Por teléfono, y a través de un solo número, es la única vía para solicitar los turnos posoperatorios en el Instituto Cubano de Oftalmología Ramón Pando Ferrer, plantea preocupada la tunera Belkis Acosta Domínguez.
Luego de operada, debe volver con regularidad para dar seguimiento a su recuperación, aunque por el motivo citado, desde el 5 hasta el 27 de enero del presente año intentó cumplir con ese requisito sin conseguirlo, lo cual es incongruente con la muy buena atención médica que allí se brinda. En un último mensaje a finales de febrero ratificó que la situación se mantenía.
Al llamar desde diferentes teléfonos al número establecido para ese fin —7265 4815—, solo recibe el mensaje de la contestadora “que no tengo derecho al servicio solicitado y en varias oportunidades da timbre, lo cogen y cuelgan, o simplemente no contestan”, subraya.
Para salir de dudas amplió su estrategia y contactó al 114 (reparaciones) y le informaron que el aparato con problemas es el del hospital. Entonces marcó el de la dirección, y la secretaria la exhortó a persistir por el único habilitado para dar turnos a pacientes de todo el país.
Intuyendo que sería en vano optó por tratar de comunicar con el Departamento de Atención a la Población, donde al parecer casos como el suyo no pueden ser atendidos porque como le dijeron: “Hay un número para dar los turnos”.
Como es de suponer, la lectora quiere saber hasta cuándo tendrá que seguir insistiendo, pues la opción tampoco debe ser viajar cientos de kilómetros para acceder al turno, retornar a su casa y volver al hospital cuando le corresponda.
La solución, a nuestro entender, se encuentra dentro de la institución asistencial, que debe valorar si lo factible es tener disponible un solo teléfono. Ahora bien, no decide la instalación de una batería de esos equipos, si las personas designadas para atenderlos no están prestas en su horario laboral, a cumplir con el contenido de trabajo.
