Con la presencia de miles de cubanos, que reafirmaron su lealtad y compromiso con la Revolución, se realizó el homenaje póstumo al líder cubano Fidel Castro Ruz en la Plaza de la Revolución, fallecido este 25 de noviembre, en ceremonia presidida por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros.
A la ceremonia, que comenzó con la declamación del poema Marcha triunfal del Ejército Rebelde, del poeta Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí, asistieron miembros del Buró Político del Partido, del Comité Central del Partido, del Consejo de Estado y de Ministros y de las organizaciones políticas y de masas, de las organizaciones estudiantiles; representantes de las Fuerzas Armadas y del Ministerio del Interior, entre otros.
Acompañaron a los cubanos en este momento de dolor y reafirmación, dignatarios y representantes de gobiernos y parlamentos, de naciones de muchas partes del mundo, que acudieron para rendir tributo al Comandante en Jefe.
Para este miércoles, a las siete de la mañana está prevista, desde la sala Granma del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias el comienzo de la ceremonia de traslado de las cenizas hacia el Oriente del país en un itinerario que rememorará el el recorrido de la Caravana de la Libertad, en enero de 1959.
[youtube url=»https://www.youtube.com/embed/6BrcOoXoFKE?list=PLae_KjiPv8ln4jTXEUjDHhrQFDftX3T23″ width=»840″ height=»480″][/spoiler][/spoiler] Video tomado por el musicólogo Oni Acosta en la entrada del Teatro Nacional, donde el pueblo cubano rindió homenaje a los restos de Juan Formell.[/youtube]
Palabras del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros en el acto de masas en homenaje póstumo al Comandante en Jefe de la Revolución Cubana Fidel Casto Ruz, en la Plaza de la Revolución , el 29 de noviembre de 2016, “Año 58 de la Revolución”
Estimados Jefes de Estado y de Gobierno;
Señores Jefes de Delegaciones;
Destacadas personalidades;
Amigos todos;
Querido pueblo de Cuba (Aplausos):
Aunque me corresponderá pronunciar el discurso final el próximo 3 de diciembre, cuando nos reunamos en la Plaza de la Revolución Antonio Maceo, en Santiago de Cuba, deseo manifestar ahora, en nombre de nuestro pueblo, Partido y Gobierno, así como de la familia, sincera gratitud por su presencia en este acto (Aplausos), por las emocionantes palabras que aquí se han expresado y también por las extraordinarias e innumerables muestras de solidaridad, afecto y respeto recibidas de todo el planeta en esta hora de dolor y de compromiso.
Fidel consagró toda su vida a la solidaridad y encabezó una Revolución socialista “de los humildes, por los humildes y para los humildes” que se convirtió en un símbolo de la lucha anticolonialista, antiapartheid y antimperialista, por la emancipación y la dignidad de los pueblos.
Sus vibrantes palabras resuenan hoy en esta Plaza, como en la Concentración Campesina del 26 de julio de 1959 en apoyo a la Reforma Agraria, que fue como cruzar el Rubicón y desató la condena a muerte de la Revolución. Aquí Fidel ratificó que “la Reforma Agraria va”. Y la hicimos. Hoy, 57 años después, estamos honrando a quien la concibió y encabezó.
En este lugar, votamos junto a él la Primera y la Segunda Declaración de La Habana de 1960 y 1962, respectivamente (Aplausos). Frente a las agresiones apoyadas por la Organización de Estados Americanos (OEA) Fidel proclamó que “detrás de la Patria, detrás de la bandera libre, detrás de la Revolución redentora… hay un pueblo digno” dispuesto a defender su independencia y “el común destino de América Latina liberada”.
Estaba junto a Fidel en el edificio que ocupa hoy el MINFAR, o sea, Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, cuando escuchamos la explosión del barco francés La Coubre, que traía las primeras y únicas armas que pudimos comprar en Europa, y partimos al muelle, porque ya sabíamos que solo esa explosión podía originarse en el barco que estaba descargando esas armas, para socorrer a las víctimas, cuando minutos después de nuestra llegada se produjo, como trampa mortal, una segunda explosión. Entre ambas causaron 101 muertos y numerosos heridos.
Aquí, con él, se hizo la Declaración de Cuba como Territorio Libre de Analfabetismo en diciembre de 1961 (Aplausos), al terminar la Campaña de Alfabetización protagonizada por más de 250 000 maestros y estudiantes que no se detuvo, mientras ese mismo año los veteranos del Ejército Rebelde y las nacientes Milicias Nacionales Revolucionarias combatían a los mercenarios en Playa Girón y en las zonas montañosas contra las bandas armadas infiltradas desde el exterior que, entre otras muchas y múltiples fechorías, asesinaron a 10 jóvenes alfabetizadores. Se venció en Girón y se cumplió al mismo tiempo con la alfabetización de todo el país (Aplausos), para consagrar, como dijo entonces Fidel, que “los jóvenes tienen el porvenir en sus manos” (Aplausos).
Con profunda emoción aquí mismo escuchamos al Comandante en Jefe en esta Plaza, en la Velada Solemne de octubre de 1967, para rendir tributo al inolvidable Comandante Che Guevara y regresamos a ella, 30 años después, durante la etapa más dura del Período Especial, para comprometernos ante sus restos a que seguiríamos su ejemplo inmortal.
Estremecidos e indignados, asistimos a la Despedida de Duelo de las 73 personas asesinadas por el terrorismo de Estado en la voladura del avión de Cubana de Aviación en Barbados, entre ellas los jóvenes ganadores de todas las medallas de oro en el cuarto Campeonato Centroamericano y del Caribe de Esgrima. En esa ocasión repetimos con él que “cuando un pueblo enérgico y viril llora”, (Exclamaciones de: “¡La injusticia tiembla!”), exactamente, “¡la injusticia tiembla!” (Aplausos.)
Es esta la Plaza de importantes marchas del Primero de Mayo de la capital; en 1996 contra el bloqueo y la Ley Helms-Burton, que aún se mantienen; del enorme Desfile de 1999 y de la Tribuna Abierta de la Juventud, los Estudiantes y los Trabajadores del 2000, donde Fidel expuso su concepto de Revolución, que en estos días millones de cubanos hacen suyo con su firma, en un acto de voluntad sagrado (Aplausos).
Es este el lugar a donde hemos acudido para respaldar los acuerdos de nuestros Congresos del Partido Comunista de Cuba.
En ese mismo espíritu ha venido en estos días el pueblo, con una gran participación de los jóvenes, a rendir emocionado tributo y a jurar lealtad a las ideas y a la obra del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana (Aplausos).
Querido Fidel:
Junto al Monumento a José Martí, héroe nacional y autor intelectual del asalto al Cuartel Moncada, donde nos hemos reunido durante más de medio siglo, en momentos de extraordinario dolor, o para honrar a nuestros mártires, proclamar nuestros ideales, reverenciar nuestros símbolos y consultar al pueblo trascendentales decisiones; precisamente aquí, donde conmemoramos nuestras victorias, te decimos junto a nuestro abnegado, combativo y heroico pueblo: ¡Hasta la victoria siempre! (Exclamaciones de: “¡Siempre!” y Aplausos)
(Exclaman consignas de: “¡Viva Fidel! ¡Viva Raúl!”.)
Palabras de Nicolás Maduro Moros, presidente de la República Bolivariana de Venezuela
Queridos compañeros, compañeras:
Es impresionante la manifestación de amor del pueblo cubano de La Habana y del pueblo de Cuba en esta noche gloriosa de historia grande de la Patria común (Aplausos). Se desbordó La Habana de amor de la juventud, de las mujeres, de los militares (Aplausos); de amor fideliano.
¡Fidel, Fidel, qué tiene Fidel! (Exclamaciones de: “¡Qué los imperialistas no pueden con él!”)
No pudieron, ni podrán. No pudieron con Fidel, ni podrán con el pueblo de Cuba, ni con los sueños de esperanza y de vida de la Patria grande (Aplausos y consignas) No me provoquen (Exclamaciones de: “¡Maduro, Maduro, a los yanquis dale duro!”)
¡Qué viva Fidel! (Exclamaciones de “¡Viva!”)
¡Qué viva Chávez! (Exclamaciones de “¡Viva!”)
¡Venceremos! (Exclamaciones de: “¡Venceremos!”)
Es impresionante de verdad, le estaba diciendo a Raúl, nuestro querido hermano mayor, general de Ejército, presidente del Consejo de Estado y de Ministros y presidente del corazón de Cuba, nuestro hermano Raúl Castro Ruz (Aplausos), que no había mejor forma de decirle hasta pronto, hasta siempre a Fidel, que lo que se ha hecho en esta plaza llena de energía histórica, de páginas escritas durante seis décadas de batalla, al escuchar la fuerza de las ideas de la diversidad cultural, política del mundo; líderes, lideresas, gobiernos, hombres y mujeres de cinco continentes han venido a decir en todos los idiomas del planeta Tierra: ¡Fidel, hasta siempre! ¡Fidel, presente! (Aplausos.)
Y nosotros hemos venido en una delegación llena de amor, de agradecimiento, porque nos consideramos hijos de Chávez, y ser hijos de Chávez es representar lo más grande de lo que asumió nuestro Comandante, porque él se asumió hijo de Fidel Castro Ruz, de sus ideas y de su ejemplo (Aplausos).
Como decía Daniel Ortega: Comandante invicto. Daniel acaba de romper el récord en una victoria electoral de casi 80% del voto del pueblo nicaragüense (Aplausos).
