Por Adislenes Ruenes César y Yimel Díaz Malmierca
Desde que el magnate republicano Donald Trump ascendiera a la presidencia de los Estados Unidos, Washington ha sido epicentro de grandes manifestaciones de protesta.
El viernes, en horas tempranas, decenas de personas se congregaron en las cercanías del Capitolio para oponerse a la investidura, pero el sábado ya eran más de 2 millones esparcidos por varias ciudades estadounidenses y del mundo. La mayoría indignados por el discurso ultranacionalista y xenófobo del nuevo mandatario.
Según el diario español El Periódico Internacional, las protestas de este fin de semana en Washington estuvieron entre las mayores en décadas, y resucitaron el espíritu que EE.UU. no vivía desde aquellas que reclamaron en los 60 y 70 el fin de la guerra en Vietnam.
Pero quizás la protesta de mayor poder de convocatoria fue la Marcha de las Mujeres, que llevó hasta la Casa Blanca, y sus embajadas en diferentes partes del mundo, a cientos de miles de personas, muchas de ellas con gorros tejidos de color rosa, en clara referencia a lo femenino tan vilipendiado por Trump en sus declaraciones electoreras.
Lemas como En las mujeres confiamos y El futuro es Mujer sirvieron para expresar el rechazo de los participantes al nuevo presidente, quien apostó por el nacionalismo en el primer discurso pronunciado tras el juramento de investidura.
En sus palabras, el magnate republicano mencionó “la nueva visión que regirá la patria”, donde incluye la lucha contra el supuesto Estado islámico y la deportación de inmigrantes ilegales, polémicos bastiones de su campaña que lo han convertido en el mandatario entrante más impopular de la historia norteamericana, según encuestas de Gallup, ABC News y The Washington Post.
A la Marcha de la Mujeres de Washington se sumaron personalidades de la política como John Kerry, ex secretario de Estado del gobierno de Barack Obama; y de la cultura como el cineasta Michael Moore y las cantantes Madonna, Rihanna y Katty Perry.
La convocatoria femenina encontró eco en Nueva York, Denver, Chicago, Boston, Los Ángeles, Filadelfia… y también en otras grandes urbes como Barcelona, París, Sídney, México y Ciudad del Cabo.
Los manifestantes reclamaron también los derechos de los inmigrantes, la justicia económica, social, racial y medioambiental. Muchos expresaron además el temor de que el nuevo Gobierno, de creciente poder republicano, desmantele los programas de corte social impulsado por los demócratas en las últimas décadas.
Mientras el mundo expresaba su preocupación, Donald Trump escribía en su cuenta de la red social Twitter: “Vi las manifestaciones de ayer, pero tengo la impresión de que recién tuvimos elecciones. ¿Por qué estos individuos no votaron? Las celebridades malamente dañan la causa”.