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Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey: 20 años de voluntad y amor

Una de las misiones de la OHCC ha sido cambiar la imagen de las plazas para acoger a visitantes y camagüeyanos con mejor confort. Foto: Orlando Durán Hernández
Una de las misiones de la OHCC ha sido cambiar la imagen de las plazas para acoger a visitantes y camagüeyanos con mejor confort. Foto: Orlando Durán Hernández

 

Primero fue una especie de resuelve-problemas, a quien todos exigían, pero solo unos pocos ayudaban. Un proyecto un tanto idealista, dirían algunos, que con el paso del tiempo fue ganando seguidores, y tras veinte años de duro trabajo ha crecido en defensores y logros, cargada siempre con los deseos de preservar los valores de una villa de cinco siglos, que desde el 2008 atesora en su seno parte del Patrimonio de la Humanidad.

La Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey (OHCC) surgida en febrero de 1997, al amparo del Decreto-Ley 213 del Consejo de Estado, el cual le otorgaba facultades para hacer cumplir y materializar las estrategias, políticas y planes dirigidos a la restauración y conservación del Centro Histórico, y la riqueza monumental de toda la provincia, ha sido eso, el guardaespalda de la ciudad.

Por tanto, sus acciones se han orientado a rescatar el patrimonio edificado, a educar a los ciudadanos en su preservación, y a conservar el legado invaluable que conforman nuestras raíces, costumbres e identidad.

“Fue toda una revolución de gente que quería cambiar cosas, por lo que salimos a la calle; primero a crear conciencia para luego organizar todo un proyecto”, recuerda Francisco Luna Marrero, director fundador de la institución.

Los primeros pasos

Camagüey cambia pero preserva su pasado para dejar un legado histórico a las nuevas generaciones. Foto: Orlando Durán Hernández

 

Al inicio se buscó ayuda para lograr una estrecha cooperación entre los organismos, instituciones y empresas del territorio. Después, se pensó bien lo que se haría.

Así surgió la ruta de Ignacio Agramonte, que permitió recuperar sitios y edificaciones vinculados con la figura de El Mayor, como su Casa Natal, la Quinta Simoni, los Potreros de Jimaguayú, la Plaza de San Juan de Dios y el Parque Agramonte.

Pero tendrían que hacer más, pues como recordara José Rodríguez Barreras, director de la OHCC, la deuda solo comenzaría a saldarse con la inclusión –en julio del 2008– del segmento más antiguo de la villa en la lista del Patrimonio  Cultural de la Humanidad.

Con el paso del tiempo, los proyectos comenzaron a tornarse más ambiciosos y la fiesta por el aniversario 500 de la ciudad sirvió de leitmotiv más importante. Fue así que surgió el genial proyecto de resaltar el amor de los lugareños por el cine, la elegancia de calles comerciales como Maceo y República, la de plazas y parques… la belleza, en fin, de la ciudad.

“Camagüey ha ido cambiando para suerte de sus habitantes, y el plan de manejo de su zona patrimonial ha sido como una gota de agua que se expande desde el centro y hacia afuera”, asegura Rodríguez Barrera.

Ciudad para los ciudadanos

Y ese encanto se ve y Celia, que vive hace 50 años en el mismo centro de la ciudad, lo ve y lo vive. “No solo ha sido dar pintura, porque hasta los lugares a donde uno va a comer o comprar algo están más bonitos y la gente está cambiada”, recuerda.

Hacer de cada espacio uno más acogedor y seguro, donde se aprovechen todos los escenarios y se disfrute el patrimonio, y acercar la gestión patrimonial a la comunidad es otra de esas misiones que persigue la OHCC en su batallar por restaurar a Camagüey.

Y aunque el trabajo no es fácil, como asegura Ricardo Verduy Caballero quien labora hace 14 años con la Empresa de Restauración, elemento fundamental en la recuperación de edificios y espacios públicos, “es cosa de amor por lo de uno”.

Quizás por eso los trabajadores de la OHCC aún siguen estudiando cómo lograr un mejor ordenamiento para los bicitaxis, los parqueos y así no afectar el medio ambiente del centro histórico; o intentan cohesionarse con los cuentapropistas y atraer más personas a esta ciudad que se muestra cambiada gracias a la acción de muchos.

“El camagüey de hoy resume 20 años de maneras de hacer orientadas a mejorar la ciudad y las condiciones de los agramontinos”.

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