Aunque ya han pasado casi 70 años desde que el 10 de diciembre de 1948 se aprobara en Naciones Unidas la Declaración Universal de los Derechos Humanos, no fue hasta hace apenas unos meses, en junio pasado, que se distinguió por primera vez la existencia de la paz como tal. A propuesta de Cuba, el Consejo de Derechos Humanos (Codehu) adoptó en su 32º período el documento que así lo contempla.
La labor de la Isla en defensa de ese “bien supremo y anhelo legítimo de todos los pueblos”, como quedara establecido en la Proclama de América Latina y el Caribe como zona de paz, se extiende a otros espacios. Durante el 2016, la nación caribeña fue sede de relevantes eventos para la paz regional y mundial, como los diálogos entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), así como el Primer Seminario Internacional Realidades y Desafíos de la mencionada Proclama.
En el Codehu, Cuba no solo se ha pronunciado en favor de la eliminación de los conflictos armados, los cuales —de acuerdo con la Agencia de la ONU para los Refugiados— desplazaron a 12,4 millones de personas durante el pasado año, sino que ha promovido varias resoluciones referidas a otros temas como el derecho a la alimentación, el respeto de la diversidad cultural y la promoción de un orden internacional más democrático.
Su actuación en ese foro la llevó en 2016 a ser incluida para un segundo mandato consecutivo de tres años (2017-2019). En esta ocasión, resultó el país más votado de la región con el apoyo de 160 naciones. Con anterioridad, lo integró desde su fundación en 2006 hasta 2012 y luego de 2014 al presente año.
Este órgano está compuesto por 47 estados y es el responsable “de la promoción y protección de todos los derechos humanos en el mundo entero”, según expresa su propia plataforma online; por lo que la participación de la Isla en él se traduce en un reconocimiento de la comunidad internacional a su trabajo.