Cuando parecía que las luces se apagaban en el mundo surgió la fuerza de Bolívar otra vez, 4 de febrero de 1992, nuestro invicto Comandante Hugo Chávez, y no había terminado de salir de la cárcel de la dignidad, cuando lo primero que hizo fue preparar sus maletas y venirse hasta Cuba, 1994, a saludar al Comandante de la dignidad de América Latina y el Caribe, Fidel Castro (Aplausos). No hubo un día que desde aquella época la prensa burguesa e imperialista no le dijeran: Fidel, el abrazo de no sé qué cosa, le decían, y siempre Chávez nos decía: “La señal está marcada, la Revolución Bolivariana que apenas nace es hermana del alma y de la historia de la Revolución Cubana.” Así ha sido, así será por ahora y para siempre por designio de los gigantes que nos fundaron.
Hoy hemos venido en una delegación llena de esa carga, de ese amor, y quiero hablar en nombre de la voz de millones, está presente en la delegación de la República Bolivariana de Venezuela, el compañero hermano mayor del Comandante Chávez, Adán Chávez Frías; sus dos hijas: Rosa, María (Aplausos). Por nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana el general en jefe, Vladimir Padrino; la almiranta en jefa, Carmen Meléndez; el diputado Elías Jaua; el gobernador Tarek; el embajador Rafael Ramírez; el periodista Ernesto Villegas y Walter Martínez, que anda por ahí; una delegación cívico-militar y con ese espíritu.
Hemos venido aquí a este lugar sagrado para honrar al eterno joven, al eterno soñador, al eterno rebelde. De la Patria de Bolívar y de Chávez traigo una voz, Comandante, una voz que lleva en sí millones de voces para decirle con la mayor admiración y la mayor gratitud: ¡Comandante, misión cumplida, misión cumplida, sí, plena y espléndidamente cumplida! (Aplausos.)
Hoy con tu partida, Fidel, con su cambio de paisaje, como dijera nuestro cantor Alí Primera, puedo comprender cabalmente aquellas palabras que nos dijera a Evo y a mí el 13 de agosto del año 2015 cuando cumplía 89 años, y en una larga conversación de pronto nos vio a los ojos con su mirada de águila y nos dijo: “Maduro, Evo, yo los acompaño hasta los 90 años” (Aplausos). Y yo le dije sorprendido, porque Fidel todo lo que decía lo cumplía, le dije: “No, Comandante, no nos puede dejar.” Y él me miró con mirada compasiva como de un padre a un niño y me dijo: “Ya yo hice lo que tenía que hacer, ahora les toca a ustedes, Evo, Maduro, a ustedes.” (Aplausos). Contundente, inobjetable. Ahora nos toca a nosotros y a nosotras. ¡Es así, Fidel! (Aplausos.) Él sobrecumplió su misión en esta tierra, la sobrecumplió más allá de las expectativas más grandes que pudiera haber. Pocas vidas han sido tan completas, tan luminosas. Se va invicto, eso es mejor, como dicen ustedes, no se va, se queda invicto entre nosotros, absuelto, ¡absolutamente absuelto por la historia grande de la Patria! (Aplausos.)
Ahora también comprendo otras palabras suyas vertidas en una de las tantas lecciones que hasta ahora no hace mucho nos impartió y que fueron publicadas en el año 2007 bajo el título Reflexiones del compañero Fidel, y nos decía, sobre todo a la juventud, a los más jóvenes, a los niños y a las niñas que ya levantan con su conciencia este tiempo: “De no existir la convicción del valor de la conciencia y su capacidad de prevalecer sobre los instintos, no se podría expresar siquiera la esperanza de cambios en cualquier período de la brevísima historia del hombre.”
Fidel siempre estuvo seguro del valor de su propia conciencia, lo estuvo con fidelísima convicción para honrar así su propio nombre de pila, de tal seguridad venían su increíble coraje histórico, su valentía a toda prueba.
Quiero evocar en esta hora una frase de Víctor Hugo a la que tantas veces hizo referencia nuestro Comandante Supremo Hugo Chávez Frías, cito: “No hay nada más poderoso que una idea a la que le ha llegado su tiempo.” En realidad y en verdad Fidel se hizo una idea invencible a la que le llegó su tiempo y que se extendió en el tiempo de generación en generación en la Patria grande y en toda la humanidad (Aplausos).
Cuando digo Fidel, cuánta historia decimos, tantos nombres, tantos hombres, tantas mujeres, Moncada, Abel, Haydeé, Melba, Raúl, Vilma, Juan Almeida, Granma, Frank, Che, Camilo, Daniel, Sierra Maestra, Girón, las dos Declaraciones de La Habana, la Crisis de Octubre, Martí, Martí, Martí, ¡siempre Martí!, y pare usted de contar cuánta historia y tantos nombres que se agolpan, como vienen en memoria fervorosa de esta Revolución Cubana y de su líder histórico, de la obra magna de este inmenso adalid de su tiempo y de los tiempos que vendrán.
Cuando digo Fidel, digo, en letras mayúsculas: REVOLUCIÓN BOLIVARIANA DEL SIGLO XXI y digo CHÁVEZ, ¡siempre Hugo Chávez, su amado hijo, su entrañable discípulo! (Aplausos.)
Y recuerdo las palabras del Apóstol que usted, Comandante Fidel, Comandante del ALBA encarnó con infinito amor, con infinita generosidad: cuando el Apóstol visitó Caracas en 1881, no habiéndose secado y limpiado el polvo de los caminos, se presentó frente a la estatua del Libertado Simón Bolívar en el centro de Caracas para pronunciar su discurso y siempre recordamos su sentencia: “Deme Venezuela en qué servirla y ella tiene en mí un hijo”, dijo José Martí. Sí, Fidel, un hijo de Venezuela (Aplausos), sí, porque siempre estuvo listo para servirla, para que les llegaran los médicos a los humildes, para que llegaran los entrenadores deportivos a la juventud para sacarla de las drogas y la delincuencia; sí, para que llegaran los alfabetizadores a llevar la educación, la luz, la cultura a nuestro pueblo (Aplausos).
Hijo de Venezuela, Fidel, la gratitud no es tan debida como la admiración, porque sin el apoyo y la solidaridad de la Revolución Cubana en todos los terrenos, en los momentos más difíciles del golpe de Estado del año 2002, de los sabotajes petrolero y la guerra económica del 2003, del intento de intervención por parte del gobierno de George Bush, de los intentos de asesinato del Comandante Chávez, sin el apoyo de la Revolución Cubana y sin su ejemplo de lucha y su inmensa capacidad de solidaridad, hubiese sido sin duda alguna más duro el camino, más lento el avance de nuestra joven Revolución.
Fidel, el amigo entrañable, delgado, sabía también lo que era estar inmerso en un mundo de pura adivinación poética, no tiene entonces nada de extraño que la fecha de su partida, como dijera el presidente Peña Nieto, 25 de noviembre, a 60 años del Granma, no tiene entonces nada de extraño que la fecha de su partida de este plano terrenal coincidiera exactamente con la salida del Granma desde el puerto de Tuxpan, México, un 25 de noviembre de 1956, hace 60 años (Aplausos). Allí iban Fidel, Raúl, el Che y Camilo, y creo, a esta altura de la vida, íbamos todos ya junto con ellos, en sus sueños. Allí iba Fidel al mando de aquella expedición libertaria que cambió el rumbo de la historia de Cuba, de la Patria grande y de la humanidad. Esto no es mera casualidad, creo que es causalidad, como diría ese otro grande de Cuba llamado José Lezama Lima.
Hay que volver a Tuxpan, hay que volver al Granma, hay que partir de nuevo, Raúl, a bordo del Granma cada vez que las circunstancias lo ameriten, cuando los nuevos desafíos y las nuevas batallas por la vida de nuestros pueblos así lo determinen. ¡Fidel se ha embarcado otra vez en el Granma, y vuelve, y volverá por todos los caminos convertido en millones de hombres y mujeres de esta Revolución Cubana que marca el tiempo del futuro! (Aplausos y exclamaciones de: “¡Yo soy Fidel!”)
Porque hay muchos aprendices de brujo por ahí, con todo mi respeto por los brujos (Risas), pronosticando otra vez a Cuba, que si Cuba va para acá, que si Cuba va para allá. Cuba tiene marcado un destino, una trayectoria histórica, por eso creo que esa trayectoria histórica, con el símbolo de la partida de Fidel, va a ser reafirmada y renovada con nuevos bríos y fuerza revolucionaria y socialista, salida de la profundidad de la ética de un pueblo que ha sabido aprender a hacer su propia historia (Aplausos). Que los aprendices de brujo se dediquen a otra cosa (Exclamaciones.)
Por eso es que creo que hay que volver a Tuxpan, al Granma, como volvía siempre Fidel a su raíz más genuina. Estamos ya en capacidad de descifrar el sentido profundo de unas palabras suyas dichas con fidelísima convicción. Decía Fidel: Ahora comprendo que mi destino no era venir al mundo para descansar al final de mi vida.
Y lo sabemos, Comandante, usted no va a descansar; luego de concluido su periplo existencial en este mundo, como Bolívar, como Martí, como el Che, como Chávez, usted pertenece al linaje de los que se quedan velando. Como Bolívar, como Martí, como el Che, como Chávez, usted tiene mucho que hacer en la Patria Grande todavía, y seguiremos oyendo su voz en redoble de conciencia cuando nos dice: ¡El deber de todo revolucionario es hacer la revolución! (Aplausos.)
Al cumplir sus 80 años, nuestro Comandante Supremo Hugo Chávez le escribió de puño y letra una hermosísima carta, que sabemos que usted valoraba altamente. De ella extraigo dos párrafos, en los que inspirándose en el memorable poema de Juan Gelman, Fidel, nuestro Comandante nos estaba hablando para hoy y para el porvenir. Cito la carta, dice Chávez: En verdad es gracias a tu ejemplo, Fidel, de dignidad y coraje, que la historia ha agrandado sus portones; quienes afirmaban que esta, la historia, había llegado a su fin, se equivocaron, seguimos y seguiremos entrando tras tus pasos, con tu ejemplo, hacia la definitiva y segunda independencia. Y seguía afirmando Chávez: Pero hay otros portones y son aquellos por los que entran quienes pueden desaparecer físicamente, pero a los que la muerte no pueden ni podrán matar. Son los portones de la inmortalidad, por ahí han pasado Bolívar, Sucre, Artigas, Martí, Sandino, Zapata y el Che, y pare usted de contar, y hacia ellos se encaminarán tus pasos algún día, un día que espero lejano, muy lejano. 13 de agosto del año 2006 (Aplausos).
