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Aprovechar todas sus bondades

La diversidad de interpretaciones que se hicieron en el sistema empresarial de la Agricultura al aplicar la Resolución No. 6, del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), conllevaron desviaciones que implicaron pagos de salario sin respaldo productivo durante los primeros seis meses de su instrumentación.

El salario siempre tendrá que corresponderse con el incremento de la producción o los servicios. Foto: Agustín Borrego Torres

 

“Nosotros asumimos que la formación del salario era solo a través del valor agregado bruto, que se convierte en un indicador límite, pero no necesariamente tiene que ser creador del fondo de salario. Descuidamos las producciones físicas, las ventas, las utilidades…”, admitió Adriana Ballester Hernández, directora de Personal del Ministerio de la Agricultura (MINAG).

Tanto la Resolución No. 6 como la 17, que la antecedió, están a tono con el modelo económico aprobado por el VI Congreso del Partido, y buscan la flexibilización de la gestión empresarial, pero “llevarla a hechos implica una preparación muy fuerte de los equipos de dirección del sistema empresarial y de los órganos de la Administración Central del Estado.

“Desarrollamos un proceso de capacitación conducido por el MTSS, mas ella implica una planificación muy ajustada. Hubo causas y condiciones en la elaboración del plan empresarial del 2016 que llevaron a que el proceso no fuera exitoso.

“Al concluir el 2016 hubo modificaciones en los precios, en la forma de calcular el valor agregado bruto que requirió la modelación del mismo; también decisiones del propio perfeccionamiento del ministerio que condujeron a un plan único del sistema empresarial y no desglosado por organizaciones superiores de dirección.

“A esto se une que dicha legislación salió en el mes de abril, cuando ya estaba el plan con sus desviaciones, y el indicador límite de gasto de salario por peso de valor agregado bruto lo habíamos planificado con reservas. No pienso que haya sido totalmente voluntario, sino por la unión de todas esas causas”, declaró Adriana.

Detectado el problema, el consejo de dirección del organismo hizo un exhaustivo análisis de las causas de tales insuficiencias y trazó nuevos derroteros para corregirlas.

Los reajustes del salario realizados posteriormente originaron incomprensiones de los trabajadores, por lo que fueron debatidas en los últimos plenos nacionales del Sindicato Agropecuario, Forestal y Tabacalero, y de la Central de Trabajadores de Cuba. Las reclamaciones presentadas han tenido su debido tratamiento.

Aprender de los golpes

No obstante los resultados globales, hubo grupos empresariales que lograron saldos positivos en la aplicación de la Resolución No. 6, entre los que destacan el Agrícola, el de Logística, el Agropecuario y Forestal Artemisa, Labiofam y el Agroforestal; este último enfrentó el reto de resarcir los daños del huracán Matthew, para lo que requirió la movilización de más de 5 mil trabajadores del sector.

Reinaldo Cuba Medina, director de Capital Humano del Grupo Agrícola, puntualizó que la instrumentación de la No. 6 debió estar precedida de condiciones técnicoorganizativas, capacitación del personal y de una contabilidad certificada que permitiera transparencia en la gestión económica-financiera.

Informó que en su grupo el 99 % de los trabajadores están vinculados a los sistemas de pago por rendimiento, solo el Instituto Nacional de Investigaciones Fundamentales de la Agricultura Tropical (Inifat) no lo aplicó en el 2016 por situaciones técnico-organizativas que no pudieron garantizar.

“Al final del año logramos enmarcarnos en los indicadores directivos del plan, aunque independientemente de eso, siete entidades deterioraron el indicador y se pagaron 7 millones de pesos sin respaldo productivo, en la mayoría de los casos por incumplimientos de los niveles de actividad o por ajustes contables, de evaluación de la producción en proceso y otros elementos que tienen que ver con la contabilidad. Los resultados del 2017 deben ser muy superiores”.

Los principales problemas en Las Tunas se dieron por la falta de correspondencia entre el cumplimiento del fondo de salario e indicadores como las ventas y las producciones físicas, siendo la Empresa Porcina la que mayor deterioro mostró en la relación producción-salario, a pesar de que sí lo consiguieron con las utilidades, un aspecto que ellos incorporaron, explicó Yurixander Escalona, jefe del departamento de Recursos Humanos de la Delegación Provincial de la Agricultura.

“A tales deficiencias se les está dando solución con un indicador que aprobó la Resolución No. 1, del 2017, del MTSS: utilidades por peso de valor agregado, que exige correspondencia de ambos”.

Mientras, en Sancti Spíritus las empresas se ajustaron a lo que habían aprobado como gasto de salario por peso de valor agregado bruto, aplicando un programa del referido consejo de dirección del MINAG. “Tenemos que seguir perfeccionando esta labor para el plan del 2017, y la integralidad de todas esas medidas de la Resolución No. 6, corrigiendo los errores del año anterior”, precisó José Alberto Pérez, jefe del Departamento de Personal de la Delegación Provincial de la Agricultura.

“Las empresas que tuvieron algunos problemas en los primeros nueve meses del año y como estaba indicado, hicieron un programa de análisis con los trabajadores, con el sindicato al frente, en el cual se les explicaron los problemas de planificación y cuál era el nuevo plan; también aceptamos los errores, y hay comprensión en los colectivos, aunque tenemos que seguir perfeccionando la aplicación de los sistemas de pago”, aseveró.

Reinaldo Cuba, del Grupo Agrícola, concordó con otros entrevistados en que a nadie que se le afecte el salario entiende, pero “la Resolución No. 6 estableció, igual que la 17, que cuando el indicador directivo se incumple hay que afectar el pago por resultado. A partir de enero se agregó a los parámetros directivos y límites el de utilidad antes de impuesto por peso de valor agregado bruto, y tiene como objetivo que las entidades no distribuyan salario incumpliendo el mencionado indicador”.

Para Adriana Ballester, el resultado final del año no es favorable, pero lograron detener las desviaciones que se habían observado. El plan del 2017, aprobado por el Ministerio de Economía y Planificación, elimina las reservas, el salario se forma a partir de las ventas, que son la máxima expresión de la producción o los servicios que se brindan como resultado de la eficiencia del sistema empresarial.

Aplicar esta directriz exige una implementación en cada sistema empresarial a partir de interpretar los resuelvos que plantea. El país no puede legislar para todos los sistemas; sin embargo, cada uno tiene sus particularidades.

“De los grandes problemas también salen soluciones: nos hemos dado cuenta que la utilización del Versat Sarasola (sistema económico integrado), va a permitir transitar hacia la certificación de la contabilidad, que era algo muy atrasado en nuestras empresas.

“La Resolución No. 6 es muy revolucionaria, pero nos lleva a gestionar integralmente una organización: es positivo el incremento de la participación de los trabajadores en la gestión empresarial. Siempre habrá cosas perfectibles; lo máximo será aprovechar todas sus bondades”.

 

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