El montaje de una nueva caldera de cuatro toneladas en áreas de producción de la Empresa Láctea en Las Tunas materializa el objetivo de seguir introduciendo mejoras continuas en el proceso, asegura Frank Gil Kooton Gómez, jefe del departamento de Mantenimiento e inversión en la entidad.
Kooton confirma que a este nuevo medio se suma otro similar del que ya disponían y de esta manera se eliminan las paradas forzadas por mantenimientos programados o roturas.
El programa ha hecho posible, además, la rehabilitación de un condensador evaporativo que tributa a similar proyecto y hace más eficiente el trabajo, porque proporciona un mayor aprovechamiento de los recursos disponibles en el área de clima, donde esperan el montaje de otro equipo.
El directivo enfatiza que la nevera central, también, ha sido objeto de varias intervenciones que ya dan sus frutos y refiere que primero le hicieron una antecámara, en la cual depositan los productos calientes, y luego la dividieron en dos secciones.
La intención de perfeccionar el quehacer es palpable en las labores que acometen actualmente en el laboratorio central, un pilar en la certificación de la inocuidad de los alimentos que elaboran: yogurt, natural y de soya; leche descremada; diferentes tipos de cremas y quesos, que abastecen a la canasta básica, los mercados especializados y la tiendas recaudadoras de divisas.
“Esas acciones de reparación, explica, nos permiten separar los alimentos de acuerdo con sus características y exigencias de refrigeración, lo que ayuda a mantener su calidad, pues evita deterioros.”
Alega que ese programa es una respuesta concreta al llamado de ahorrar electricidad, uno de los portadores energéticos del que les han disminuido cantidades por las consabidas limitaciones financieras que atraviesa el país.