Los portones de la inmortalidad se abrieron de par en par un inolvidable y doloroso 5 de marzo de 2013, para que pasara adelantado su hijo y discípulo, el Comandante Hugo Chávez.
Son los mismos portones que este 25 de noviembre de 2016 se abrieron de par en par para usted, Comandante, los mismos portones que —como decía Chávez— solo pueden abrir la viva memoria y la gratitud de los pueblos, el amor de millones de hombres y mujeres.
Querido Raúl; querida compañera Dalia; hijos del Comandante, Fidel, Alexis, Alexander, Antonio, Alejandro, Ángel, nietos, nietas; pueblo de Cuba:
Con Martí decimos: La vida humana sería una invención repugnante y bárbara, si estuviera limitada a la vida en la Tierra. Cristianos como somos, así soñamos y así sentimos, y esperamos algún día, como producto de nuestra conducta en la Tierra y en nuestra lucha, aspiramos algún día más allá de esta vida poder volver a ver la sonrisa de estos gigantes: Fidel Castro y Hugo Chávez (Aplausos). Y con ellos, nuestros héroes, se cumple otra máxima martiana. Dice Martí: La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida.
¡Misión cumplida, Comandante Fidel Castro! (Aplausos.)
Hoy nos toca a nosotros; les toca a ustedes, mujeres; les toca a ustedes, estudiantes, jóvenes, obreros, profesionales, campesinos, militares patriotas, nos toca a nosotros y a nosotras, hoy nos toca levantar las banderas de la independencia de la Patria Grande; hoy nos toca sostener las banderas de la dignidad y la libertad de los pueblos (Aplausos).
Hoy, Comandante Raúl Castro, ¡a nosotros nos toca llevar las banderas del socialismo bolivariano, martiano, cristiano del siglo XXI, por ellos, para ellos y con ellos! (Aplausos.)
Fidel, tu obra es el faro que iluminará por siempre a los pueblos del mundo. Con el concepto de Revolución lo juramos desde el alma, lo haremos; a pesar de las dificultades lo haremos, seguiremos el camino victorioso de este gran fundador de la Patria Grande (Aplausos).
Raúl, Cuba, a nombre de todo el pueblo cubano, del pueblo venezolano, a nombre del gobierno revolucionario que presido, hoy más que nunca te digo aquí: ¡Cuenta con la Revolución Bolivariana! ¡Cuenta con Venezuela! ¡Hoy más que nunca unidos! ¡Hoy más que nunca juntos para seguir transitando los caminos y abrirle el horizonte al siglo XXI al cual tenemos derecho! (Aplausos.)
Fidel: ¡Hasta la victoria siempre! ¡Venceremos! (Aplausos.)
¡Que viva Cuba libre! (Aplausos y exclamaciones de: “¡Viva!”)
¡Que viva Fidel! (Aplausos y exclamaciones de: “¡Viva!”)
¡Que viva Chávez! (Aplausos y exclamaciones de: “¡Viva!”)
¡Que viva Raúl! (Aplausos y exclamaciones de: “¡Viva!”)
Palabras del Comandante Daniel Ortega Saavedra, presidente de la República de Nicaragua
¿Dónde está Fidel? (Exclamaciones de: “¡Aquí!”) ¿Dónde está Fidel? (Exclamaciones de: “¡Aquí!”) ¿Dónde está Fidel? (Exclamaciones de: “¡Aquí!” Y de: “¡Yo soy Fidel!” “¡Yo soy Fidel!”)
Duele, claro que duele ese tránsito, tránsito a la inmortalidad (Aplausos). Fidel está en estos muchachos y muchachas, en esta juventud (Aplausos), viene creciendo con los niños. Fidel está en la conciencia y en el corazón de las mujeres cubanas (Aplausos), de los obreros, de los agricultores, de los técnicos, profesionales, científicos; está en la conciencia de ese gigantesco capital humano que forjó Fidel con el pueblo de Cuba (Aplausos).
En esta Plaza tuve el privilegio —y digo “gracias a la vida que me ha dado tanto”— en el año 1967, vine por el Frente Sandinista al IV Congreso Latinoamericano de Estudiantes, la OCLAE (Aplausos), y la gran sorpresa, no lo esperábamos, nos invitaron a esta Plaza y nos sentaron en la tribuna a pocos metros de Fidel. ¿Y quién acompañaba a Fidel en ese momento como invitado de honor? Salvador Allende, el presidente, héroe de Nuestra América (Aplausos). Claro, habló Allende y luego habló Fidel, y entonces Fidel que estaba más convencido que nadie que el camino para la liberación pasaba por la lucha armada revolucionaria, le estaba dando todo su apoyo a un luchador socialista, el doctor Salvador Allende, compañero, que en esos días más duros de la siembra estaba apostando por la vía pacífica para la toma del poder, y Fidel no dudó en apoyarlo.
Ya conocemos la historia, tiempos terribles, en ese largo período de dolor de Nuestra América en el siglo XX, donde todas las batallas que se venían librando en Nuestra América arrojaban el heroísmo, la combatividad, la dignidad de los pueblos; pero qué difícil era alcanzar la victoria.
Fidel con Raúl, con los 82 combatientes que se embarcaron allá en México, y luego con la conciencia de este pueblo, produjo el milagro de la primera Revolución Socialista en Nuestra América (Aplausos) y a 90 millas de Estados Unidos se produjo el milagro.
Y nuevamente la batalla del pueblo de Cuba con Fidel a la cabeza, la batalla para garantizar no solamente la sobrevivencia de la Revolución, sino también el desarrollo económico, social, cultural y deportivo del pueblo de Cuba, porque Fidel no dejaba un solo espacio descuidado en todos los campos.
Fue una batalla desigual: el imperio invadiendo, intentando asesinar e imponiendo ese bloqueo criminal, que no es más que un acto que se califica como un crimen de lesa humanidad, es un crimen de lesa humanidad, que debería estar siendo juzgado por la famosa Corte Penal Internacional (Aplausos), defendiendo el derecho de Cuba a desarrollarse; pero no en medio de la ley de la selva que impone el capitalismo salvaje, sino promoviendo esos principios que Marx con profundo espíritu humanista propuso para lograr que el paraíso se construyera aquí en la Tierra, en lugar de tranzar con dinero —decía Marx—, llegará el día y llegará el momento en que vamos a tranzar con amor. Cuando prevalecen los valores, cuando prevalecen los principios, cuando prevalece la conciencia, cuando se produce la transformación en ese hombre nuevo, así lo apuntaba Marx, y así fue sentando las bases Fidel.
Es cierto: Hay camino que recorrer para completar esa obra, no solamente en Cuba, sino en nuestro planeta. Y batallando por el desarrollo de Cuba, frente a las amenazas del imperio, frente a las agresiones del imperio, Cuba dándose por entero a todos los pueblos de nuestro planeta, incluyendo al pueblo norteamericano (Aplausos).
Fidel estableció ese principio, ese principio cristiano, y ahí recuerdo a Raúl, cuando el huracán Juana entró a Nicaragua con una fuerza de 285 kilómetros de viento, destruyendo pueblos enteros. Y con nuestras capacidades y con la colaboración de Cuba, que tenía una enorme experiencia en el enfrentamiento de los huracanes, desplazamos miles y miles de hermanos nicaragüenses en varias direcciones, y esto evitó que hubiese muertos, porque decíamos: se puede perder lo material, pero lo material luego se puede recuperar; lo que no se debe perder es la vida (Aplausos), y eso lo logramos con la colaboración de los hermanos cubanos que nos envió Fidel allá en brigadas, especialistas, que compartíamos allá en el puesto de mando, frente a lo que es un fenómeno para nosotros no tan común y con una fuerza tan grande que cruzó todo el país y destruyó el país entero.
Y luego, ahí viene mi recuerdo de ese profundo pensamiento cristiano de Fidel y de Raúl: manda Fidel a Raúl a Nicaragua después del huracán; llegó Raúl para ayudarnos a reconstruir, y no se me olvida esa frase de Raúl, cuando dijo allá en Managua: Nosotros estamos para compartir el pan (Aplausos y exclamaciones de: “¡Viva Raúl!”). Esa es la esencia, los valores, la ética, la moral de Fidel hecha pueblo y multiplicada luego en los pueblos del mundo, en los pueblos de nuestro planeta (Aplausos). Porque así como Fidel hoy está más firme que nunca aquí en el corazón de este pueblo, también está más firme que nunca en el corazón de los pueblos latinoamericanos y caribeños, en el corazón de los pueblos de Asia, de África y en el corazón de buena parte del pueblo norteamericano, de buena parte de los pueblos europeos que, en estos nuevos tiempos, y como bien con esa firmeza y sabiduría lo supo definir Fidel, entendiendo los cambios de los tiempos, que no es fácil, cómo traducir los cambios de los tiempos cuando se tenía una concepción que luego solo en la mente se repitió en nuestra América en Nicaragua, después de Cuba fue Nicaragua, y fue Fidel y Raúl y este pueblo entrando victorioso el 19 de julio de 1979 allá en Managua (Aplausos). Fue la última revolución triunfante del siglo XX.
