Culiacán.— Cuando se pierde 1-0, en un duelo con el equipo de casa, ante más de 20 mil personas y con un trabajo casi exacto, las ganas de conversar son pocas. Hay colores más visibles que el Blanco de su apellido, pero Lázaro prefieres respirar, tomarse esta derrota como la más dolida y prometer que habrá más victorias con sus Alazanes de Granma y de Cuba.
“Desde el primer día que abrí contra Dominicana sabía que si llegábamos al cruce me tocaría lanzar de nuevo. Estaba concentrado en lo que tenía que hacer. Vi todos los partidos de México que pude, especialmente el de ayer que jugamos contra ellos. Solo me enfoqué en que tenía que mantener la bola sobre lo bajo y utilizar los rompimientos con aquellos bateadores que tenían problemas con esos lanzamientos”.
¿Cómo pudiste auto relevarte después de unas primeras entradas algo complicadas?
“Es cierto, en los primeros inning empecé un poco regado. No tenía la zona localizada, pero hice mis ajustes rápidos. Empecé a mover la bola y a tirar mi slider, sobre la que tenía buen control. Después usé el cambio de velocidad y la recta cerrada, que fue con la que mejor me sentía en el día de hoy.
“Fue un gran partido de béisbol. Dije que lo iba a todo y así fue, pero no pudimos. Decirle al pueblo de Cuba que salí con toda la confianza del mundo, pero no se pudo y que esperen de Lázaro Blanco lo mejor para las otras competencias que vienen ahora”.
El quinto capítulo, una base, un error, el hit remolcador… ¿qué te ayudó a salir?
“Después del error fui hacia atrás en el box, pero Frank Camilo me dijo: ya pasó, ahora tienes que pensar en los lanzamientos que tienes que hacer en estos momentos. Solamente cuando me dieron el hit me puse un poco ansioso. Otra vez Frank Camilo vino y me dio ánimos.
“Luego vino el toque de bola, la base intencional y entonces pensé: este me tiene que dar rolling para doble play y así salió. Me concentré tanto que salió lo que pensé. Fue el inning más fatídico de mi labor en esta Serie, de la cual estoy muy contento porque salí a darlo todo, pero no pude. El dolor de la derrota lo llevo por dentro”.
¿Es cierto que en el mitin le llegaste a pedir una carrera al equipo para ganar este juego semifinal?
“Sí, lo dije con razón hagan una, que a mi no me ganan. En el primer inning pensé que saldríamos delante. Si así hubiera sido, iba con más fuerza, porque salir delante es siempre importante. Ya después que hicieron la del quinto les repetí: empaten que no me va hacer más carreras. Pero no pudimos lograr ese empate y caímos…
Se avecina el IV Clásico Mundial y tú volverás a ser el número uno del staff. ¿Compromiso mayor ese?
“Para todo lanzador es muy reconfortante ser el primero en una rotación. He tenido una gran temporada con Granma y ahora en la Serie del Caribe, pero no pienso ser el mejor lanzador de Cuba, solo pienso en darlo todo cada vez que me subo al box.
“Lo que se decida respecto a qué equipo debo trabajar en el Clásico lo trataré de cumplir como hasta hoy, porque siempre voy a salir por la victoria. Así lo hice aquí por mi provincia y por Cuba”.
Otra vez le vi colores más allá de su apellido. La vergüenza del revés le llevaron lágrimas a los ojos en la conversación. Apagué la grabadora y como cubano lo felicité. Había sido un Lázaro gigante y eso es admirable.