Trabajadores de varias provincias de Cuba construyen pozos en Ciego de Ávila, con el objetivo de materializar infiltraciones que posibiliten recargar con lluvias el deprimido manto acuífero, acciones que se realizan por primera vez en este territorio azotado por severa sequía desde el año 2014.
La contingencia requiere la perforación de 56 pozos en la fase inicial en zonas de considerables afectaciones de las cuencas subterráneas, principales fuentes locales de abasto de agua.
Constituyen prioridades para la ejecución de esas labores, sitios cercanos al tramo de la Carretera Central, entre la capital provincial y el municipio de Baraguá; los lugares conocidos por Maniadero, El Alba y la Susana, pertenecientes a las regiones centro y sur, según declaró el ingeniero Michel Álvarez Tamayo, director de la Unidad Empresarial de Base Servicios Ingenieros, de la Delegación Provincial del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos.
La inversión, ascendente a unos 2 millones de pesos, facilitaría la inyección de aproximadamente 81 millones de metros cúbicos de agua hacia el manto freático, lo cual depende del nivel de lluvias. Chubascos acaecidos este 4 de marzo, asociados a un frente frío, entusiasmaron a los habitantes en varios puntos de la geografía avileña.
Ciego de Ávila tiene tierras muy fértiles y no han sido tan dañadas por fenómenos naturales como la de otras provincias cubanas. Sin embargo, la sequía ha provocado la paralización de los sistemas de regadío por gravedad.
No obstante, la aplicación de medidas dirigidas a optimizar el agua como un recurso renovable, pero muy limitado hoy, posibilita priorizar el abasto a la población, el consumo de los animales, la continuidad de fundamentales sectores de la economía y técnicas de riego por goteo que son más eficientes para seguir desarrollando una potencia agrícola, como la provincia avileña, desde donde se distribuyen alimentos hacia todo el país.