Al conocer los granmenses la fecha en que llegaría al territorio la caravana que portaba las cenizas del líder histórico de la Revolución, no pocos exclamaron, casi como por trasmisión de pensamiento: Otro 2 de diciembre que entra Fidel a Granma. En horas de la madrugada de ese día se conmemoraba el aniversario 60 del glorioso desembarco del yate Granma, por playa Las Coloradas, Niquero.
Fue imposible describir emociones ante tanto dolor por la pérdida física, máxime por el apego y orgullo que se siente en esta tierra por la historia que compromete.
Pero no solo emergió esta coincidencia.
Lourdes Ferrera González, directora de Cultura en Guisa y conocedora de la historia de este municipio, significó otros momentos que calificó de sublimes para sus coterráneos por estar ligados a la figura del Comandante en Jefe.
“El funesto día en que pasó el Comandante a la inmortalidad, el 25 de noviembre, se cumplieron 16 años de la tribuna abierta donde pronunció su tercer discurso en este pueblo. Fue también su última visita durante la cual, refiriéndose a la gloriosa batalla de esta localidad, pronunció una frase que llevamos en el corazón: ‘Y demostraremos muchas veces más que como en Guisa, nada es imposible”.
La gesta decisiva
Del 20 al 30 de noviembre de 1958 se desarrolló uno de los hechos bélicos más importantes de la historia de la nación. La contienda estuvo dirigida personalmente por Fidel, quien llegó un día antes a los predios del entonces marquesado San José de Guisa para tomar posiciones ventajosas y organizar la acción.
El líder, según expresara después, tenía como objetivo dar un golpe contundente que desmoralizara al ejército de la tiranía y poner en movimiento todo el puesto de mando de Bayamo (a 11 kilómetros de distancia) lo cual se lograría utilizando el factor sorpresa, relata Ferrera González.
“El empuje arrollador del Ejército Rebelde rechazó los nueve batallones enviados en 18 acciones combativas. En una de ellas cae combatiendo el capitán Braulio Coroneaux Betancourt, quien ante la orden de su superior de no dejar entrar por la carretera principal más refuerzos le expresó: ‘Descuide, Comandante, por aquí no pasarán’, e hizo realidad sus palabras. En la noche de ese día 27 el líder, acompañado por Celia Sánchez, le dieron sepultura junto a otros dos soldados”.
Al décimo día de iniciada la batalla entraron victoriosos los rebeldes al pueblo y fue calificada como la operación militar más audaz de esas huestes.
Lo ocurrido en Guisa marcó el derrumbe del ejército de la tiranía, abrió las puertas hacia el llano y permitió que se unieran los tres frentes orientales que formaron un triángulo estratégico. Es considerada una de las 40 batallas decisivas para lograr el triunfo del 1º de enero de 1959.
“Podemos asegurar que aquí se organizó la Caravana de la Victoria. Las tropas continuaron su avance con más hombres incorporados y mejor armados. Ese día el Comandante expresó: ‘Esta vez los mambises sí entrarán a Santiago de Cuba’. Con sus palabras hizo referencia a otro trascendental hecho. También en noviembre, pero de 1897, el poblado fue escenario de la última batalla de la Guerra del 95, y cuando Calixto García, ya victorioso, tomaba disposiciones para tomar esa ciudad se le orientó retirar a sus hombres. La injerencia de los norteamericanos en Cuba, era un hecho”, afirma la especialista.
Fidel siempre en el recuerdo
El municipio de Guisa se encuentra próximo a la cordillera de la Sierra Maestra y en él se localizan 12 sitios históricos relacionados con Fidel. Uno de ellos, quizás el más visitado, es el otrora puesto de mando desde donde dirigió la batalla conocido como Las cuevas de Santa Bárbara.
Lourdes Ferrera González mencionó que el líder revolucionario visitó esa demarcación en 13 ocasiones: “En tres oportunidades pronunció discursos, dos de ellas en una misma década: el 20 de enero de 1981 cuando creó las Milicias de Tropas Territoriales y el 30 de noviembre de 1988 al celebrarse el aniversario 30 de la trascendental gesta. Creo que los guiseros vivimos con ese privilegio”.