El Centro de Investigaciones del Níquel Capitán Alberto Fernández Montes de Oca (Cediniq), de Moa, se creó en el año 1986 con el objetivo de dar respuesta al creciente desarrollo de esa industria en el nororiental municipio de la provincia de Holguín.
En su ejecución se contó con la ayuda del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, (PNUD) que donó el equipamiento requerido para el montaje de una planta piloto destinada al procesamiento experimental del mineral laterítico.
De aquellos tiempos iniciales guarda muy gratos recuerdos el ingeniero Silvio Basulto Pérez, quien vio surgir el centro porque participó en su edificación y se ha mantenido laborando allí desde su fundación.
El actual jefe de Inversiones del Cediniq recuerda que empezó a pie de obra en el año 1984, como constructor y montador, y cuando terminaron no dudó en quedarse atendiendo la parte de operaciones de la planta piloto.
“Nosotros tenemos una gran responsabilidad, precisa, porque somos los encargados de realizar las pruebas a las muestras del mineral cada vez que ocurre un cambio, y certificar que posee los parámetros requeridos para su procesamiento industrial.
“Para no quedarnos atrás, agregó, impulsamos el desarrollo científico del centro y estamos concentrados en la culminación del proceso de informatización de la parte investigativa y la modernización del equipamiento de los laboratorios”.
Durante sus tres décadas de existencia, el Cediniq se ha mantenido fiel a su objeto social, que es desarrollar proyectos de investigación científica e innovación tecnológica y aportar soluciones, tanto para la minería como la metalurgia.
Para ello dispone de una planta piloto, en la que a pequeña escala se realizan los diferentes pasos del proceso carbonato amoniacal, es decir, trituración y secado, molienda y almacenamiento, reducción, lixiviación y lavado, precipitación de cobalto y suministros auxiliares.
Cuenta también con laboratorios tecnológicos de piro e hidrometalurgia, extracción de solventes, separación de líquidos y sólidos y lixiviación ácida a presión, a los que recientemente se le añadió el laboratorio analítico con espectrómetro de absorción atómica y molecular, entre otros equipos de punta.
La investigadora auxiliar Neisis Capote Flores, dijo que el nuevo equipamiento les permite hacer análisis más completos y abarcadores y no solo determinar los elementos metálicos simples, sino todos los componentes del mineral.
Importantes aportes
El Cediniq acumula importantes contribuciones al proceso de la industria del níquel en los últimos 30 años, mediante proyectos de investigación científica e innovación tecnológica vinculados con la minería y metalurgia.
Sobresale el desarrollo de una tecnología para obtener sales de níquel y cobalto a pequeña escala, dirigida en lo fundamental a materializar una modesta aportación productiva, sin alejarse de su principal objetivo, las investigaciones.
Este resultado posibilitó diseñar y construir una minirefinería de níquel y cobalto en la propia instalación, que tiene capacidad para producir anualmente 120 toneladas de níquel y 60 de cobalto, ambos en forma de carbonatos.
Con la introducción en el proceso productivo del secado solar y aéreo de minerales y materiales a granel, estudiada en el centro, se logró reducir en el 3 % la humedad del mineral, y con ello, ahorrar electricidad y combustible en la fábrica.
Fundamental para disminuir las pérdidas de amoniaco en la planta de lixiviación y lavado y el consiguiente incremento de la eficiencia industrial, resultó la optimización del flujo de aire en los turboaereadores, otra contribución del Cediniq.
Un gran impacto para la población y la protección del medio han tenido los trabajos dirigidos a la disminución de la contaminación ambiental, con gases de sulfuro de hidrógeno emanados del proceso ácido de la empresa Pedro Sotto Alba.
De acuerdo con los cálculos realizados, la adición de licor fresco en el quinto anillo de los alambiques de destilación, innovación aplicada en el proceso fabril, reporta beneficios por más de un millón de dólares al año.
Entre los últimos aportes de esta institución, Vanguardia Nacional del Sindicato Nacional de Energía y Minas, se encuentran la determinación magnética del contenido de níquel metálico presente en el óxido niquelífero de la empresa Ernesto Che Guevara y la implementación del software ExpertAL, herramienta para la toma de decisiones por el personal de operaciones.
La ingeniera Silvia Margarita Ariza Borges, directora del Cediniq, explicó que todos estos logros han sido posibles por el esfuerzo y nivel científico del colectivo laboral, integrado por 97 técnicos de nivel superior, entre ellos ocho investigadores auxiliares y nueve agregados, y un doctor en Ciencias, así como 67 técnicos de nivel medio.
Resaltó también la importancia de la colaboración sostenida con las universidades de Oriente, Las Villas y Ciencias Informáticas, los institutos Superior Minero Metalúrgico de Moa, de Ciencia y Tecnología de los Materiales y de Normalización, y los centros de Investigación del Petróleo y de la Industria Minero-Metalúrgica, en la formación científico técnica del personal y el desarrollo de diferentes proyectos.
Para seguir avanzando en la consecución de nuevos programas, en correspondencia con las exigencias de la industria del níquel, se gana en la modernización de todo el equipamiento tecnológico y de laboratorios y la completa informatización.
Las líneas estratégicas para el actual quinquenio prevén continuar trabajando en el aumento de la eficiencia metalúrgica y tratamiento de los efluentes, tanto del proceso de lixiviación amoniacal como ácida, investigación de los minerales en las nuevas concesiones, sustitución del sínter de níquel por un producto de mayor valor agregado y el cambio de la matriz energética en la empresa Ernesto Che Guevara.
De la materialización de tales propósitos dependerá, en buena medida, que el Centro de Investigaciones del Níquel Capitán Alberto Fernández Montes de Oca consolide su prestigio como fuente de renovación de la industria niquelífera, uno de los principales rubros exportables del país.