Por Yuleiky Obregón Macías
Al estadio José Antonio Huelga, la casa matriz del béisbol en Sancti Spíritus, llega cada mañana el estelar pelotero Frederich Cepeda, quien por estos días vuelve a la cotidianidad de los swings. Junto a sus compañeros —consagrados y futuros gallos— se le ve inmerso en las rutinas del entrenamiento. “Llevo diez meses de operado, y aunque siempre me dijeron que una intervención como esta necesitaba un año de recuperación completa, desde hace siete días comencé a batear, a tirar y a hacer otros ejercicios. Me encuentro bien. El alta médica consiste en que puedo entrenar y hacer todo lo correspondiente a mi deporte. Sueño con alargar mi carrera deportiva, incrementar números, seguir jugando y retornar al equipo nacional”.
“En tres y dos” pero aún sin poncharse, el pelotero cubano con mejores números en los Clásicos Mundiales de Béisbol precedentes, con promedio de bateo 449 y slugging de 855, mantiene las expectativas con su inserción en la cuarta cita prevista para marzo de 2017. “Yo tengo muchos deseos, pero lo más importante es estar saludable y hacer mi carrera más extensa. Me gustaría estar en este clásico y nuevamente representar a Cuba. Solo me queda esperar”.
-¿Cómo te has sentido ante el apoyo recibido por tus seguidores, que aclaman tu presencia en la final de la serie nacional y en el clásico venidero?
“Es gratificante, que simplemente con mi trabajo, con la labor que realizo como deportista, posea el cariño de muchos cubanos. En todos los partidos, en todos los estadios que juego me siento neutral porque casi siempre, las personas me apoyan. Aunque existen los que discrepan… Ese es el principal premio que me voy a llevar cuando no juegue béisbol”.
Con casi dos décadas de desempeño en series nacionales y pese a las lesiones, Cepeda se siente entero. “Cada quien se siente como quiera sentirse. Al final los números están ahí, demuestran lo que eres capaz de hacer. Hace años que me dicen veterano — creo que desde los 25– debe ser porque llevo muchos años jugando. Pero tienes que creer en ti, en la vida y seguir hacia delante, que nadie te ponga límites, esos los pones tú. Estaré bien cuando comience a jugar y no pase nada. Siempre uno va con fe, yo tengo fe para seguir.