Por Elaine Caballero
“La música es una maravilla”. Así definió Israel Rojas a esta manifestación artística ─con la cual ha cautivado por casi dos décadas a los amantes de su trabajo─ durante el lanzamiento de su más reciente CD Sobreviviente en el Teatro Karl Marx.
Compuesto por 13 temas recreados con ilustraciones de Roberto Fabelo, el sencillo aborda distintos tópicos de la realidad: la violencia de género, el matrimonio, los azares del destino, las malas decisiones cuando el deseo se impone al corazón y las irresistibles tentaciones atribuidas a “causas infernales”.
La posibilidad de reflexionar y soñar es una de las iniciativas que ofrece la agrupación en cada una de sus producciones; ya sea a través de un Bolero sangriento, una zamba o la mezcla de pop rock con estribillos pegajosos. Lo cierto es que muestran la realidad con ese toque de poesía, a veces necesario para la cotidianidad y sus avatares.
La tempestad, a dúo con Silvio Rodríguez, convida a buscar el camino cuando el palpitar de la vida se impone, así como la importancia de escuchar al otro, los que pasaron similares situaciones, pues el hombre es reflejo del tiempo que habita. “El naufragio se parece al capitán y el poeta se parece a su cantar” es otro de los mensajes principales, junto al reto de traer la tempestad a la vida, como sinónimo de desafío, entrega y por sobre todas las cosas, no dejar que los sueños se escapen.
Una mujer y Hipibano son canciones también a dúo junto a Luna Manzanares y Frank Delgado respectivamente, ambas con sus particularidades, pero coinciden en ser testigos de las intimidades y ternuras de sus autores.
Por otra parte Sin arrepentimiento, canción primera del sencillo ofrece certeras razones para vivir de esta manera. El refrán de “a lo hecho, pecho” citado en el tema, es otro de los consejos. No es necesario mirar atrás cuando los errores son un peldaño más para subir a la montaña de la vida.
Le sigue Si nos dan un filo, Besos y De ti depende, melodías con un nexo en común: el deseo y las pasiones de los amantes. El amor florece como línea central del disco en general.
Poesía, sentimiento y la promesa de complacer peticiones son elementos fundamentales de esta última entrega de Buena Fe, quienes se definen, ante todo, como sobrevivientes. Prueba de ello es la permanencia de su música en el mercado nacional con altos niveles de consumo.
