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Acuíferos en alarma y aguadores alertas

“Vital resulta enfrentar la sequía con inteligencia, integración y disciplina”, declaró Rafael. Foto: José Luis Martínez Alejo

 

Un fenómeno amenaza hace tiempo al desarrollo económico y social de la provincia de Ciego de Ávila. La alerta temprana de sus posibles consecuencias estuvo a cargo de un grupo multidisciplinario integrado por hidrólogos, geólogos, químicos y otros profesionales, preocupados porque el 70 % de las reservas acuíferas locales son de origen subterráneo.

Tras la advertencia, llegó la perturbación. Alcanzaron la fase de alarma 6, de los 15 sectores hidrogeológicos proveedores del líquido a las empresas de cultivos varios La Cuba y Arnaldo Ramírez, la entidad agroindustrial Ceballos, el central azucarero Ciro Redondo y otros centros grandes consumidores.

Menos de tres meses de cobertura de agua les quedaban a dichos sectores en el 2015. Muy tensa era la situación para la economía y la población, cuando colapsó Ruspoli No 1, una de las principales fuentes de abasto a la capital provincial.

“¿Agua pasada?”

Las secuelas de tal contingencia pueden parecer hoy como “agua pasada”. Pero el manto acuífero sigue sediento, incluso, desde que en el 2014 la sequía comenzó a hacer estragos en el territorio avileño.

Unas 5 mil hectáreas con sistemas de riego se convirtieron en áreas de secano. Sin embargo, los agricultores estatales y los campesinos lograron soluciones para sobrepasar sus compromisos productivos en el 2016. Tampoco se “deshidrató” la zafra azucarera, gracias a la osadía de sus protagonistas.

Son estas algunas proezas laborales. Aunque, la anomalía climática también hace hazañas. Tan reseco fue el mes de diciembre pasado que la provincia alcanzó solo el 17 % de llenado de las presas. Las precipitaciones se comportaron por debajo de la media histórica en todos los municipios.

Cinco sectores hidrogeológicos están en la actualidad en la fase de alarma y siete en alerta. Calificados de críticos permanecen el CA-I-5 (Ceballos- Ciro Redondo-Morón); el CAI- 9 (Primero de Enero); y el CA-I-11 (Velazco).

El acueducto de Ruspoli, por ejemplo, no ha logrado recuperarse. La única estación de bombeo activa, de un total de tres, entrega 120 litros por segundo. Insuficiente aporte en comparación con los 380 que se suministraban antes a la capital provincial.

“Ahora está suspendido el riego por gravedad para todos los sectores”, afirma el ingeniero Rafael González- Abreu Fernández, especialista principal del servicio hidrológico, de la Empresa de Aprovechamiento Hidráulico (EAH) de Ciego de Ávila.

Emilio Varela López, de la delegación provincial de la agricultura, ejemplifica: “Ese sistema representa aquí el 56 % de las técnicas de regadío en nuestro organismo, por lo que están afectadas 10 mil 596 hectáreas y ello nos obligó a trasladar cultivos e invertir los recursos en aquellas zonas menos dañadas por la sequía, con vistas a atenuar el déficit de la producción de alimentos”.

Ahora las prioridades son para el consumo de la población y los animales. Una de las acciones deviene la nueva conductora para trasvasar agua potable de la parte sur a la norte de la ciudad cabecera. Además, casi 50 mil personas reciben el servicio a través de carros cisterna, en los municipios más afectados por la escasez de precipitaciones.

Se incrementan en la actualidad las labores de eliminación de salideros en las redes hidráulicas. Foto: Nohema Díaz Muñoz

 

Gracias a la alerta temprana…

Deprimido está el manto freático. Afortunadamente, la situación no ha sido más dramática, gracias a que la Comisión Provincial de Enfrentamiento a la Sequía tuvo a mano una herramienta muy útil en la toma de decisiones, la cual fue inscripta en calidad de inventiva con el nombre de Alerta temprana en caso de intensa sequía o sobrexplotación de los acuíferos.

Su autor, el Máster en Ciencias Rafael González-Abreu Fernández, declaró a Trabajadores que en el boletín hidrológico mensual de su centro laboral, ellos habían alertado del peligro que se avizoraba en detrimento de las fuentes subterráneas.

“Hicimos análisis puntuales para determinar las zonas más vulnerables y aplicamos nuestras tecnologías, tales como las curvas de agotamiento, la determinación de las fases de alerta y alarma y el pronóstico del nivel de llenado de los acuíferos”.

De no haberse empleado esas técnicas de gestión del conocimiento, hubiesen colapsado las tres fuentes de Ruspoli, por lo que más de 49 mil personas estarían recibiendo el servicio a través de carros pipa en la ciudad de Ciego de Ávila, según informó el experto.

Por su impacto económico y social, esas inventivas integraron un software nombrado HidroCuba, y fueron mostradas en la exposición por el aniversario 40 de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores, celebrada en Expocuba.

“Sobre el manejo de las aguas subterráneas estamos entrenando a profesionales de todo el país en sus respectivas provincias”, acota Rafael, quien enfatiza: “En algunos lugares se afectó el equilibrio entre el agua dulce y la salada, principalmente al Sur del municipio avileño de Venezuela, donde hoy la intrusión salina es muy fuerte”.

Los instrumentos teórico-prácticos de González-Abreu Fernández forman parte de un conjunto de logros de la EAH de Ciego de Ávila, único colectivo Vanguardia Nacional de su tipo en el país y acreedor de un sistema integrado de gestión para la supervivencia de las aguas terrestres.

Casi 50 mil personas reciben el servicio mediante carros cisterna, principalmente en los municipios más afectados: Florencia, Primero de Enero, Ciro Redondo y Ciego de Ávila. Foto: Pastor Batista

 

Ahorrar de verdad

“¡Cuidado conmigo!”, tal parece decir la guapetona sequía. Y los avileños, con el apoyo de trabajadores de La Habana, les ripostan con las labores de eliminación de salideros. En tanto, se agilizan pruebas con el objetivo de aprovechar una parte del agua del canal trasvase Zaza-Ciego de Ávila para favorecer cultivos e inyectarle líquido al manto acuífero, al sur de la provincia.

El fenómeno obliga a invertir unos 34 millones de pesos en la construcción de nuevos pozos y conductoras. Como en tiempo de huracanes, preservar la vida es lo primero.

Queda potenciar más la energía humana contra el despilfarro y los demonios naturales. Economizar el agua, un recurso renovable, pero hoy muy limitado. Ahorrar de verdad.

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