Por Joel García León
Tokío.— Si un jugador cubano conoce de sobra el pitcheo asiático, en especial el japonés, ese es Alfredo Despaigne, quien arriba a su tercer Clásico con 314 de average (35-11), cuatro jonrones y 10 impulsadas. Ser el capitán de la selección le ha permitido jugar un rol imprescindible en cuanto a experiencia, ejemplo y liderazgo real.
“Llego con una motivación muy alta y he tratado de transmitírsela a los muchachos para que todo salga bien en el terreno. Tuvimos una buena Serie del Caribe con la base de este equipo y aunque el nivel ahora será mayor confío en que podemos hacerlo igual o mejor, pues se incorporaron otros jugadores que reforzarán la alineación como Cepeda y Alarcón”.
Le adelanto una preocupación que existe entre los aficionados sobre su forma deportiva actual y entra de nuevo al cajón de bateo. “Estos siete partidos de preparación me han venido muy bien porque en los play off de la Serie Nacional no tuve casi swings y me dieron muchas bases por bolas. Comencé a hacer los ajustes en Culiacán, pero apenas fueron cinco juegos. Ahora he podido batear más con una cierta ventaja: conocer de sobra este pitcheo”.
Sobre su posición a la defensa también hubo tiempo de conversar. “Jugar en el jardín siempre ha sido mi disposición y se lo dije al profesor Martí desde el primer momento. En la Liga Profesional de Japón tengo que hacerlo porque todo no puede ser designado. Pero además, estoy dispuesto a jugar primera o lo que sea. En las prácticas hasta cojo roletazos en segunda y el campo corto”.
Imprescindible un aparte sobre la relación con Carlos Martí, quien lo descubrió cuando pegaba jonrones en la categoría infantil. “Es un mánager excelente, tranquilo, que solo nos pide jugar divertidos a la pelota. Y así lo estamos haciendo, relajados, sin presión de ningún tipo. Agradezco su confianza y lo ayudaré hasta el final, tanto en lo deportivo como en la parte emotiva del equipo”.
Aunque la base del conjunto es granmense, le pregunto a quién le ha dado más consejos. “Todos son mis compañeros, los que llegaron y los que estaban en Granma. Los más experimentados hemos tomado las riendas de la disciplina y nos vemos como una gran familia. He conversado mucho con los jardineros sobre la defensa, porque hay que adaptarse al fondo blanco del techo, ya que se pueden caer muchos fly”.
Imposible obviar en el diálogo la firma reciente con el Softbank de Fukuoka para la venidera temporada en Japón. “Ellos esperan mucho de mí, sobre todo en cuanto a jonrones e impulsadas. Para eso habrá tiempo, ahora solo estoy concentrado en el Clásico, pasar la primera ronda y luchar en la segunda por estar en la final”.