Es una mujer conocida, cuentan que es de las que se empinan por encima de los obstáculos y encuentra soluciones para defender lo que considera, incluso aquello que sabe está más allá del horizonte.
Con la elegancia que proporciona la sencillez y la sonrisa leve que le adorna el rostro a Marisel Pino González, presidenta del Consejo Popular Hatillo-Yabú del municipio de Santa Clara y Diputada al Parlamento cubano durante las legislaturas VII y VIII, suele vérsele calmada, pero atenta, preocupada y ocupada por lo que sucede a su alrededor.
Desde esa zona periférica de la ciudad capital de Villa Clara, Marisel ha desbordado sus dotes de maestra para convertirse en servidora del pueblo. “Ser maestra siempre me reconfortó porque no hay mayor satisfacción que la triunfadora mirada de los niños cuando aprender a escribir o leer”.
Y con esa misma dedicación, sin despojarse del magisterio, se ha entregado a labores de gobierno. Recorre los 93 kilómetros cuadrados de su Consejo Popular lo mismo a pie, que en botella también bicicleta o carretas, acude donde sus diez delegados la llaman manteniendo un vinculo estrechos con ellos y favoreciendo siempre la participación de la comunidad. Está atenta al funcionamiento de las bodegas, de los círculos sociales, los consultorios, el transporte…
“El trabajo con el pueblo atrae y encanta, son ya siete mandatos y quince años como presidenta de este Consejo Popular, aunque es justo reconocer que el programa integral de desarrollo del Valle del Yabú ha dado una oxigenación muy favorable a la comunidad, pero los electores agradecen lo que se haga por ellos y eso es también muy alentador”, confiesa.
“La empresa agropecuaria se ha renovado, ese proceso ha sido beneficioso en cuestiones como la explotación de la tierra, también por los proyectos relacionados con la minindustria específicamente para el procesamiento de frutas y vegetales, temas estos que han sido fuentes de empleo, la filiar universitaria es un elemento que da reconocimiento y las viviendas creadas a partir de la reconversión de escuelas en el campo son muy importantes porque se estabiliza la población”, aseguró convencida de los cambios que se han ido evidenciado en los últimos años en esa zona.
“Se ha avanzado en muchos aspectos como la atención de la salud y el servicio estomatológico, la recuperación de viales, el transporte urbano, en particular el que llega hasta la comunidad Monte Negro donde no existía comunicación, quedan asuntos por resolver como afectaciones eléctricas, mejorar la recreación, aunque se han caracterizado espacios en los círculos sociales los fines de semana, pero siempre el trabajo debe y puede perfeccionarse, ser mejor porque el pueblo lo merece