Dionisio F. Zaldívar Pérez, Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana
En la actualidad el estudio y prevención del estrés laboral se ha convertido en una prioridad de muchos Estados e instituciones debido a su negativo impacto y consecuencias, sus costos en términos de bienestar y salud de los sujetos, la afectación a la productividad y la eficiencia y a los gastos en los que se incurre por días perdidos, atención médica y otros.
La Organización Internacional del Trabajo ha planteado que el estrés laboral constituye una enfermedad peligrosa que afecta gravemente a las economías, a la producción y a la salud física y mental de los trabajadores.
En los últimos tiempos se observa un incremento de las investigaciones relacionados con el estrés laboral y el acento se pone en la determinación de sus causas y consecuencias, así como en el binomio trabajador-entorno laboral, y en los resultados de las interacciones entre las características personológicas de los individuos y las del ambiente y de las condiciones laborales.
En relación con lo anterior, podemos decir que el estrés laboral puede ser considerado como una interacción desfavorable entre las características del trabajador y las condiciones del trabajo, lo que conduce a perturbaciones físicas y psicológicas, que de mantenerse en el tiempo provocan diversas enfermedades.
Así el estrés laboral surge cuando las demandas y exigencias del trabajo no se corresponden con las capacidades, recursos, expectativas o necesidades del trabajador.
Al considerar las fuentes del estrés laboral la mayoría de los autores se refieren a tres grupos principales: ambientales, organizacionales y de la tarea; nosotros ampliamos en dos los grupos y así utilizamos la siguiente clasificación: ambientales o físicas, organizacionales, personales o individuales, de la tarea y relaciones interpersonales.
- Ambientales o físicas. Se refiere a determinadas características o condiciones del ambiente físico como ruido, débil iluminación, falta de ventilación, hacinamiento y otras.
- Organizacionales. En este grupo contemplamos, entre otras, estilo de dirección inadecuado, ambigüedad en los roles, cambios en la organización por la introducción de nuevas tecnologías, condiciones ambientales desagradables.
- Personales o individuales. Nos referimos en particular a las condiciones y a las características personológicas de los sujetos, nivel inadecuado de preparación para la labor que realiza, expectativas de trabajo no coincidentes con la realidad, inadecuados estilos de afrontamiento, locus de control y personalidad.
- De la tarea. Aquí se contemplan aspectos como: sobrecarga de trabajo, ritmo intenso, tareas repetitivas, complejidad de las tareas y diseño del trabajo.
- Relaciones interpersonales. Comunicación pobre o de carácter conflictivo, sexismo, malas relaciones con jefes y subordinados, trato impersonal en el trabajo, falta de apoyo y de cooperación de jefes, subordinados o compañeros.
- Conocer los estresores En el análisis del estrés laboral, un elemento de gran importancia para comprenderlo es el conocimiento de los llamados estresores. Según la definición de Aguayo y Lama, estos pueden ser considerados como “un conjunto de situaciones físicas o psicosociales de carácter estimular que se dan en el trabajo y que con frecuencia producen tensión y otros resultados desagradables para la persona. Son, por tanto, elementos recurrentes de carácter estimular (sensorial o psicológicos) ante los cuales las personas suelen experimentar estrés y consecuencias negativas. Sobre la base de esta definición, cualquier aspecto del funcionamiento organizacional relacionado con resultados conductuales negativos o indeseables se correspondería con un estresor”.
La sola presencia del estresor no necesariamente provoca la aparición del estrés; hay otros elementos participantes en este proceso, tales como:
- Valoración que el sujeto hace de la situación.
- Nivel de vulnerabilidad ante el estresor y experiencia anterior de su afrontamiento.
- Estrategias de afrontamiento empleada en su intento de resolver el problema y su adecuación a la situación.
De acuerdo con su comienzo, duración, frecuencia e intensidad, los estresores pueden ser clasificados como: agudos, crónicos, pequeños estresores y grandes estresores.
Efectos del estrés laboral y cómo enfrentarlo
Diversos son los efectos que el estrés laboral puede tener sobre los trabajadores, entre ellos podemos mencionar los siguientes:
- Efectos subjetivos: Ansiedad, depresión, hostilidad, aburrimiento, falta de motivación, fatiga, frustración, irritabilidad, baja autoestima, tensión, sentimientos de soledad.
- Efectos conductuales: Conducta impulsiva, excesiva ingestión de alimentos o pérdida de apetito, consumo excesivo de bebidas alcohólicas, café o cigarrillos y propensión a sufrir accidentes.
- Efectos cognoscitivos: Dificultad para concentrarse, bloqueo mental, incapacidad para tomar decisiones, pensamiento repetitivo e improductivo, o dificultad con la memoria.
- Efectos fisiológicos: Incremento del ritmo cardíaco y de la presión sanguínea, dificultad para respirar, dilatación de las pupilas, incremento del tono muscular, aumento de las catecolaminas y corticoides en sangre y orina.
Sus efectos en el plano institucional podemos identificarlos en indicadores como los siguientes:
- Aumento del ausentismo y de la rotación del personal.
- Relaciones laborales conflictivas.
- Baja productividad.
- Alto índice de accidentes.
- Clima organizacional inadecuado.
- Insatisfacción con el trabajo.
De lo visto anteriormente se deduce la necesidad de que las instituciones, en sus programas de prevención de riesgos, contemplen medidas dirigidas al control del estrés y de los factores psicosociales que lo provocan. Estas medidas deben estar centradas en los trabajadores y en los aspectos organizacionales.
Para la identificación del problema y diseñar las correspondientes, resultan de gran importancia los datos que pueden aportar los propios trabajadores sobre cómo perciben las condiciones y el ambiente laboral, los niveles de estrés, la satisfacción con el trabajo y los principales síntomas. También se pueden utilizar indicadores más objetivos: nivel de ausentismo, enfermedades que presentan los trabajadores, problemas con el rendimiento o movimientos del personal.
Entre las medidas que se pueden adoptar están: estudios de los puestos de trabajo, clima laboral, estilos de dirección, comunicación institucional, sistema de reconocimiento y estímulos, entrenamiento a los trabajadores de cómo identificar y enfrentar el estrés, etcétera. Lo anterior puede requerir de la organización e impartición de charlas, seminarios, talleres, consultorías y sobre todo la consciencia de la necesidad de prevenir a ese enemigo silencioso que atenta contra la salud mental y bienestar de los trabajadores, y la eficiencia y productividad de las instituciones.