Luego vino la desintegración de la Unión Soviética; la Unión Soviética generosa, noble, solidaria y punto de balance en nuestro planeta frente a las amenazas expansionistas del imperialismo. Y vino el período especial, y recuerdo que Fidel me invitó, allá por el año 1991, a Santiago a conmemorar, y luego conversando, y ya trabajando para enfrentar el período especial, con Raúl, con los cuadros de la dirección del Partido de todas las medidas que tendrían que tomar. Pero en todas esas medidas, en todos esos planteamientos que Fidel hacía y practicaba, ahí no existía la palabra un paso atrás, ahí no existía la palabra concesión, ahí no existía la palabra rendición, sino que se trataba de reafirmar este proyecto hermoso, solidario, socialista de afirmarlo, fortalecerlo, ser más creativos y avanzar, como lo ha logrado hacer Cuba, que ese fue un tránsito realmente heroico, una pequeña nación bloqueada, asediada, prácticamente sola en nuestra América; claro, con la solidaridad de los pueblos, pero prácticamente sola librando esa batalla.
Fue desde 1987 o 1988 que empezó ya a producirse la desintegración de la Unión Soviética, hasta aquella fecha también mágica, 1998, y lo que nadie se esperaba, y lo que los revolucionarios habíamos soñado por años, y es que se produjese una revolución en un país latinoamericano, caribeño, con más desarrollo económico, con más fortaleza que la que tenía Cuba y que la que tenía Nicaragua. ¡Cómo soñábamos! Y allí, en esos momentos, verdaderamente difíciles, dramáticos, cuando desde los años 1987, 1988, 1989 venían ya los fariseos anunciando el fin de la Revolución Cubana, 1988. Y digo yo, no son casualidades, era Fidel, antes de 1998… (Maduro le dice que el 4 de febrero de 1992, la parte armada. Primero fue el levantamiento el 4 de febrero de 1992, fue un momento que fue ya de terrible masacre del pueblo, que se conoció como el Caracazo, y allá irrumpió Chávez; pero luego la cárcel, y el tiempo corría, y parecía que aquello ya se había frustrado. Pero Fidel, con esa visión, con esa sabiduría, bueno, invitó al Comandante Chávez aquí a La Habana, estaba aquí en La Habana, en diciembre de 1994, cuando ya él había salido de la cárcel. No estaba aquí en La Habana. De pronto me avisan que Fidel me manda a buscar porque tenemos un acto allá en la Plaza Bolívar de La Habana Vieja. ¿Y con quién me encuentro? Con el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías (Aplausos). Vino la batalla de Chávez, y vino la batalla de Chávez planteándose el camino que se había planteado Allende, y Fidel no titubeó en darle su respaldo, confiar en lo que le decía su sabiduría a Chávez que conocía bien a su pueblo, y finalmente la victoria por la vía electoral de la Revolución Bolivariana en las elecciones de 1998 y la toma del poder en enero de 1999 (Aplausos); pero está claro, a Chávez le intentaron también hacer lo que le hicieron a Allende, porque las elecciones son buenas, son justas, son democráticas cuando ganan las derechas proimperialistas y serviles; pero cuando las ganan los revolucionarios, entonces no son justas, no son democráticas y hay que hacerle la guerra, como se la hicieron a Allende, como se la hicieron a Chávez, como se la hacen hoy a Nicolás (Aplausos).
Y estamos viviendo un nuevo tiempo en nuestra América. En medio de una correlación de fuerzas que, digamos, se ha debilitado, se logró instalar con la Revolución Bolivariana un cambio profundo en nuestra región, y vino el ALBA, obra de Fidel y Chávez, y vino PETROCARIBE, obra de Fidel y Chávez (Aplausos), y vino la Misión Milagros, para que los que no podían ver pudiesen ver, obra de Fidel y Chávez (Aplausos).
Y empezaron a producirse cambios por la vía electoral en toda la región, y esto permitió, bajo esa fuerza de los pueblos, y la firmeza de todos los gobiernos independientemente de su ideología que se concretara el sueño de Bolívar con la Comunidad de los Estados Latinoamericanos y Caribeños, se hizo realidad (Aplausos). Primero la sede fue en Caracas, con Chávez, y luego, fue Chile, y luego fue Cuba, con Raúl presidiendo la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños; es decir, nació, nació lo que el imperio se había empeñado en dividir para dominar mejor. Finalmente nació y está viva y, es cierto, que en este nuevo período ha habido reveses, pero el cambio que ya se produjo en América Latina y el Caribe es cualitativo, es irreversible y no habrá amenazas, ¡no habrá amenazas! (Aplausos), ni sanciones, ni bloqueo que vengan a destruir esta unidad latinoamericana y caribeña que de por sí, ya significa una nueva actitud, una nueva bandera de independencia, de soberanía para los pueblos de nuestra América y el Caribe (Aplausos).
Yo le pido a Dios, le pido a Cristo que nos mantenga bien cerca a Fidel, con su sabiduría y con su firmeza en estos momentos en que tocan tambores de guerra. ¡Sabiduría y firmeza! ¿Para qué?, para que juntos los latinoamericanos y caribeños logremos seguir defendiendo el derecho a la paz, a la estabilidad, a la seguridad de nuestros pueblos.
Hoy más que nunca la unidad latinoamericana y caribeña se hace imprescindible, más allá de las ideologías, porque se trata de salvar el futuro de bienestar, de progreso de nuestros pueblos; se trata de salvar la soberanía de nuestros pueblos; se trata de salvar todo aquello que hemos logrado avanzar en todos los campos. Es cierto, no podemos hablar que se ha avanzado de forma totalmente satisfactoria en el campo económico, en el campo social, en el campo del comercio internacional, etcétera; pero se ha avanzado, y tenemos que salvar eso que hemos logrado avanzar, y tenemos que lograr unidos latinoamericanos y caribeños persuadir a los gobernantes norteamericanos, y estoy seguro de que tendremos ahí el entendimiento, el respaldo del pueblo norteamericano, que hacia atrás ya no se puede caminar, solo hacia adelante, a seguir construyendo paz, amistad y solidaridad (Aplausos).
A Raúl, a Dalia, a toda la familia de Fidel y a toda esta gran familia que es el pueblo de Cuba, familia de Fidel les quiero manifestar todo nuestro amor, amor infinito, sin claudicaciones y con toda la solidaridad para este pueblo heroico, para este pueblo valiente que estamos seguro de que seguirá defendiendo las ideas de Fidel (Aplausos).
¡Que viva el pueblo de Cuba! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)
¡Que viva el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)
Palabras de Enrique Peña Nieto, Presidente de Estados Unidos Mexicanos
Excelentísimo señor Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba;
Jefes de Estado y de Gobierno;
Representantes de países amigos de Cuba;
Querido y entrañable pueblo cubano;
Señoras y señores:
Esta noche, en esta ocasión solemne, nuestra identidad latinoamericana nos llama a pueblos amigos y hermanos a evocar la memoria de un hombre que hizo historia.
En nombre del gobierno de México les reitero mis más sentidas condolencias al presidente Raúl Castro y al pueblo cubano que hoy se duelen por la sensible pérdida de quien fuera su Jefe de Estado, Fidel Castro Ruz (Aplausos).
Hace más de medio siglo Fidel y Raúl Castro eligieron a México como punto de partida de su lucha revolucionaria cuando fueron exiliados. Llegaron inspirados por las palabras del héroe inmortal José Martí: “México es tierra de refugio, donde todo peregrino ha hallado hermano.”
Fidel y Raúl encontraron protectores y simpatizantes en nuestro territorio, quienes los cobijaron y respaldaron en su causa. Fue así como en México germinó la gesta de la Revolución Cubana que habría de cambiar el curso de la historia.
Un 25 de noviembre, en la misma fecha en que falleció Fidel Castro, pero de 1956, partieron 82 valientes de las orillas del río Tuxpan, en la costa de Veracruz, a bordo del Granma. La misión que se trazaron era la de construir un nuevo gobierno que estuviera al servicio del pueblo cubano y se guiara por los ideales de libertad, justicia e igualdad. Desde entonces la República de Cuba y el pueblo cubano, han dado ejemplo de dignidad y perseverancia.
Sin duda Fidel Castro fue el constructor de la Cuba revolucionaria, pero más aún, fue una de las figuras emblemáticas de la segunda mitad del siglo XX.
Cuba y México son amigos y vecinos, nuestros países están unidos por lazos profundos e irrenunciables. Las aguas del mar Caribe han vinculado nuestra historia durante siglos; la lengua y la cultura que compartimos nos recuerdan siempre que los corazones cubanos y mexicanos laten en solidaridad y amistad reflejadas. Tenemos una misma vocación latinoamericana, el ideal de una América unida, de un ideal histórico de ambos pueblos: Nuestra América, como también lo escribiera José Martí.
Por esas razones, por los lazos históricos que unen a nuestras naciones y por lo que vivió personalmente nuestro país, Fidel Castro quiso mucho a México, sintió siempre un cariño entrañable por nuestro país, como lo sienten millones de cubanos por México y millones de mexicanos por Cuba.
Al frente de Cuba Fidel Castro promovió con México una relación bilateral basada en el respeto, el diálogo y la solidaridad. Tuve el honor de conocerlo en enero de 2014, durante la Cumbre de la CELAC en Cuba, fue un encuentro muy emotivo en el que me refrendó su afecto por México y los mexicanos. En esa ocasión realicé además una visita oficial a este país hermano, buscando escribir una nueva página en la historia de las relaciones de amistad entre nuestros países. A partir de entonces Cuba y México estamos construyendo una agenda amplia y moderna que se consolidó con la visita de Estado del presidente Raúl Castro a México en noviembre pasado y que habremos de continuar basados en nuestros fuertes vínculos de amistad.
Señoras y señores:
Hoy el mundo recuerda la vida, la obra y la trayectoria de Fidel Castro. México refrenda su amistad incondicional al pueblo cubano en estos momentos. Reconocemos los pasos que de manera soberana se han dado hacia un país más abierto en lo económico y en lo político. Los mexicanos expresamos nuestro compromiso de seguir acompañando a Cuba y a su pueblo como amigos, como siempre lo hemos hecho en su marcha histórica hacia una sociedad más incluyente y próspera.
