Hasta el cielo estaba de luto. No había una sola estrella en el firmamento. Era noche de homenaje, noche para que los agradecidos rindieran tributo al Comandante en Jefe Fidel Castro al paso de la Caravana que traslada sus cenizas mortales hacia el panteón eterno, el más alto de la patria, donde reposarán en el cementerio de Santa Ifigenia, de Santiago de Cuba, sitio sagrado.
Miles y miles de cienfuegueros estuvieron presentes al paso de los vehículos por las zonas rurales, las cabeceras de los municipios de Palmira y Cruces y en la ciudad principal de la provincia, a la que había llegado junto con sus compañeros de lucha en la Sierra el 6 de enero de 1959, porque “A Cienfuegos había que venir aunque solo fuera para saludar a este pueblo e inclinarse reverente en tributo a los héroes del 5 de Septiembre”, como afirmó en aquella ocasión.
Pasadas las 9 y 30 p.m. la Caravana entró a la también denominada Perla del Sur. Pasó por calles y avenidas hasta arribar al céntrico Parque Martí, justo en el lugar donde el victorioso Comandante Fidel Castro dialogó con los periodistas ese día y le habló al pueblo cienfueguero, congregado frente al Ayuntamiento Municipal, hoy sede de la Asamblea Provincial del Poder Popular (Gobierno).
Precisamente, en ese sitio Fidel había sido detenido el 12 de noviembre de 1950 cuando apoyó una protesta realizada por estudiantes cienfuegueros en contra de las medidas adoptadas por el entonces Ministro de Educación, por lo que fue acusado. En el juicio, efectuado en la entonces Audiencia de Santa Clara, realizó realizar su primera autodefensa, en la que habló de la justicia y el decoro de la patria. Finalmente fue absuelto.
También estuvo allí cuando pasó por el territorio cubano el fuerte huracán Michelle (5 de noviembre de 2001), interesado por los daños ocasionados y las acciones a ejecutar en la fase recuperativa.
Al arribo de la Caravana a ese lugar estaban presentes, Julio Camacho Aguilera, comandante del Ejército Rebelde y jefe por el Movimiento 26 de Julio del Levantamiento Popular Armado del 5 de Septiembre de 1957; Lidia Esther Brunet Nodarse, primera secretaria del Partido Comunista de Cuba (PCC) en Cienfuegos; Mairely Pernía Cordero, presidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular; jefes y oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y el Ministerio del Interior (Minint), y dirigentes de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), las organizaciones de masas y la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC).
Seguidamente la Caravana se dirigió hasta las proximidades del restaurante Covadonga, emblemático sitio cienfueguero que fue visitado por el Líder de la Revolución el 6 de enero de 1959 y en el cual dialogó con María Covadonga, su dueña en ese entonces.
Al abandonar la ciudad enrumbó hacia Santa Clara, la ciudad del Comandante Ernesto Che Guevara, donde reposan sus restos y los de sus compañeros de lucha en Bolivia.