Por Roxana Medina Torres, estudiante de Periodismo
La falta de agua potable, aunque tiene dos acometidas en su casa, es un problema añejo que preocupa de manera permanente al cienfueguero José Luis Montes de Oca Montano, incluso durante su jornada laboral, en la Facultad de Ciencias Médicas, donde imparte clases.
Refiere que vive en el reparto La Juanita, ubicado en una zona alta de la provincia, lo cual dificulta el abastecimiento por las redes, hecho que se agravó a partir del 2014.
Desde ese momento él y un grupo de vecinos comenzaron las gestiones buscando solución para la afectación en el servicio y por eso se dirigieron a las Direcciones Municipal y Provincial de Acueducto y Alcantarillado, así como a la Delegación de Recursos Hidráulicos del territorio.
Luego de algunas reuniones lograron, a través de los delegados de circunscripción, que a varias personas les autorizaran nuevas acometidas para las viviendas, pero solo recibieron agua durante tres o cuatro meses más, subraya el lector.
También les sustituyeron válvulas averiadas y pudieron “conectar nuestro ramal a una conductora cercana”, lo que tampoco hizo sostenible el servicio en el barrio, puntualiza.
Con este panorama, a los vecinos no les ha quedado otra alternativa que supeditar sus actividades a la espera por el abasto de agua, previsto para dos horas en días alternos, y con lo cual tampoco resuelven, pues la poca presión impide que el líquido llegue y la gente desesperada, emplea inútilmente cuanto aditamento tiene a mano para sacar de la tubería algo más que desencanto.
José Luis se queja de que aun así pagan de manera puntual la tarifa a la Empresa de Acueducto, la cual en ocasiones los abastece con los carros cisternas, que no llegan con la debida regularidad. El lector pide una respuesta que le garantice la solución al problema con el que conviven él y sus vecinos.
