La XXVIII Cumbre de la Unidad Africana (UA) recién concluida en Addis Abeba, Etiopía, reafirmó la creciente importancia y el activo protagonismo de la organización continental en el ámbito político, económico y social de la región, aun en medio de diversos conflictos internos, desigualdades de desarrollo y heterogeneidad de las 55 naciones que la integran.
Bajo la consigna el Aprovechar el Dividendo Demográfico a través de Inversiones en la Juventud, los jefes de Estado y Gobiernos abordaron en sus deliberaciones el candente tema de la seguridad del continente y reafirmaron su determinación de contribuir a resolver los conflictos armados que tienen lugar en Mali, Sudán del Sur, Somalia, Burundi y la República Centroafricana, y de hacer frente a la amenaza común del terrorismo y el extremismo, practicados por el grupo Boko Haram.
La Cumbre reconoció la positiva acción mediadora de la Comisión de la UAC en la tensa situación creada en Gambia tras la negativa del presidente saliente, Yayah Jammeh, a entregar el poder al ganador en las elecciones de diciembre, Adama Barrow, quien juró el cargo el 19 de enero el cargo en la vecina Senegal y posteriormente regresó a su país, después que las partes beligerantes cumplieron las condiciones de la UA, la
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Tras ardientes debates,39 jefes de Estado y de Gobierno aprobaron el reingreso de Marruecos en la entidad africana, de la que se había retirado en 1984 en protesta contra la admisión como miembro pleno de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), que lo enfrenta por la ilegal ocupación y colonización marroquí de sus los territorios en el Sahara Occidental.
La readmisión de Rabat fue tomada en base a los Artículos 3 y 4 del Acta constitutiva de la Institución, que obligan a los Estados miembros a respetar sus fronteras y prohíben el uso de la fuerza entre ellos.
Sobre este diferendo, los líderes africanos solicitaron al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que asuma sus responsabilidades en la restauración plena de funcionamiento de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sahara Occidental (Minurso) y reiteró su llamamiento a la Asamblea General de la ONU para que fije una fecha para la celebración del referéndum de autodeterminación del pueblo del Sahara Occidental.
Por su parte, los dirigentes de la RASD han manifestado que la admisión de Rabat en la UA es “una victoria diplomática muy importante para los saharauis”.
En una resolución especial la Cumbre africana condenó el bloqueo económico, financiero y comercial impuesto a Cuba por más de medio siglo por el Gobierno de Estados Unidos, rechazo esa política genocida contra la isla y abogó por el respeto a los derechos humanos del pueblo cubano.
El tema económico ocupo también la atención de la magna cita, que valoró los avances del continente en la modernización de la agricultura, la educación y la salud, y las nuevas tecnologías y analizó las propuestas para la creación de un área continental de libre comercio, sin tomar una decisión definitiva al respecto.
Las potencialidades de las nuevas generaciones africanas para asumir un destacado desempeño en los importantes y decisivos sectores para el desarrollo socioeconómico, científico-técnico y político del continente, ocuparon un amplio espacio de las sesiones de la reunión.
La vigésimo octava cumbre eligió al ministro de Relaciones Exteriores de Chad, Moussa Faki Mahamat, como nuevo presidente de la Comisión de la Unión Africana, en sustitución de la sudafricana Nkosazana Dlamini Zuma.
Sucesora, y a la vez renovadora de los objetivos y principios de su precedente, la Organización de la Unión Africana (OUA) —Addis Abeba, 1963—, la UA fue constituida oficialmente en Durban, el 9 de julio del 2002 y ha ido ampliando y consolidando su radio de acción en las esferas económica, política y social, y como eficaz mediadora de paz en los graves conflictos armados, fronterizos, étnicos, tribales o de carácter religioso, que convulsionan a un grupo de sus países miembros.
