Llevado a la Calle San Miguel esquina a Márquez González, donde radica el Palacio de los Torcedores, bajo el auspicio del periódico Trabajadores en homenaje al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, y en ocasión de los aniversarios 164 de José Martí y 78 de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), la segunda edición del espectáculo Fiesta en Cayo Hueso puso a bailar a los vecinos de esa comunidad y de otras barriadas de la capital allí presentes, bajo los contagiosos ritmos de las agrupaciones Yuly y Habana C y Memorias, en tanto ovacionaron las actuaciones de la Academia Nacional de Canto Mariana de Gonith, Mariachis Habana y de la Compañía de bailes y danzas afrocubanas Okan Tomi, así como del grupo Four Boys, invitado especial a la gala.
Con la presencia de los miembros del Buró Político del Partido, el vicepresidente de los consejos de Estado y de Ministros, Salvador Valdés Mesa, y del secretario general de la CTC, Ulises Guilarte De Nacimiento, además de integrantes del secretariado nacional de la organización obrera y secretarios generales de varios sindicatos nacionales, la velada constituye una idea del colega y crítico Jorge Rivas Rodríguez, jefe de nuestra redacción Cultural, quien también asumió su dirección artística, para lo cual contó con la profesional conducción del locutor de la radio y la televisión nacionales, Alaín Amador Pardo.
En Fiesta en Cayo Hueso II, cuya primera puesta en escena se realizó —con similar fin— en ese mismo lugar el pasado año, combinó diferentes expresiones de la música, la danza y el repentismo, este último asumido por los poetas Rigoberto de Moya y Osbel Castellanos (El Cristalero), con el acompañamiento musical de las cuerdas de Memorias.
Imprescindible, en la realización del encuentro, fue el respaldo de los compañeros Daniel Fonte y Marilyn Saborit, del Departamento de Educación y Propaganda de la CTC, que conduce Marisol Fuentes, todos bajo la tutela y colaboración de Ermela García Santiago, miembro del Secretariado Nacional de la central sindical que atiende esa esfera. También agradecida fue la disposición del colectivo que labora en el Museo de los Torcedores, encabezado por Raymundo González, del productor de Yuly y Habana C, Hamsel Nahites, y de la entusiasta y dispuesta brigada de Sonido de propaganda nacional, liderada por Lauren Tehicambou, la cual, amén de su excelente ejercicio profesional en el sonido, colaboró en la solución de los problemas ocasionados con la instalación de las luces y del escenario, debido al desinterés y la falta de auxilio de las empresas Tecnoescena y del Carnaval, respectivamente.
Yuly y Havana C, dirigido y fundado por la vehemente joven Yuleisis Greenidge, ex integrante de Caribe Girls, calentó el improvisado escenario mediante las voces y febriles movimientos de sus muchachos, quienes con la excelencia del acompañamiento musical que caracteriza a esta orquesta, levantaron al público de sus asientos, contagio rítmico que se extendió hacia los que estaban de pie y en los balcones de los edificios aledaños.
La ausencia de un escenario con el mínimo de condiciones para su desempeño, no provocó la suspensión de la profesional Compañía de danzas y bailes afrocubanos Okan Tomí, que comanda el reconocido bailarín, coreógrafo, músico y cantante Juan Carlos Silvera, quien en un segmento de la calle contiguo al escenario, representó la coreografía Obatalá, de este mismo creador, la cual recibió cálidas palmas del auditorio.
Hacia el final del espectáculo, cuando parecía que el interés de la concurrencia iba a declinar, Mariachis Habana, que encabeza su fundador y sagaz violinista, Miguel Barrera, y Memorias, de la provincia de Mayabeque, capitaneado por el persistente Juan Amado Echevarría (percusión menor y coro), encendieron nuevamente la fiesta. El primero, con la internacionalmente conocida pieza de Juan Almeida, La Lupe, y otros temas de la música tradicional mexicana; y el segundo, con excelentes versiones de clásicos del pentagrama nacional, entre ellos, El Necio, de Silvio Rodríguez, y Anda Ven y Muevete, de Juan Formel y Los Van Van.
Momento de solemnidad y admiración causaron los jóvenes integrantes de la Academia Nacional de Canto Mariana de Gonith, dirigida por el maestro Hugo Oslé, con los temas Cabalgando con Fidel, de Raúl Torres; La Victoria, de Sara González; y Cuba que linda es Cuba, de Eduardo Saborit ; emotivo y ovacionado momento que abrió el programa.
Los simpáticos muchachos de Four Boys, integrado por Ronny, Walter, Ronaldo y Guillermo, en su debut escénico fueron aplaudidos por los presentes al concluir el tema de su propia autoría titulado La traición.
Agradecida fue la presencia de los agentes de Tránsito y del orden público, así como de la Cruz Roja Cubana, en el municipio de Centro Habana.
Como se esperaba, fue una memorable noche de entrega artística desinteresada y amorosa, que duró aproximadamente tres horas y que, a concluir, fue personalmente agradecida por varios de los vecinos de Cayo Hueso.