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Cartas de presentación de la lepra

Por Raiza Arango Medina y Alina M. Lotti

Hacer alusión a la lepra provoca, en ocasiones, que las personas recuerden aquellas imágenes de individuos que vagaban con desgarradoras heridas en la piel y eran marginados por la sociedad.

“Siempre se está investigando sobre la lepra en Cuba y el mundo. Podemos estar orgullosos del Programa Nacional de Lepra”. Foto: René Pérez Massola

 

Aunque hoy la realidad es otra, tampoco se puede afirmar que en el país no existe tal enfermedad. En el año 2000 la Organización Mundial de la Salud (OMS) se propuso que la lepra dejase de ser un problema de salud a nivel global. Cuba alcanzó su meta en 1993, con una tasa de 0,8 de prevalencia en la población.

“Realmente es una enfermedad transmisible, pero muy poco contagiosa, en ello intervienen una serie de factores. Para que la persona se enferme, además del contacto directo, mantenido y bien prolongado, es necesario que tenga desde el punto de vista inmunológico debilidad ante el bacilo que la produce”, precisó a Trabajadores la doctora Fernanda Pastrana Fundora, vicepresidenta de la Sociedad Cubana de Dermatología, especialista de II grado, profesora consultante e investigadora auxiliar del hospital pediátrico Juan Manuel Márquez.

O sea, ¿se puede estar en contacto con pacientes enfermos sin contagiarse?

Sí, se pueden enfermar unos cuantos y otros no. Siempre les pongo este ejemplo a mis alumnos: hay una madre con una lepra lepromatosa (es la que transmite), tiene cinco hijos, y la llevan para una isla. Al paso de los años el diagnóstico arroja tres sanos, uno con el tipo tuberculoide (hasta ahora es la que se cura espontáneamente), y otro con sintomatología similar a la progenitora.

Lo importante es saber que la lepra tiene tres verdades, según la doctora Pastrana: se cura, con las primeras dosis del medicamento deja de ser transmisible, y el tratamiento temprano evita las discapacidades.

El reservorio es exclusivamente humano y la vía de transmisión es a través de secreciones
nasales y gotas de saliva, precisó la doctora Pastrana. Foto: Cortesía de la entrevistada

Actualmente sin temores

Un eminente dermatólogo mexicano dijo que “la lepra es el termómetro de la civilización”. Es una de las enfermedades más antiguas que recuerda la humanidad, conocida también como mal de Hansen, en ho nor al médico noruego Gerhard Henrik Ar mauer Hansen, quien en 1873 identificó el ba cilo causante de este padecimiento, el Mycobacterium leprae.

Sin embargo, la imbatibilidad de este bacilo frente al desarrollo de la ciencia ha hecho imposible el cultivo in vitro (en el laboratorio) del bacilo, lo que no ha permitido lograr una vacuna contra la enfermedad.

¿Se investiga en Cuba?

 Siempre se está investigando en el mundo y en Cuba. Podemos estar orgullosos nosotros del Programa de Lepra de Cuba, que comenzó hace mucho tiempo, y de un modo muy estable en 1962, y en 1977 se hizo un tratamiento masivo, destacó la especialista.

Según los registros médicos, para ese momento en el país existían 6 mil pacientes, y todos se trataron de manera simultánea.

Actualmente —dijo— mantenemos una prevalencia de alrededor de 200 personas a nivel nacional. La incidencia —lo que se diagnostica todos los años— que antes como promedio era de 300 casos, se presenta hoy por debajo de 200, en niños y adultos. El tratamiento consiste en atender la lepra de forma ambulatoria, en el seno familiar.

En nuestros días el hospital del Rincón tiene criterio de asilo, y todavía permanecen allí quienes en algún momento tuvieron la enfermedad, y al no existir entonces los tratamientos efectivos, se desfiguraban y no resultaban gratos en la sociedad.

Hoy en aquel lugar viven pacientes que ya están sanos; enfermos de lepra hay muy poquitos, 10, 12, en una sala de tránsito. Son personas que, por una u otra razón, no desean tratarse en su casa o en el área de salud, expresó la doctora.

Según la bibliografía médica, este mal ataca la piel y los nervios periféricos, se observan manchas blancas o rosadas, ocasionalmente pardas, que muchas veces se acompañan de trastornos de la sensibilidad.

La dermatóloga Pastrana además destacó que el inicio es la etapa más importante del padecimiento. “Un síntoma precoz y frecuente es el sangramiento nasal. Según avanza la enfermedad pueden aparecer otros: disminución o pérdida de la cola de las cejas o de las pestañas, aparición de nódulos cutáneos y dolor y engrosamiento de algunos troncos nerviosos, entre otros”.

En cuanto a la frecuencia, las evidencias médicas reflejan que la lepra puede manifestarse en ambos sexos y es más frecuente en los adultos, pero los niños no están exentos de padecerla, aunque en menor proporción.

En Cuba se han diagnosticado alrededor de 45 casos en menores de 15 años desde 1989. El hospital pediátrico Juan Manuel Márquez funciona como Centro de Referencia Nacional para el diagnóstico de lepra infantil y recibe a niños remitidos por los dermatólogos de las áreas de salud cuando sospechan la enfermedad.

¿Independientemente del tratamiento, también necesitan algunas medidas higiénico-sanitarias?

Las elementales, porque realmente en una casa cada miembro debe tener sus artículos personales, no diferentes a la rutina de la vida. Se considera que son un poco más susceptibles los niños, entonces debe haber cierta precaución al respecto, lo cual no quiere decir que no se puedan tocar, pero debe evitarse el contacto directo, mantenido. En nuestra experiencia la fuente más frecuente de transmisión de la enfermedad de los infantes son los abuelos cuando la padecen.

No es muy factible que se enferme un cónyuge a partir del otro, generalmente es la línea familiar. No es genético, pues la lepra no se hereda, pero lo es desde el punto de vista que usted adquiere la debilidad ante la defensa de ese bacilo, destacó la galena.

Las medidas preventivas deben ser las normales. El aseo, evitar el contacto exagerado con los niños. Debe acudirse al médico ante cualquier alarma, porque no se puede tener la idea de los nódulos, los tumores, la lepra deformada.

Los niños pueden tener sangramientos nasales, no es que todos los padezcan, pero si hay alguno cuya familia procede de alguna zona del oriente del país, incluso de Camagüey, pues estas zonas son más suceptibles a dicha enfermedad, eso es un elemento a tener en cuenta.

¿Una sugerencia final?

Cualquier persona con algún tipo de mancha en la piel (de color blanco o rosado) debe consultarse con el médico de la familia y el dermatólogo, porque puede ser lepra y si en ese momento inicial se trata, se cura completamente. Hay que evitar las discapacidades, en manos, pies, los trastornos en los ojos, en el tabique nasal. A tiempo todo es posible, concluyó la especialista.

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