¡Descanse en paz Fidel Castro!
(Aplausos.)
Palabras de Hage Gottfried Geingob, presidente de la República de Namibia
¡Viva Fidel! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)
¡Viva Fidel! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)
¡Viva Raúl! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)
¡Viva Cuba! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)
Excelentísimo señor, Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba;
Pueblo de Cuba;
Excelentísimos Jefes de Estado y de Gobierno;
Honorables Ministros;
Distinguidos invitados;
Compañeras y compañeros:
¿Cuál es el precio de la libertad? ¿Cuál es el costo de liberar una nación? ¿Cuánto pagar cuando alguien ha luchado por ustedes, cuando otros entonces eran aliados de su enemigo? La lucha de Fidel nunca fue para buscar un beneficio económico, sino para ayudar a los países oprimidos. Y es por ello que estamos aquí. Estamos aquí para saludar y despedir a un compañero que siempre estuvo al lado de nosotros, y cuya pérdida jamás podrá ser reparada.
Nuestro padre fundador y líder de la revolución de Namibia, nuestro primer presidente, Sam Nujoma, y el actual presidente de Namibia, estamos aquí también para despedir al compañero Fidel (Aplausos).
Está con nosotros el Secretario General del Partido SWAPO; también están con nosotros dos altos oficiales del Ejército Popular de Liberación de Namibia, que fueron condecorados y llevados a los grados de general en el Ejército de Namibia, y también tenemos entre nosotros sobrevivientes de la matanza de Cassinga, y ello solamente ilustra el amor que siente el pueblo de Namibia por Fidel Castro.
También como parte de nuestro homenaje, Namibia ha declarado tres días de duelo oficial en honor al compañero Fidel Castro (Aplausos).
Cuba ayudó a Angola y a Namibia en la lucha en contra del apartheid de Sudáfrica. Las fuerzas de SWAPO también entraron en Namibia y estuvieron en Angola, y fue allí donde las fuerzas racistas de Sudáfrica lanzaron un ataque contra una población indefensa. Y fueron las fuerzas cubanas las que vinieron a rescatar a aquellas personas. Fue en esa lucha en que los cubanos ofrendaron sus vidas y también perdieron extremidades. Después de esa matanza, Cuba fue el primer país que abrió sus escuelas en la Isla de la Juventud para educar allí a 3 000 estudiantes que fueron sobrevivientes de la matanza de Cassinga (Aplausos).
La épica batalla de Cuito Cuanavale, otro ejemplo que muestra la convicción de Fidel en la liberación de los oprimidos, también Cuba puso en peligro su propia seguridad y envió tropas para ayudar al pueblo de Namibia y al pueblo de Angola en contra de las fuerzas de Sudáfrica. La batalla de Cuito Cuanavale fue una hazaña para toda el África Austral y fue una batalla que también condujo a la liberación, no solo del África Austral, sino también de Sudáfrica.
Fidel envió miles de tropas a Angola y a Namibia para liberar a estos países de la opresión de Sudáfrica. Cuito Cuanavale fue un hito en la historia del África Austral. Y especialmente, esta batalla también propició la puesta en práctica de la Resolución 435 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y ello condujo entonces a la independencia de Namibia en 1990.
De hecho, la sangre derramada por los combatientes cubanos también sirvió de fertilizante para la liberación y la libertad del pueblo de Namibia. A través de su corazón revolucionario y desinteresado, el único interés que tenía Castro era la liberación del pueblo de Namibia, y dedicó muchísimos recursos para lograr la independencia y la libertad de Namibia. Y los cubanos no fueron allá ni a buscar oro ni diamantes, solamente se llevaron de allí los restos mortales de sus compañeros caídos (Aplausos).
Aun cuando tengamos enemigos, jamás olvidaremos a nuestros amigos. El pueblo cubano es nuestro amigo. Fidel es nuestro amigo. Fidel es nuestro amigo ahora y para toda la eternidad. Recordamos siempre a Fidel en los niños de Namibia, a quienes sus padres les ponen el nombre de Fidel o de Castro (Aplausos). Recordamos también a Fidel en los miles de niños de Cassinga que vinieron aquí a Cuba, crecieron aquí, aprendieron español de manera fluida y en estos momentos ocupan cargos importantes en el Partido y el Gobierno. Recordamos también a Fidel a través de los médicos, enfermeros, enfermeras y personal de la salud que trabajan sin descanso en nuestro país.
Tenemos todavía mucho que aprender de un hombre que vivió y murió según sus propios términos.
En momentos en que las personas pierden su fe, en que se crean diferentes alianzas negativas, son esos los momentos en que tenemos que tener una mente clara y tener siempre presente las ideas del compañero Fidel (Aplausos).
El apoyo constante ofrecido por Cuba a la liberación de África fue un apoyo que había sido ya preconizado por José Martí. Martí nos enseñó: el verdadero hombre no mira dónde se vive mejor sino de qué lado está el deber.
Las lecciones de Fidel seguirán siendo la guía nuestra en nuestra lucha por buscar un nuevo orden mundial. Nosotros debemos seguir unidos, a pesar del colonialismo, y seguir unidos hasta la victoria siempre (Aplausos).
Al presidente Raúl, a la familia Castro, a nuestra familia cubana: nuestra lucha es una lucha justa, el dolor que ustedes sienten es un dolor nuestro también. Fidel se nos ha ido, pero el espíritu de Fidel seguirá viviendo para siempre.
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos! (Aplausos.)
Palabras de Evo Morales Ayma, Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia
¡Que viva Cuba! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)
¡Que viva Fidel! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)
¡Que vivan los pueblos antimperialistas! (Exclamaciones de: “¡Vivan!”)
Muchas gracias hermanas y hermanos.
Saludo al hermano Raúl; al Gobierno; al pueblo cubano:
La profunda admiración por esta unidad, esta fortaleza del pueblo cubano. En las últimas horas escuché de la prensa burguesa proimperialista que decía: “¿Ahora qué hará Cuba sin líder?” Y estamos viendo, está viendo el mundo entero al pueblo cubano más unido, más fuerte que nunca para seguir derrotando esa dominación imperialista (Aplausos y exclamaciones de: ¡Unidad, unidad, unidad!, y ¡Cuba, Cuba, Cuba!, ¡Yo soy Fidel, yo soy Fidel, yo soy Fidel!).
Hermanas y hermanos:
Vengo a nombre del pueblo boliviano, a nombre de los movimientos sociales: petroleros, mineros, fabriles, el pacto de unidad, el movimiento campesino indígena originario, vecinos, transportistas, prácticamente todos los sectores sociales, a expresar nuestro respeto, nuestro cariño, nuestra admiración y, sobre todo, nuestro reconocimiento al pueblo cubano, a su gobierno, a Fidel por tanta solidaridad, no solamente con Bolivia, sino con los pueblos del mundo (Aplausos). Decirles a nombre del pueblo boliviano: muchas gracias hermanas y hermanos, por ese trabajo, por esa línea política en la liberación de los pueblos del mundo desde Cuba.
Al pueblo abnegado del hermano Fidel, su lucha por la soberanía de los Estados y la dignidad de los pueblos del mundo. Uno de los mayores legados de Fidel es hacer que la política sea el arma moral más noble para la liberación de los pueblos del mundo.
Fidel puso a Cuba en el mapa del mundo, luchando contra la codicia del imperio y el mundo reconoce a Fidel como una epopeya inalcanzable en estos tiempos y lo será para toda la humanidad.
Fidel demostró al mundo que no hay imperio perpetuo ni poder imperial impune. Fidel derrotó en Naciones Unidas a Estados Unidos con la razón y por la justicia, porque Estados Unidos lo que consigue es con chantaje, condicionamientos e invasiones para la dominación de los pueblos del mundo.
Fidel no solo garantiza educación y salud para Cuba. Sacó del analfabetismo a muchos pueblos del mundo y con la salud les hizo milagros a los más humildes del mundo.
¡Muchas gracias, Fidel! (Aplausos.)
Fidel ha sido un verdadero padre de los excluidos, de los marginados, de los discriminados, de los más pobres del mundo. Fidel nos enseña que el único camino de nuestros pueblos es la unidad y la integración. Fidel es un verdadero constructor de la paz con justicia social.
Quiero decirles, hermanas y hermanos, Fidel no ha muerto, porque los pueblos no mueren, menos aquellos pueblos que luchan por su liberación, ese es Fidel (Aplausos). Fidel no ha muerto, porque las ideas no mueren, menos aquellas ideas que abonan el camino de la emancipación. Fidel no ha muerto, porque las luchas no cesan, menos aquellas luchas que están destinadas a dignificar a la humanidad. Fidel está más vivo que nunca, más necesario que nunca, está vivo, vigilante, pensando en seguir la lucha para preservar nuestra casa común, sembrando trincheras de esperanza; hablando de los grandes sueños, fijando metas, trazando rutas. Fidel no ha muerto, no puede morir, Fidel está por encima de su propia vida, está instalado para siempre en la historia de la humanidad (Aplausos).
América Latina y el mundo no se pueden comprender en el siglo XX sin Fidel ni sin Cuba. Fidel y Cuba cambiaron el mundo. Mientras haya un socialista de pie, luchando con la palabra, con las ideas y con la fuerza de la razón, Fidel estará entre nosotros y para siempre (Aplausos).
A Fidel intentaron matarlo de mil maneras durante más de medio siglo más de 10 presidentes norteamericanos y no lo lograron. Fidel venció todas las batallas frente al imperio: la batalla moral, porque Fidel luchó por la humanidad; la batalla política, porque las causas de Cuba son las causas de América Latina y del mundo; las batallas de ética, porque nunca renunció a las batallas, siempre vivió en la trinchera. Fidel es de esa clase de hombres que solo nacen de los brazos de un pueblo revolucionario y Cuba es la Revolución que el mundo sueña (Aplausos).
