El Premio Literario Casa de las Américas es una puerta abierta de manera permanente a la creación de los escritores de la región. Así lo reconocen dos de los ganadores de la edición 58 correspondiente al presente año.
Reynaldo García Blanco nació el 13 de abril de 1962 en Yaguajay, Sancti Spíritus. Es poeta y ensayista. En esta ocasión el jurado decidió otorgarle el galardón a su poemario titulado Esto es un disco de vinilo donde hay canciones rusas para escuchar en inglés y viceversa. Los evaluadores destacaron la expresiva claridad de exposición y su escritura depurada.
Reynaldo es promotor de varios espacios dedicados a la poesía y la literatura. Actualmente coordina el Centro de Promoción Literaria «José Soler Puig» y el Taller Literario Aula de Poesía, ambos en Santiago de Cuba, ciudad donde reside; Pertenece al consejo editorial de las revistas SIC y El Caserón; y escribe para CMKC Radio Revolución los espacios Andar la librería y Comentarios de SuperShow.
Es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), del Movimiento de Poetas del Mundo e integrante de honor de la Asociación Hermanos Saíz (AHS).
Ha publicado, entre otros, los poemarios Larguísimo elogio (1990), Textos para elogiar a la novia y al país (1991), Advertencias (in)fieles para escuchar el pájaro de fuego de Stravinsky (1992), Perros blancos de la aurora (1994), Reverso de foto & Dossier (2000), País de hojaldre (2004) y Campos de belleza armada (2007).
Un asombro
“Este Premio constituye para mí un asombro. Un Premio donde hay varios libros que me han acompañado en mi historia de vida como lector. Estoy pensando en Por esta libertad, de Fayad Jamís; Canto ceremonial contra un oso hormiguero, de Antonio Cisneros; Quiero escribir pero me sale espuma, de Shimose; Blanco Spiritual, de Félix Grande; Para un cordero blanco, de Reina María Rodríguez; Taberna y otros lugares del dilecto Roque Dalton, entre otros que me han acompañado en sucesivas mudanzas.
“El texto Esto es un libro de vinilo donde hay canciones rusas para escuchar en inglés y viceversa, es el más lúdico entre mis libros. Algo de ironía, algo de humor político. No faltan ciertos guiños a Frida Khalo y León Trotsky; referencias a Lennon y Lenin y otras referencias. Está divido en Cara A y cara B, como los viejos discos de vinilo”, afirmó el destacado escritor.
Con valores propios
En Literatura brasileña el lauro la edición 58 de Casa fue para Maria Valéria Rezende por la novela Outros cantos. La narradora rememora en la obra sus elecciones y sacrificios personales cuando trabajó en la alfabetización de adultos en el nordeste de Brasil.
Al solicitarle sus consideraciones al respecto, con amabilidad y prontitud respondió:
“Creo que no hay quien no sepa de la importancia fundamental que ha tenido, desde el inicio, el Premio Casa de las Américas, junto a todo el trabajo de Casa, para la concepción misma de que hay una Literatura Latinoamericana y Caribeña, con características y valores propios, no un simple reflejo de las literaturas de los países colonizadores.
“Lo más importante es que eso nos ha revelado a nosotros y estoy segura de que ha sido y todavía es un impulso indispensable para el vigor de nuestra literatura y su circulación entre nosotros mismos. Para sus ganadores, especialmente para nosotros, brasileños y otros autores que no escriben en español, puede abrir las puertas para que la mayoría de los lectores de Nuestra América nos puedan encontrar. En Brasil, el prestigio del Premio ya me ha conquistado nuevos lectores.
Para mí tiene otra importancia de carácter muy personal. Desde el encuentro de educadores cubanos con educadores populares de toda América Latina, en la campaña de alfabetización del primer año de la Revolución Sandinista, hubo un acercamiento y un interés mutuo por conocer mejor y debatir las propuestas metodológicas de formación social y política de la Revolución Cubana, de las organizaciones de trabajadores cubanos y de la Educación Popular de inspiración “freiriana” (Paulo Freire) que se desarrollaba por toda Nuestra América.
“Para eso se creó, en los años 80, un equipo coordinador del intercambio, compuesto de educadores latinoamericanos y cubanos, abrigado por el departamento de Relaciones Internacionales de Casa de las Américas. Ahí nos reuníamos con frecuencia para movilizar y organizar una serie de Encuentros Latinoamericanos y Caribeños de Educación Popular, que se han realizado a cada dos años en Cuba. Yo hacía parte de ese grupo y pasaba a cada año un buen tiempo en Cuba, a lo largo de diez años, trabajando en Casa de las Américas, y sintiéndome cada vez más ‘en mi casa’. ¡El Premio Casa, lo puedo decir con toda sinceridad, es el único que, desde que empecé a publicar ficción, he secretamente deseado, aunque me pareciera un sueño inalcanzable para una escritora que se inicia y a la vez tan tardía!
“Mi novela Outros cantos, recuerda la vida cotidiana de los trabajadores oprimidos del nordeste de Brasil, hasta que la conquista de gobiernos de izquierda, que priorizaran los más pobres, comenzó a transformarla. En este escenario, saca a la luz las experiencias de cientos o miles de militantes de la resistencia a la dictadura militar establecida con el golpe de 1964, que —en el campo o en la ciudad, en las fábricas, en las asociaciones de vecinos, en las pastorales e comunidades de base de las iglesias, en las actividades de apoyo, como los periódicos de sindicatos y barrios, centros culturales y otras actividades afines— durante décadas, hicieron el trabajo paciente e invisible, al parecer frustrante, pero que en realidad, contribuyeron a crear una mentalidad, los sentimientos y las organizaciones de lucha por la democracia”.
¿Escribe algo en este momento?
Sí, por supuesto. Estoy trabajando en una novela, Carta à rainha louca, muy distinta de lo que tengo escrito hasta hoy. Se trata siempre de echar luz sobre los invisibles de la sociedad, en ese caso, especialmente a las mujeres pobres. Esta vez no es en presente, sino en el contexto del Brasil colonial en fines del siglo XVIII. Y tengo listo un libro de cuentos que saldrá en marzo o inicio de abril de este año.
María Valéria nació el 8 de diciembre de 1942. Actualmente vive en el estado de Paraíba.