Joel García, enviado especial
Culiacán. | — Con la clasificación a la semifinal a partir de la segunda presentación, los Alazanes de Granma no solo rubricaron el mejor arranque de una selección cubana en estos torneos desde su retorno en el 2014, sino también se ganaron la simpatía de quienes no confiaban en ese plantel para un certamen que tiene la particularidad este año de servir a la par de fogueo a varios preseleccionados al IV Clásico Mundial.
El pitcheo de las dos primeras jornadas demostró que puede batirse con cualquier rival (Lázaro Blanco y Vladimir García deben ser los abridores de semifinal y de una hipotética final, respectivamente), aunque tanto a ellos como al resto del staff todavía queda por aprender que en dos strikes no es guapería sino inteligencia lo que debe primar para dominar a bateadores con muchos años sobre un terreno de pelota.
En el caso de nuestra alineación, bateadores claves tampoco han producido lo que se esperaba (Yunior Paumier, Alfredo Despaigne y Guillermo Avilés), de ahí que Carlos Benítez, William Saavedra, Roel Santos y Alexander Ayala hayan asumido la columna vertebral de la ofensiva, con un Frank Camilo que cada día se consagra como el mejor receptor actual. Su guía a los lanzadores será vital para aspirar a la discusión del campeonato.
Lejos de la tensión habitual que siempre imprimen estos torneos cortos, los granmenses se muestran más divertidos y sueltos que otros equipos nacionales. No obstante, será imprescindible buscar más agresividad en el corrido de las bases, no titubear en cambios o emergentes cuando así lo requieran y dejar menos jugadores en base (21 en los tres primeros juegos), aspectos imperdonables a este nivel, cuando un error mental puede costar un campeonato.
Uno de los aciertos de la buena faena rendida por este equipo ha sido la forma deportiva y psicológica con que llegó, recién titulado monarca: en tanto, Yoelkis Céspedes ha llamado la atención de muchos colegas, más allá del parentesco con su hermano, por el futuro que asoma con apenas 19 años, el más joven de los 140 peloteros inscritos aquí.
Del resto, lo más sorpresivo de la justa ha sido la eliminación antes de la última fecha clasificatoria de los Tigres del Licey, conjunto con la mayor cantidad de doradas en estas citas. Una final entre los anfitriones Águilas de Mexicalli y los Alazanes es la soñada por todos. De hecho, en las últimas cuatro ediciones, solo los Vegueros de Pinar del Río pudieron romper el dominio mexicano en el 2015. ¿Podrán lograrlo ahora los muchachos de Carlos Martí? Ganas y deseos sobran. Y esperamos que sean suficientes.