En la primera respuesta reconoció que pudo haber sido apresurada la salida del abridor Yoanni Yera en el cuarto capítulo “pero aprecié que estaba descansado y no podía ser bateado así en ese momento. Además, intentaba que el juego no se me fuera de las manos temprano y que pudiera abrirse 3-0 o 4-0. Frank Luis lo pudo contener”.
Acto seguido comentó la buena ofensiva del inicialista granmense Guillermo Avilés, a quien definió como un eslabón importante en la remontada de los alazanes en el estadio Victoria de Girón. “Ese muchachos se llevó los dos juegos aquí. Se puso “bravo” con el bate aquí, porque en Granma no estuvo así. Fue el que abrió la brecha los dos días”.
Llegaron entonces las preguntas más comprometedoras tras la sexta derrota con la camiseta roja de los “cocodrilos” y los supuestos rumores de que iría a dirigir el conjunto Industriales. Tomó calma, respiró profundo y soltó la verdad.
“No tengo nada en la mente de dirigir Industriales ahora. Conmigo nadie ha hablado para eso. Todo es falso y pura especulación. Voy a estar tranquilo. No voy a decir que no dirijo más porque estoy al servicio del béisbol cubano, pero tendrían que hablar conmigo y convencerme. La idea que tengo ahora es descansar”, comentó.
Sobre la otra interrogante pública: ¿Ni siquiera le interesaría dirigir el equipo al IV Clásico Mundial de Béisbol?, fue tajante. “No sé nada de eso, no lo han determinado. Yo nunca voy a renunciar a dirigir a Cuba al Clásico Mundial ni a ningún evento internacional, pero el único equipo que no ha dado su manager para ese evento somos nosotros. Hay tremendo rollo con eso y dicen que pondrán al manager después que se acabe la Serie. Si no lo han decidido y no me han puesto hasta ahora, pues entonces que pongan el director que gane y ya”.
Sobre la etapa vivida en Matanzas, un ciclo de trabajo duro y largo señaló: “El trabajo aquí fue muy bueno. Seis años, seis medallas, de ellas dos veces en final. Pero cuando tu tomas un equipo sotanero y trabajas como lo hicimos, pero los jugadores no son capaces de definir campeonatos, ocurren estas cosas. Así pasó con Villa Clara, hicimos el trabajo y luego vino Moré vino y ganó. Pero ese equipo lo formamos nosotros, el colectivo técnico que trabajó conmigo allá”.
“Aquí hay gente joven y preparada que puede continuar el trabajo, pero una séptima oportunidad no la veo ya. Tengo 60 años y voy a descansar. Voy a ver los toros desde la barrera”, ratificó Mesa, quien opinó que todavía se puede hacer mucho por el béisbol cubano en materia de comunicación y convenios para acceder a más artículos que faltan, sobre todo ahora que muchas personas por el mundo quieren ayudar.
“No me gustaría volver con ningún equipo. Ayudaré y apoyaré en lo que se me pida, pero la idea es no dirigir más”, ratificó una vez más el otrora jardinero central de los equipos villaclareños y de la selección nacional.
Finalmente, vaticinó que la final entre Ciego de Ávila y Granma debe ser una buena serie. “Ciego es un equipo que lleva años ganando y aspiran a su tercer campeonato, pero hay otro equipo como Granma, dirigido muy bien por Carlos Martí que viene muy inspirado. Debe ser una buena final”.
Las grabadoras se apagaron. Víctor se levantó de la mesa. Recogió un cocodrilo de barro que adornaba el ambiente del lugar y lo miró. “Me lo llevo para recordar siempre mi paso por aquí”. Y se fue.