El Premio Alejo Carpentier, que anualmente convoca el Instituto Cubano del Libro, la Editorial Letras Cubanas y la Fundación que lleva el nombre del autor de El Siglos de las Luces, para estimular y reconocer la obra de los escritores de la isla en los géneros de novela, cuento y ensayo, se ha convertido, sin temor a la exageración, en el más prestigioso galardón literario otorgado en la mayor de Las Antillas.
Así lo confirma una fugaz mirada a los libros que, a lo largo del tiempo, han sido reconocidos con este premio, obras que con la firma de relevantes escritores cubanos de entre siglos –como Antón Arrufat, Jaime Sarusky, Marta Rojas, Laidi Fernández de Juan, Reinaldo Montero y Margarita Mateo Palmer— se han publicado bajo el sello de Letras Cubanas.
Para reafirmar la trascendencia del Premio Alejo Carpentier, se han incorporado, al catálogo de la citada casa editorial, las obras de narrativa de ficción reconocidas en la convocatoria correspondiente al año 2016: la novela Demonios, de Alberto Garrandés, y el cuaderno de cuentos La línea en la mitad del vaso, de Emerio Medina.
En Demonios (280 pp) –novela premiada según un jurado integrado por Marilyn Bobes, Rodolfo Duarte y Anna Lidia Vega Serova—, Alberto Garrandés, mediante un cuidado discurso narrativo, cuenta una historia que se mueve entre la realidad y la fabulación, en que los personajes que la protagonizan constantemente se reinventan unos a otros.
«Demonios –en palabras de su autor— es un libro lleno de acontecimientos insólitos, de lo erótico a lo espectral, del cuerpo y el sexo al sueño lúcido. Mi novela ansía a ser una construcción a medio camino entre el laberinto clásico y el laberinto barroco, un aviso en forma de juego acerca de las correlaciones de la lectura con la escritura y de esta con la vida».
En dos ocasiones anteriores, en los años 2007 y 2008, Alberto Garrandés (La Habana, 1960) ya había alcanzado el Premio Alejo Carpentier, en los géneros de novela y ensayo. Galardones que, junto a otros reconocimientos –como el Premio de la Crítica Literaria recibido en cinco ocasiones— avalan la obra narrativa, tanto de ficción como de prosa reflexiva, de este autor.
Cinco son los relatos incluidos por Emerio Medina en La línea en la mitad del vaso (104 pp), en que, a través de una ágil prosa, se presentan historias acaecidas en diversos escenarios del mundo, centradas en personajes que viven, aman, sufren, sueñan, para así reafirmar el interés del autor por reflexionar en la propia condición humana.
Es este el séptimo libro de cuentos publicado por el narrador Emerio Medina (Mayarí, 1966), quien atesora, entre otros reconocimientos, el Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar, el Premio UNEAC de Cuento Luis Felipe Rodríguez, el Premio Oriente de Literatura Infantil, el Premio Casa de las Américas de Cuento y el Premio de la Alianza Francesa de Cuba.
«El terso dominio de atmósferas y situaciones en el campo de lo humano –afirma Georgina Pérez Palmés, quien junto a Sergio Cevedo y Ana Luz García Calzada otorgó el premio a La línea en la mitad del vaso—, la libertad de movimientos en el tiempo y el espacio y el exquisito regodeo en el lenguaje dotan a este autor de herramientas poderosas en el oficio de narrar».
Con la publicación de la novela Demonios, de Alberto Garrandés, y del cuaderno de cuentos La línea en la mitad del vaso, de Emerio Medina, ambos libros Premio Alejo Carpentier 2016, quienes se interesan en la actual narrativa cubana podrán sentirse satisfechos. He aquí dos inteligentes y reveladoras propuestas que, indudablemente, enriquecen el panorama de las letras insulares de hoy.