Y de eso se trata, buscar colectivamente soluciones a las principales problemáticas que aquejan a los vecinos, sin perder de vista, como es natural, la actual situación financiera por la que atraviesa el país y que no es teoría, si no práctica, tomar en cuenta los planteamientos que emanen de estos encuentros en la toma de las principales decisiones gubernamentales; aunque las necesidades, muchas de estas acumuladas, sobrepasen las posibilidades reales de respuesta material a corto plazo.
Al mismo tiempo debe prevalecer el sentido común sustentado en la agudeza, la sabiduría popular y la cultura de nuestro pueblo como fortaleza que le permita discernir cuando un problema perdura por la desidia de quienes tienen el encargo estatal y social de atenderlo y cuando son razones que escapan a sus dominios las causas que frenan la corrección del asunto que inquieta.
Porque esa mirada a lo externo vale como vale, y se necesita, buscar a lo interno cuánto podemos hacer en materia de respeto a la convivencia social, al mantenimiento de la higiene comunitaria, a preservar ese espacio vital que nos circunda de intrusos, de alteradores del orden, objetivo más fácil de alcanzar desde la unidad.
Ya se compilan los primeros planteamientos y son recurrentes los reclamos relacionados con el reordenamiento del alumbrado público, los arreglos de caminos vecinales y de calles, y la rehabilitación o sustitución de tendederas, según confirma José Serranos Brito, funcionario de la Asamblea Provincial del Poder Popular.
Serranos asegura que en el plan de la economía del primer trimestre fueron incluidos 265 planteamientos, cuyas respuestas requieren de inversiones y de recursos que necesitan ser demandados.
Lo que sí está claro es que juntos somos más fuertes y en el diálogo aparecerán sabias respuestas.