El Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, miembro del Buró Político y vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, subrayó el papel que corresponde al personal técnico y profesional de dichas entidades en la cadena del proceso inversionista, que tiene que ser eficiente de manera integral, por el ahorro de recursos materiales, financieros y humanos, el acortamiento de los plazos de ejecución y la calidad.
Cuando no se integran los tres factores mencionados y hay falta de exigencia vienen las chapucerías, recalcó. Sus reflexiones motivaron un análisis acerca de otra misión esencial en los proyectistas: que ejerzan mayor influencia y posean disciplina en los controles de autor, los cuales no siempre se realizan en el momento oportuno y ello deriva en una autopsia del caso y si hay que demoler representa sobreconsumo de todo.
No significa que suplan el control técnico, responsabilidad de constructores e inversionistas, pero sí que haya sistematicidad, a tiempo, en plasmar en el llamado libro de la obra las observaciones de cómo marchan los trabajos, acotó.
Según el Decreto 327 sobre el proceso inversionista, en vigor desde hace dos años, si hay errores al proyectista solo le resulta posible llegar hasta sugerir, a quien financia, la paralización de los trabajos. Sin embargo, el consenso en la reunión fue que ese especialista, su empresa y hasta el ministro pueden hacer valer su autoridad cuando hay mala ejecución constructiva.
Asimismo se trató un tema de suma actualidad como es el ahorro de recursos energéticos (tradicionales o renovables) y agua, en lo cual es muy importante, quizás decisivo, que los proyectos incluyan las propuestas adecuadas.
En tanto son aprobadas normas legales sobre la obligatoriedad de ese proceder, se acordó que los proyectistas de los ministerios implicados tienen que contribuir a generalizar las experiencias entre sus colegas de otros organismos. A esto dará seguimiento la dirección del Frente de Proyectos, entidad creada a instancias del Comandante en Jefe Fidel Castro en la primera mitad de la década de los años 80 para rectorar estatalmente esa actividad y que agrupa a 45 empresas, de 16 organismos de la administración central del Estado.
Rene Mesa Villafaña, ministro de la Construcción, precisó que las empresas de proyectos, según el sector y tipo de obra, deben sistematizar la revisión de los proyectos provenientes de entidades extranjeras, para evitar sobredimensionamientos y que excluyan soluciones dirigidas al uso eficiente de agua y energía.
Productividad y tecnología
El encuentro no fue para hablar con intenciones futuristas. También se expusieron ejemplos de aplicaciones mencionadas en el evento anterior, a partir de la exposición del máster Jorge Luis Hernández Rodríguez, director general de la empresa de proyectos número 8 (Empai), de Matanzas, primera en Cuba en aplicar el Modelado de Información de Construcción, conocido por las siglas BIM, que utiliza un software dinámico de modelado de edificios en tres dimensiones y en tiempo real, lo cual disminuye la pérdida de tiempo y recursos en el diseño y la construcción y aporta mayor eficiencia en las soluciones.
Con el BIM ha sido proyectado el nuevo hotel Internacional de Varadero y según el directivo, emplearon la mitad de los especialistas previstos para el sistema tradicional y más que duplicaron la productividad, aunque, afirmó, esos números todavía pueden mejorar.
Se conoció que está aplicándose para proyectar obras turísticas en la cayería norte de Villa Clara y debe utilizarse en el programa de hoteles de La Habana.
El objetivo es que a corto plazo esa tecnología esté propagada, porque de lo contrario no se podrá dar respuesta el creciente proceso inversionista en el país y a las demandas en el extranjero, debido a la acelerada expansión de su aplicación, que hace cuatro años comprendía solo el 13 % de las empresas proyectistas del mundo y hoy supera al 50 por ciento.
Entre las ventajas del BIM se encuentran que aumenta en más del 30 % la colaboración entre proyectistas e inversionistas, y en ese mismo porcentaje se reduce la elaboración de documentación, en tanto los costos de las obras pueden decrecer hasta un 20 %. En general, el beneficio es para todo el proceso inversionista porque en la etapa de proyectos es donde dicen los expertos que se gana la pelea y existen más reservas para el ahorro y la eficiencia en la construcción.