Cuba y Fidel iluminan al mundo ante la sombra tenebrosa del imperio. Fidel es sinónimo de lucha antimperial, porque significa que es sinónimo de lucha por la humanidad.
Quiero decirles hermanas y hermanos, seguramente en persona nunca más lo veremos físicamente, pero la lucha de Fidel, sus ideas serán para siempre, del Fidel Comandante (Aplausos).
Quiero decirles al pueblo cubano, a los pueblos del mundo, personalmente lo extrañaré, habrá una ausencia, quién me enseñará, quién me reflexionará, quién me cuidará, quiénes nos cuidarán.
Hermanas y hermanos: mi cariño y mi respeto, mi admiración a Fidel por tandas cosas que hizo por la humanidad. Por eso, hermanas y hermanos, decirle al pueblo de Cuba que el dolor que lleva, también es dolor del pueblo boliviano, de los antimperialistas del mundo. Estamos como nunca unidos para seguir luchando y para seguir liberando a los pueblos del mundo y a la cabeza el pueblo cubano y el Comandante.
Para terminar, ayúdenme a decir:
¡Gloria a Fidel! (Exclamaciones de: “¡Gloria!”)
¡Que viva Cuba! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)
¡Que vivan los pueblos antimperialistas del mundo! (Exclamaciones de: “¡Vivan!”)
¡Hasta la victoria siempre! (Exclamaciones de: “¡Venceremos!”
Muchas gracias (Aplausos).
Palabras de Viktor Sheiman, enviado especial de la República de Bielorrusia
Querido Raúl;
Queridos amigos cubanos;
Compañeros;
Señoras y Señores:
Con un sentimiento de profundo dolor, hoy nos despedimos del hombre época, eminente líder de la Revolución Cubana, nuestro amigo Comandante Fidel.
Es muy difícil trasmitir con palabras los sentimientos que sobrecargan nuestros corazones cuando recordamos los hechos históricos del siglo XX. El invencible Comandante fue su principal inspirador y ejecutor.
Es enorme el aporte personal de este hombre a la salvaguarda de la justicia social e igualdad civil, no solamente en Cuba, sino en todo el mundo. Las acciones revolucionarias de los luchadores por la libertad, encabezadas por Fidel, con el tiempo se transformaron en movimiento libertador a gran escala en los niveles regional y mundial. Su propia vida y el legado espiritual del ferviente Comandante, se convirtieron en punto de referencia para muchos luchadores por la libertad de sus pueblos.
Durante toda su existencia él se guió por el principio: Más vale morir de pie que vivir de rodillas (Aplausos). Toda su vida heroica, llena de hazañas y victorias, es un relevante ejemplo de servicio abnegado a la patria, ejemplo de defensa de ideales de la libertad, igualdad y justicia social.
En Bielorrusia valoramos muy altamente el enorme aporte personal de Fidel Castro al desarrollo de las relaciones amistosas entre nuestros Estados.
Como señalara Aleksandr Lukashenko, presidente de la República de Bielorrusia, el luminoso nombre del audaz Comandante está inscrito con letras de oro en la historia del proceso de establecimiento de la colaboración estratégica entre Bielorrusia y Cuba.
Estoy seguro de que la obra inmortal del Comandante Fidel seguirá su histórico camino victorioso. Su legado será un símbolo de esperanza de la gente sencilla para una vida justa y feliz. A lo largo de décadas, Bielorrusia ha sido fiel amigo y seguro socio de la hermana Cuba, y así será en adelante.
Queridos amigos:
Fidel no se fue, Fidel se quedó. La nítida imagen del invencible Comandante, su legado político, permanecerán por siempre entre nosotros.
¡Viva Cuba! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)
¡Viva Fidel! (Exclamaciones de: “¡Viva!”) (Aplausos.)
Palabras del Emir padre Hamad bin Jalifa Al Thani, en representación del Estado de Catar
En el nombre de Dios, el compasivo y muy misericordioso:
Hemos acudido hoy a las exequias de un gran líder, un revolucionario excepcional, un militante firme, un combatiente obstinado, símbolo de la resistencia, que llegó a todos los rincones del orbe y estuvo presente en la mente de todos (Aplausos).
Fidel Castro fue un gigante de la lucha por la liberación nacional. Mantuvo una fe inquebrantable en el derecho de los pueblos a la autodeterminación, en una etapa en que la mayoría de los pueblos del mundo se encontraban sometidos al colonialismo. Luchó por las causas en que tuvo fe, inspiró a millones de seres humanos que vivían bajo el yugo del colonialismo en diferentes lugares del planeta. Ocupó un lugar cimero entre los grandes próceres de los movimientos de liberación en el siglo XX. Igualmente, respaldó las justas causas árabes y, en primer lugar, la causa central de los árabes: la causa palestina, por lo que merece nuestro agradecimiento por el apoyo que brindó al pueblo palestino en su lucha por la consecución de sus derechos inalienables (Aplausos). Asimismo, mantuvo honrosas posturas en apoyo a la revolución del millón de mártires en Argelia (Aplausos).
Leí mucho acerca de lo que escribió Fidel Castro, me impactó su obra; luego lo conocí personalmente, nos vimos aquí cuando visité el país, tuvimos una entrañable amistad. También nos reunimos cuando él tuvo la gentileza de visitarnos en Catar, visita que contribuyó al desarrollo de las relaciones bilaterales entre los dos países.
Fidel Castro dejó su impronta en su época y en su mundo, por lo que perdurarán siempre las enseñanzas que nos trasmitió durante su vida. Su legado, su lucha, su firmeza frente a los desafíos serán siempre fuente de inspiración para esta generación y para las generaciones futuras (Aplausos).
En este momento de tristeza hago llegar las más cálidas condolencias a Su Excelencia el Presidente Raúl Castro y al pueblo cubano, por el deceso de este líder histórico (Aplausos).
Que la paz sea con vosotros, la clemencia de Alá y sus bendiciones (Aplausos).
Palabras de Nguyen Thi Kim Ngan, Presidenta de la Asamblea Nacional de la República Socialista de Viet Nam
Queridos compañeros;
Dirigentes;
Pueblo de Cuba;
Honorables invitados y amigos:
En este momento de infinito dolor y profunda conmoción, quiero una vez más trasmitir al hermano pueblo de Cuba, a sus dirigentes y en especial a los familiares del compañero Fidel Castro, las más sinceras y profundas condolencias de parte de la dirección y de todo el pueblo vietnamita.
Con la partida del compañero Fidel Castro el Partido, el Estado y el hermano pueblo cubano han perdido a su líder histórico y legendario. Los movimientos comunistas y revolucionarios internacionales han perdido a un firme, audaz y experimentado dirigente. El Partido Comunista, el Estado y el pueblo de Viet Nam han perdido a un muy entrañable querido compañero y hermano combatiente.
En este momento de infinito dolor queremos expresar nuestra absoluta certeza de que los comunistas cubanos y su heroico pueblo continuarán unidos bajo la dirección de su glorioso Partido que hoy encabeza el compañero Raúl Castro (Aplausos), que seguro consumarán victoriosamente el gran legado y el pensamiento del compañero Fidel, con la firme defensa de la independencia y la soberanía y la construcción exitosa del socialismo en su Cuba libre y hermosa.
Nosotros los vietnamitas llevamos siempre grabada en el corazón la frase inmortal que el compañero Fidel nos dedicó: Por Viet Nam, Cuba está dispuesta a dar hasta su propia sangre (Aplausos).
Y en este sagrado momento reafirmamos una vez más nuestra firme e invariable solidaridad combativa con los comunistas cubanos y con nuestro hermano pueblo de Cuba (Aplausos).
Tenemos plena confianza en que el compañero Fidel vivirá eternamente en la justa causa de la Revolución del heroico pueblo cubano y en el corazón de los pueblos hermanos de todo el mundo.
Querido Fidel, ¡hasta siempre, compañero!
¡Hermano tan entrañable, descansa en paz!
¡Viva Cuba! ¡Viva Fidel! (Exclamaciones de: “¡Viva! y aplausos.”)
Palabras de Viachesalav Volodin, presidente de la nueva Duma Estatal de Rusia
Querido Raúl;
Queridos amigos cubanos:
Por encargo de Vladimir Vladimirovich Putin, presidente de la Federación de Rusia, en nombre del Parlamento de Rusia y de todo el pueblo ruso, expreso las más sinceras condolencias con motivo de la partida de Fidel Castro, líder de la Revolución Cubana.
Fidel Castro dedicó su vida a la lucha por la libertad y la independencia de Cuba; amó infinitamente a su patria y su pueblo; su vida ha representado el ejemplo de un verdadero patriota. No pudieron quebrantar su voluntad como tampoco la del pueblo cubano.
Fidel, tu fuerza y fe han sido ejemplos para muchos países y pueblos del mundo en la lucha por la libertad y el derecho de elegir su camino soberano de desarrollo.
El aporte de Fidel al establecimiento y desarrollo de las relaciones entre Rusia y Cuba es inmenso. A pesar de las distancias que nos separan, a pesar de los problemas que hemos afrontado, hemos estado, estamos y estaremos unidos (Aplausos).
Los líderes de nuestros países han defendido juntos el equilibrio de las fuerzas políticas en la palestra internacional. Los lazos que han establecido nuestros países durante muchos años son de un inmenso valor y los apreciamos mucho. La causa del legendario Comandante siempre vivirá y la amistad entre Cuba y Rusia seguirá fortaleciéndose (Aplausos).
Fidel Castro se convirtió en un símbolo de la lucha de los cubanos, una lucha que se coronó de éxitos. Tenemos el deber de recordar que es gracias a él que Cuba ha logrado preservar lo más valioso que pueda tener cualquier Estado: su independencia (Aplausos). También hoy sus ideas y sueños son entrañables para muchos pueblos, por eso su causa vencerá.
