La joven Yaima de Armas Sánchez, quien se desempeña como asesora de programas en el telecentro Tele Turquino, de la provincia de Santiago de Cuba, siente que sus derechos de superación profesional han sido mancillados por actitudes sexistas.
Así lo expresa en carta enviada a esta sección, en la que expone los argumentos de lo que considera un hecho discriminatorio, en tanto de manera reiterada, y durante un curso de habilitación para camarógrafos realizado en su centro laboral, tuvo que enfrentarse a manifestaciones machistas que definitivamente desencadenaron en un suspenso como calificación final.
Explica Yaima que la acción de capacitación concluyó hace poco y duró alrededor de un año, con tres mujeres en la relación de alumnos matriculados y la advertencia de que la tercera ausencia era causa de baja, aun cuando en los reglamentos establecidos por escrito no estaba consignado de ese modo.
“En la primera parte del curso estuvieron controladas la asistencia, la puntualidad y las evaluaciones. Sin embargo, la parte práctica fue lo contrario”, argumenta.
Acota Yaima que a esta última etapa solo llegaron dos mujeres, ella incluida, sin que en ningún momento menguara su interés y motivación por alistarse como camarógrafa; todo lo contrario, “me preocupé por superarme porque ya venía observando actitudes machistas”.
Pero, lamentablemente, el 3 de enero del 2017 enfermó con una crisis asmática persistente que la mantuvo 21 días con certificados médicos, los cuales entregó en tiempo. “Todos los directivos del telecentro conocían mi situación y al reincorporarme, me preocupé por saber el estado del curso y la información fue que estaba de baja”, subraya la lectora.
Según precisa, a partir de lo anterior comenzó lo que ella califica como “un peloteo”, en tanto cada profesor del curso que fue a ver en busca de los porqués, la remitía a otro, incluso uno de ellos “me dijo que para qué reclamaba si en definitiva las plazas de camarógrafos ya tenían nombre y apellido”.
Ella insistió una y otra vez en lo que considera su derecho a superarse y ante tal actitud le dijeron que tendría una respuesta.
Comenta que en la espera conoció que estaban haciendo las pruebas finales de cámara y se presentó ante el profesor para realizarla, sin embargo, este manifestó “con mala forma y despectivamente que yo no estaba en el curso, que me fuera”.
Ante tal reacción acudió a la especialista en capacitación, la subdirectora y la directora de Tele Turquino, quienes la atendieron y propiciaron que le dieran la posibilidad de hacer prácticas con la cámara y efectuar la evaluación correspondiente.
Durante la espera supo que fue engañada, pues sí estaba en la relación oficial de alumnos que debían ser evaluados, soportó vejámenes de uno de los profesores que la calificó a ella y a la otra compañera como incapaces para graduarse como camarógrafas, y se enfrentó a un examen de alrededor de ocho órdenes mientras sus compañeros solo tuvieron que ejecutar entre dos y tres.
Finalmente escribe Yaima “puede que esta carta me traiga represalias en lo laboral, pero aun así es necesario dar a conocer que existen personas que pisotean las conquistas forjadas por la Revolución para el desarrollo de la mujer cubana”.