Icono del sitio Trabajadores

La laboriosidad inunda Calle 4 de El Batey

Carlos Alberto. Foto: Jorge Pérez Cruz
Carlos Alberto. Foto: Jorge Pérez Cruz

 

Y,  después de recibir el reconocimiento público en acto que honra con su presencia el aniversario 78 de la Central de Trabajadores de Cuba, Carlos Alberto accede al diálogo con la humildad de quienes conocen que vale más hacer que decir, porque no es suficiente hablar, si la conducta cotidiana deja resquicios a la desidia.

Habla con amor de Paso Pata, una comunidad periférica con El Batey de Chaparra, “allí nací y allí vivo hace ya 43 años”, dice sin titubeos, y comenta que ya son 22 los calendarios dedicados a los servicios comunales, “fueron tres como jardinero y  hace 19 que me dedico al oficio de carretonero en  la recogida de desechos sólidos”.

De su constancia dan fe los vecinos de Calle 4, arteria urbana que Carlos Alberto inunda de laboriosidad todos los días antes del despertar del alba,  “ellos son buenísimos”, adelanta y piensa y le dedica otro epíteto: “ellos son maravillosos, me brindan café, café con leche y hasta me han felicitado  por el programa radial Latir del Pueblo”, comenta con sonrojos.

Sin importar la hora en que fue a la cama el día anterior, al filo de las cuatro de la mañana anda ya en los trajines de una profesión que, para perpetuar su utilidad,  exige entrega del protagonista y respeto de sus beneficiarios.

Eso lo sabemos todos, pero en ocasiones inadecuados comportamientos ciudadanos frustran los resultados y echan por la borda el esfuerzo de ese ejército madrugador que nos regala higiene que es sinónimo de salud.

Carlos Alberto tiene también esas desagradables vivencias y le cuesta trabajo declararlas, pero lo incito y accede, “hay quienes violan el horario establecido para sacar los desechos: después de las 6:00 pm  y antes 6:00 am. y, eso me obliga a pasar otra vez por lugares ya higienizados».

Esos mismos vecinos, ya amigos de tantos encuentros, “es posible que no sepan que hay un sistema de inspecciones diarias y que cuando encuentran basuras en el área penalizan nuestros ingresos, el salario puede disminuir por las indisciplinas de otros”, lamenta.

“En los meses de diciembre y enero hemos tenido limitaciones con el presupuesto asignado -nueve mil 500 pesos para 11 trabajadores- y eso nos limita mucho. Pagan a siete pesos el metro cúbico de desecho trasladado, y uno gana según la cantidad de viajes y, por su puesto, de acuerdo con la capacidad del carretón. En tiempos normales los ingresos pueden sobrepasar los mil pesos al mes”.

Por su compromiso personal con la limpieza desacata órdenes en bien colectivo: “Nos han orientado dar un solo viaje, porque es lo que la administración puede pagar, pero yo a veces vuelvo, aunque no reciba el dinero ganado», reseña y espera que las finanzas tomen su nivel.

Y Carlos Alberto sigue cultivando la constancia, un valor que le ha merecido múltiples reconocimientos y que ande hoy en la vanguardia de esta actividad en la provincia.

“Tengo dos caballos y un coche. Mucha gente me sugiere que me dedique a cochear, pero yo prefiero seguir haciendo lo mismo, porque me gusta ´sudar la camisa´ y disfruto mucho ver las calles limpias y toda el área en orden. Eso sí, todo no depende de mí”, asegura.

Carlos Alberto yergue su quehacer como muestra de  buenas prácticas de estos colectivos laborales que celebran su Día el 15 de febrero, en fecha que recuerda el nacimiento de Faustino Pérez Hernández, combatiente de la clandestinidad, quien alcanzó los grados de comandante de la Sierra Maestra y, después del triunfo ocupó diferentes cargos y en la Asamblea Nacional del Poder Popular   atendió a los órganos locales, dentro de los que se encontraban los Servicios Comunales.

 

Compartir...
Salir de la versión móvil