¡Viva Fidel!
¡Viva Cuba! (Aplausos.)
Palabras de Majid Ansari, Vicepresidente de la República Islámica de Irán
En el nombre de Dios, Excelentísimo señor Raúl Castro Ruz, honorable Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros;
Honorables y respetables autoridades del Partido y el Gobierno cubanos;
Distinguido y revolucionario pueblo de Cuba;
Respetables invitados;
Señoras y señores:
Ante todo, creo necesario expresar el respeto, las condolencias y la consideración del pueblo y el gobierno de la República Islámica de Irán a los familiares, al pueblo resistente y al gobierno revolucionario de Cuba en ocasión del fallecimiento del Comandante Fidel Castro Ruz (Aplausos).
Lo que hoy reúne en esta plaza a esta multitud de pueblo y mandatarios, enviados especiales de decenas de países y organizaciones de todo el mundo, es el homenaje a uno de los más destacados revolucionarios de la actualidad, el fallecido Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz (Aplausos). Una persona cuyo nombre en el mundo es reconocido no solo como un luchador e independentista cubano, sino como un pensador revolucionario y un libertador para todos los pueblos de la América Latina y para los oprimidos del mundo.
Una persona que brindó su vida a los esfuerzos por defender los derechos de los oprimidos y a la lucha contra el colonialismo, por lo que su nombre, unido al de los grandes líderes libertadores de la historia, quedará eternamente grabada en la memoria de la humanidad. A pesar de que este gran hombre ya no se encuentra físicamente entre nosotros, una multitud de pueblo de todas las razas, continentes y generaciones inspirado en este movimiento emancipador dará continuidad a este valioso camino.
La nación revolucionaria de Irán también, a pesar de la lejanía geográfica, desde comienzos de la Revolución Islámica en el año 1979, estableció una alianza inquebrantable con los ideales antimperialistas del Comandante Fidel. Hoy el gobierno y el pueblo de Irán también comparten con el pueblo cubano la tristeza de la pérdida de tan destacada personalidad.
Tal y como expresara el excelentísimo doctor Rouhaní, Presidente de la República Islámica de Irán en su mensaje de condolencia, por el fallecimiento del Comandante Fidel, y cito: “En la presente era en que las naciones amantes de la libertad del mundo padecen reiteradas violaciones de los más elementales y básicos principios humanos, como la paz, la justicia y la libertad, existen afortunadamente hidalgos y luchadores como Fidel Castro, que ni en los últimos días de su vida, han abandonado la lucha” (Aplausos).
Honorable audiencia;
Distinguidos invitados:
Aprovecho mi presencia en este homenaje para rememorar a ese gran revolucionario y sus memorables y contundentes discursos en esta misma plaza, cuya retórica retumba en los oídos y los corazones de los pueblos del mundo (Aplausos).
Así mismo, en calidad de representante del Presidente de la República Islámica de Irán deseo expresar una vez más nuestras condolencias al pueblo resistente y al gobierno revolucionario de Cuba y renovar la eterna alianza de la nación iraní con los amantes de la libertad del mundo entero, incluyendo, por supuesto, el pueblo y el gobierno cubanos (Aplausos).
¡Viva el nombre y la memoria de Fidel! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)
¡Viva la amistad entre los dos pueblos revolucionarios de Cuba e Irán! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)
Muchísimas gracias (Aplausos).
Mensaje de Li Yuanchao, vicepresidente y miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China
Estimado compañero Raúl Castro, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros;
Estimados familiares del compañero Fidel Castro;
Estimados dirigentes, compañeros y amigos:
Hoy nos congregamos aquí, desde todas partes del mundo, como manifestación del profundo dolor por la partida del compañero Fidel Castro, líder de la Revolución Cubana.
En representación del compañero Xi Jinping, secretario general del Comité Central del Partido Comunista de China y presidente de la República Popular China; en nombre del Partido, del Gobierno y el pueblo chinos, quiero expresar nuestras más sentidas condolencias y la más alta estima hacia el compañero Fidel Castro, y nuestro más sincero pésame a sus familiares (Aplausos).
Fundador del Partido Comunista de Cuba y de la causa del socialismo cubano, el compañero Fidel es el gran líder del pueblo de Cuba. Consagró toda su vida a la grandiosa empresa de la lucha del pueblo por su emancipación nacional, la salvaguarda de su soberanía y la construcción del socialismo. Legó a los cubanos y al desarrollo del socialismo mundial contribuciones históricas imperecederas.
El compañero Fidel es un coloso de nuestra era. La historia y los pueblos le recordarán eternamente (Aplausos).
Compañeros, amigos:
En este amargo momento, el corazón del pueblo chino late junto al del pueblo cubano (Aplausos).
El compañero Fidel se entregó en vida a la amistad entre Cuba y China, siguió muy de cerca y valoró altamente el avance de nuestro desarrollo. Con su atención y apoyo personal, Cuba se convirtió en el primer país latinoamericano que estableció relaciones diplomáticas con la República Popular China. Han transcurrido 56 años desde entonces y las relaciones chino-cubanas avanzan considerablemente, obteniendo resultados fructíferos de una cooperación práctica en varias esferas. La amistad entre ambos pueblos crece cada día y resulta inseparable del empeño y la preocupación del compañero Fidel. El pueblo chino lo extrañará profundamente (Aplausos). Su partida es una enorme pérdida para Cuba y los pueblos latinoamericanos.
No solo pierden ustedes a un hijo excelso, pierde también el pueblo chino un compañero entrañable y amigo sincero (Aplausos). Su imagen gloriosa y grandes hazañas quedarán por siempre inscritas en los anales de la historia (Aplausos). Quienes viven han de continuar por aquellos que ya no están. El mejor homenaje al compañero Fidel será promover su espíritu y heredar su causa.
Nos asiste la convicción de que, bajo el firme liderazgo del compañero Raúl Castro, el Partido, Gobierno y el pueblo de Cuba convertirán todo el dolor en fuerzas y continuarán el legado del compañero Fidel, cosechando nuevos éxitos en la edificación del socialismo (Aplausos).
Seguiremos junto a Cuba, profundizando, de manera sostenida, la amistad y cooperación entre ambos partidos y países, por el bienestar y la felicidad de nuestros pueblos. Juntos contribuiremos, de forma activa, a la noble causa de la paz y al desarrollo mundial (Aplausos).
¡Gloria eterna al gran compañero Fidel Castro! (Exclamaciones de: “¡Gloria!”) (Aplausos.)
Palabras de Abdelkader Ben Salah, presidente del Consejo de la Nación de Argelia
Excelentísimo señor Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, Raúl Castro Ruz;
Excelentísimos Jefes de Estado y de Gobiernos;
Excelencias y estimados jefes de delegaciones;
Señoras y señores:
Es para mí un gran honor presentar este mensaje de condolencias de uno de los hombres más grandes de nuestra era contemporánea, el líder de la Revolución Cubana Fidel Castro (Aplausos).
Quisiera, ante todo, expresar en nombre del excelentísimo señor presidente de la República, señor Abdelaziz Buteflika, y en nombre del gobierno y el pueblo de Argelia al gobierno y al pueblo de Cuba, nuestras sinceras condolencias ante la pérdida de uno de los mejores hijos que ha dado esta tierra de bondad, la isla de la libertad, Cuba (Aplausos).
Quisiera también patentizarles nuestra solidaridad y acompañamiento ante esta triste tragedia que les golpea hoy y que también nos golpea hoy a todos (Aplausos).
¿Acaso existe mejor consuelo para el pueblo amigo de Cuba que esta expresión espontánea y sincera de simpatía de millones de admiradores de todas partes del planeta que hoy sufren su desaparición?
¿Acaso puede rendirse mejor tributo a las cualidades del líder máximo que el reconocimiento unánime a la impronta de este hombre en el curso de los más grandes acontecimientos ocurridos en el mundo durante la segunda mitad del siglo XX?
El líder Fidel Castro vivió como un gigante y permanecerá después de su partida como una leyenda y un valioso legado para las generaciones que se inspirarán en su pensamiento para erigir las bases sólidas en aras de lograr la construcción de un mundo donde prevalezca la justicia, la dignidad y la libertad; a la vez que su combate les iluminará en la forja de virtudes tales como la abnegación, el sacrificio, la honestidad, la fidelidad hacia los demás y la adhesión a los principios a costa de cualquier precio (Aplausos).
¡Que descanse en paz, porque seguirá vivo en nuestros corazones y en nuestra memoria! (Aplausos.)
Palabras de Alexis Tsipras, primer ministro de la República Helénica
Hermanos y hermanas;
Valiente pueblo de Cuba (Aplausos):
Aquí, desde la Plaza de la Revolución, como corresponde a este gran revolucionario del siglo XX, despedimos hoy al Comandante Fidel. Despedimos a un símbolo internacional de la lucha y la resistencia, quien con su ejemplo inspiró las luchas de los pueblos en todo el mundo por la independencia, la libertad, la justicia y la dignidad.
Despedimos al Fidel de los pobres, de los humildes, de los oprimidos y de los que jamás se rinden, el Fidel de ustedes, nuestro Fidel, el Fidel que pertenece a todos los rincones de este planeta, el Fidel que pertenece a la historia (Aplausos).
Es un gran honor participar en este momento histórico en representación del pueblo griego, un pueblo que vive en un rincón del planeta muy distante de ustedes, pero muy cercano a los valores e ideales por los que ustedes han luchado y luchan (Aplausos). Porque al igual que el pueblo cubano, en los momentos críticos de su historia, el pueblo griego no vaciló en levantarse y luchar contra poderosos adversarios para reclamar su libertad e independencia, su dignidad y sus derechos.
¡Libertad o muerte! fue el lema de la revolución griega de 1821; ¡Patria o Muerte! fue el lema de la Revolución Cubana de 1959 (Exclamaciones de: “¡Venceremos!”).
