¿Qué es la trata de personas, en qué se diferencia del tráfico de migrantes, quiénes son las víctimas y los victimarios? A algunos de estos temas se acerca Trabajadores a propósito de la visita que realizara a Cuba Relatora Especial sobre los derechos humanos de la ONU, Maria Grazia Giammarinaro
Amalia Ramos Ivisate y Yimel Díaz Malmierca
“Mi papá era muy pobre y no tenía dinero para mi boda. Una mujer le recomendó que me mandara a la India para casarme con un hombre de allá. Nos dijo que no teníamos que pagar nada, y que la familia del hombre se encargaría de todo. Nos pareció una oportunidad ideal. Cuando llegué a la India, me vendieron a un prostíbulo”. Esta confesión, hecha por una niña de Bangladés víctima de la trata de personas, aparece en un documento que advierte sobre ese flagelo y que fue publicado en el 2006 por varias instituciones mexicanas, así como por la Organización Internacional para las Migraciones y la Comisión Interamericana de Mujeres.
Declaraciones similares han servido para alertar sobre ese delito de lesa humanidad a través de diversos medios, sin embargo, la labor de denuncia, que también promueve la acción, resulta insuficiente cuando entre el 2012 y el 2014 fueron detectados más de 500 flujos de trata en todo el mundo, de acuerdo con el reporte global del pasado año divulgado por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
Si décadas atrás el problema parecía difícil de resolver, las nuevas circunstancias añaden otra condicionante al asunto: el uso de las tecnologías como vía para reclutar personas. En muchas ocasiones, los anuncios de la “oportunidad ideal” han derivado en escenarios de explotación sexual, trabajo forzado, esclavitud o extracción de órganos, con el “consentimiento” —desinformado— de la víctima.
Por la importancia de la cuestión y debido al desconocimiento existente, que provoca el confundir trata con tráfico, Trabajadores propone un grupo de preguntas y respuestas, basadas en los documentos mencionados, además del Protocolo contra la trata y el informe global que realizó la ONU el pasado año sobre el tema.
¿Qué es la trata de personas?
La ONU la define como la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, al recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra con fines de explotación.
¿A qué tipo de explotación se refiere lo anterior?
A la prostitución ajena u otras formas de aprovechamiento sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a ella, la servidumbre o la extracción de órganos.
¿Cuál es la diferencia entre trata de personas y tráfico de migrantes?
Ambos fenómenos pueden estar relacionados, pero son distintos. En contraste con el concepto anterior, por tráfico de migrantes se entiende la facilitación de un cruce de fronteras sin cumplir los requisitos legales o administrativos con el propósito de obtener directa o indirectamente un beneficio financiero u otro de orden material.
No todo tráfico de migrantes implica necesariamente trata de personas, ni todos los casos de trata significan tráfico de migrantes. La traducción del inglés tiende a confundir. “Trafficking” debe traducirse como “trata” (explotación forzada), mientras “smuggling” debe traducirse como “tráfico” (contrabando o transporte ilegal).
¿Cómo opera la trata de personas?
Fase 1 (Enganche): El tratante recluta a la víctima de forma indirecta mediante anuncios en medios impresos, contactos por internet, referencias de familiares o conocidos, supuestas oportunidades de empleo, agencias de reclutamiento, ofrecimiento de cursos, agencias de viajes, escuelas, cantinas, manipulación sentimental a través del noviazgo o matrimonio, entre otros. Es decir, en todos estos casos, el reclutamiento depende parcial o totalmente del uso del engaño, aunque también existen situaciones en las que se les secuestra o se les fuerza a través de la violación y el sometimiento.
Fase 2 (Traslado): Una vez reclutada la víctima, habrá de ser trasladada al lugar de destino donde será explotada. Esto puede ser a otro punto dentro del mismo país (por ejemplo de una zona rural a una ciudad, lo que se conoce como trata interna) o a otro país.
Fase 3 (Explotación): Las formas y mecanismos de explotación son diversos: laboral, sexual, falsas adopciones, servidumbre, reclutamiento militar ilegal o forzoso, tráfico de órganos y prácticas esclavistas.
¿Quiénes son los tratantes?
La trata de personas se realiza principalmente por grupos de delincuencia organizada. Algunas veces son pequeños y aislados, pero en otras se construyen redes o proceden de estructuras familiares organizadas. Además, en muchos casos, las organizaciones criminales no se dedican solo a este delito, sino que establecen vínculos con otras actividades ilícitas como el tráfico de migrantes, armas y de drogas.
Los tratantes y sus víctimas con frecuencia proceden del mismo lugar, hablan igual idioma y comparten el grupo étnico. La mayoría son hombres, aunque el número de mujeres involucradas en este crimen va en aumento en los últimos años.
¿Quiénes son las víctimas más comunes?
Un total de 63 mil 251 víctimas fueron detectadas en 106 países y territorios entre el 2012 y el 2014. Aunque cualquier persona corre el riesgo de llegar a esa situación, la estadística citada aclara que la mayor parte son mujeres, tanto adultas como niñas.