Por Arturo Chang
En la primera jornada del trayecto hacia la eternidad, las cenizas del Comandante en Jefe de la Revolución pernoctan la noche del miércoles en el mismo recinto donde reposan los restos del Guerrillero Heroico y sus compañeros caídos en Bolivia.
En la Caravana de la Libertad en 1959, también el Che había llegado primero para librar la Campaña de Las Villas, cuyas acciones victoriosas contribuyeron a precipitar la caída de la tiranía.
Haber fallecido casi a la misma hora en que comenzó su travesía en el Granma desde el puerto mexicano de Tuxpan ha sido simbólico, pero a ello se suma el significado del reencuentro con su hermano de lucha.
Hasta el Memorial del Che llegó de La Habana después de pasar por Cienfuegos, una ciudad a la que acudió a rendir homenaje a los mártires del alzamiento del cinco de septiembre a los pocos días del triunfo de la Revolución.
Cuando llegaron los restos guerrilleros, Fidel los calificó de Destacamento de Refuerzo, lo cual ha sido confirmado porque la presencia de los mártires ha inspirado al pueblo con renovados bríos en tiempos difíciles.
Ellos son símbolos de la Patria que están en una trinchera a la cual Fidel calificó de Santuario de la Solidaridad.
Para acompañar a sus símbolos, el pueblo en Santa Clara prefirió una vigilia en la Plaza Ernesto Guevara y amanecer el jueves a lo largo de la Carretera Central por las localidades cercanas de Falcón y Placetas, limítrofes con la provincia de Sancti Spíritus, donde la Caravana de la Libertad se detuvo el 5 de enero de 1959 a dialogar con el pueblo.