Siguiendo los pasos de Simón Bolívar y José Martí, junto con el Che Guevara, Fidel logró que Cuba dejase de ser una dictadura más para convertirse en un símbolo internacional de resistencia y dignidad nacional (Aplausos).
Fidel le deja un valioso legado al pueblo cubano en los campos de la educación, la erradicación del analfabetismo, la salud, sus niveles superiores de ciencia y cultura, pero también les deja un valioso legado a todos los pueblos, porque inspiró los cambios políticos y sociales en América Latina, creó las bases para una nueva era de integración regional y las condiciones para la coexistencia pacífica y la cooperación entre Cuba y occidente.
La Cuba de Fidel, no obstante, nos enseñó que el camino al socialismo no está cubierto de rosas, también está lleno de dificultades, reveses y altibajos. Hemos aprendido de él, de sus logros y de los reveses.
Fidel nos enseñó que la lucha por las transformaciones sociales es una batalla permanente que exige grandes sacrificios, como los sacrificios que el pueblo de Cuba ha soportado con estoicismo durante el embargo impuesto a su país como chantaje y castigo permanentes. Y tal vez nosotros en Europa no podamos imaginar las dificultades que ustedes han debido soportar, pero nosotros también tenemos nuestras propias fuerzas opresoras, la lógica inhumana de las leyes del mercado en el neoliberalismo.
Y nosotros en la lejana Grecia luchamos por la justicia y la dignidad, y en esta lucha nos acompaña y nos acompañará siempre el ejemplo de Fidel en nuestras victorias y en nuestras derrotas, en nuestros desafíos y en nuestros compromisos (Aplausos).
Fidel ha fallecido, pero siempre estará presente en las pequeñas y grandes batallas de los pueblos en todo el planeta, en la llama de la resistencia de los oprimidos que reafirman su dignidad, en la fuerza de aquellos que luchan con pasión para reclamar lo imposible y dejar de vivir lo inaceptable cambiando el curso de la historia.
¡Adiós, Comandante, hasta la victoria siempre! (Aplausos.)
Palabras de Salvador Sánchez Cerén, presidente de El Salvador
Excelentísimo señor presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, compañero Raúl Castro;
Excelentísimos señores Jefes de Estado y de Gobierno;
Honorables delegaciones oficiales que nos acompañan;
Querido pueblo cubano:
Quiero expresar nuestras condolencias al pueblo de Cuba, al Gobierno y al Partido Comunista en estos momentos de tristeza y dolor. Nuestro pesar y cariño a los familiares de nuestro hermano de lucha por la vida y la dignidad de los pueblos, el Comandante Fidel Castro Ruz (Aplausos).
En el Salvador recibimos con mucho dolor la noticia de su partida, en especial, la militancia y la dirección de nuestro Partido FMLN, que ha mantenido a lo largo de la historia estrechos lazos de hermandad con Fidel y la Revolución Cubana.
Uno de los valores más preciados que nos enseñó Fidel es la unidad, y su llamado fue decisivo para que las fuerzas revolucionarias salvadoreñas un 10 de octubre de 1980 nos uniéramos bajo una sola bandera: la del FMLN.
Ha sido un largo y victorioso camino que hemos marchado juntos Cuba y El Salvador. En estas batallas se han forjado miles de hombres y mujeres dispuestos a luchar por el pueblo y hacer realidad sus sueños y esperanzas de una vida mejor. También se consolidó una entrañable amistad entre Fidel, Schafik Handal y el FMLN para mejorar la vida de nuestros pueblos (Aplausos).
Fidel tuvo un especial aprecio y respeto por el pueblo salvadoreño. Como miles de jóvenes salvadoreños, conocí a Fidel a través de Radio Rebelde. Escucharlo significó para nosotros el despertar de la conciencia política y la decisión de cambiar la triste realidad de nuestro pueblo, víctima de una cruel dictadura militar. Recuerdo aquel sentimiento solidario y apoyo a la lucha en la Sierra Maestra, y luego con la Revolución triunfante, una obra humana admirada por su resistencia y dignidad ante la permanente agresión estadounidense. No era solo un cambio social sino también una revolución moral, que llenaba de entusiasmo nuestros espíritus. Fue Fidel quien nos inspiró a vincularnos en cuerpo y alma a la lucha revolucionaria y al servicio de nuestro pueblo.
Tuvimos la oportunidad de compartir con Fidel en diferentes momentos de la historia. Escuchamos sus experiencias, sus consejos, pero además sus críticas, porque era un hombre honesto, justo, que decía las cosas por duras que fueran, y eso también nos ayudó mucho a madurar en nuestro pensamiento y en nuestra visión estratégica (Aplausos).
Las nuevas generaciones continuarán impulsando las ideas de Fidel y la Revolución Cubana para seguir transformando nuestras sociedades, volverlas más justas y solidarias. La dimensión humana de Fidel tiene que ver mucho con la grandeza de su pueblo, su generosidad y heroísmo. Cuba es un ejemplo de todo lo que es posible alcanzar por el bienestar y la felicidad de la gente, y lograrlo, incluso, en medio de un injusto bloqueo de más de 50 años impuesto por Estados Unidos (Aplausos).
El homenaje del pueblo cubano, del mundo entero, este cariño inmenso nos demuestra que Fidel y sus ideas viven en los corazones de millones de seres humanos que seguimos su ejemplo de luchador incansable por el bien de la humanidad (Aplausos).
Las ideas de Fidel se multiplicarán en la lucha de los pueblos por la justicia, el progreso, la libertad y la paz. Fidel desde su inmortalidad nos acompaña y guía en la construcción de un mundo mejor, que él nos demostró que sí es posible con su ejemplo, tenacidad y decisión de luchar para que las ideas se hagan realidad.
¡Muchas gracias, Fidel!
¡Muchas gracias, pueblo de Cuba! (Aplausos.)
Palabras de Roosevelt Skerrit, Primer Ministro de Dominica y Presidente Pro Témpore de CARICOM
Excelentísimo compañero Raúl Castro, Presidente de la República de Cuba;
Miembros del Gobierno;
Jefes de Estado y Gobierno;
Excelencias;
Damas y caballeros;
Gran pueblo de Cuba:
¡Saludos!
Las páginas de la historia consignan que en cada siglo nace por lo menos una personalidad que trasciende a la vida y capta la imaginación y la atención del mundo, por su singular arrojo en la consecución de lo extraordinario y por las ondas de choque que su quehacer genera al combatir la opresión y el orden establecido. Fidel Castro, líder indiscutible de la Revolución Cubana, fue una de esas personalidades. Siento el privilegio de haber podido llamarle mi amigo y mi mentor (Aplausos).
Inspirado por el gran Héroe de la independencia de Cuba, José Martí, quien tuvo la visión de una Cuba libre de la injerencia estadounidense, o sea, una Cuba —y cito—: “con todos y para el bien de todos”, Fidel liberó a los cubanos de la brutal dictadura batistiana y condujo a su país por el camino del socialismo y la libre determinación (Aplausos).
Durante más de 50 años y contando con el respaldo de amigos, la Revolución Cubana ha resistido el despiadado embargo económico y comercial orquestado por Occidente, embargo que ha costado a ustedes, los cubanos, miles de millones de dólares. La comunidad del Caribe, CARICOM, recuerda con orgullo que fueron cuatro de nuestros Estados miembros los que se unieron en 1972 para romper el aislamiento diplomático de Cuba en este hemisferio.
Bajo la dirección invencible de Fidel, Cuba no solo sobrevivió, sino también emprendió el desarrollo de un sistema de salud pública de primera categoría; un sistema educacional en el que nadie queda a la saga; una capacidad de investigación científica e innovación en la industria farmacéutica que ha colocado a este país entre los principales actores de este mundo, y una infraestructura deportiva reconocida por su producción de campeones mundiales (Aplausos).
El fervor del compañero Fidel en su batallar en contra del dominio colonial y la opresión trascendió las fronteras de su entrañable Cuba. Sus intervenciones en Mozambique y en la guerra de Angola, cambiaron el rumbo de la historia de esas dos excolonias portuguesas y desempeñaron un papel definitorio en la lucha para librar a Sudáfrica y al continente africano del flagelo del apartheid.
Fidel fue un amigo de verdad, extendió su mano a los países recién independizados de la América Latina y el Caribe, a los cuales ayudó en las esferas en las que Cuba ya tenía una relativa fuerza; ello fue en especial evidente en la formación de médicos y otros profesionales de la salud y en el otorgamiento de becas para el estudio de otras disciplinas.
CARICOM estará por siempre agradecida de usted y del pueblo de Cuba por los grandes sacrificios que ustedes han realizado en medio de gigantescas adversidades, pues ustedes han mantenido durante decenios la formación de nuestros profesionales en los órdenes bilateral y multilateral (Aplausos).
Resulta difícil identificar un sector en las economías nuestras en las que Cuba y el compañero Fidel no hayan incidido para su mejoramiento. Sin el menor temor a equivocarme les afirmo que nuestros servicios de salud estarían entre los más pobres de no haber sido por la mano generosa de Fidel en momentos decisivos de nuestro desarrollo (Aplausos). Reconocimos estos aportes cuando en el 2008 otorgamos al compañero Fidel nuestro honor cimero, la Orden de la Comunidad del Caribe, y Fidel ha sido la única personalidad no ciudadana de CARICOM a la que dicha orden ha sido conferida (Aplausos).
Sin dudas, el compañero Fidel fue uno de los gigantes políticos e icónicos de la segunda mitad del siglo XX. Fidel se suma al grupo de distinguidos hermanos y luchadores por la libertad, entre los que figuran Yasser Arafat y Nelson Mandela, cuya resistencia y decisión representaron fuentes de estímulo para sus pueblos (Aplausos).
Hoy día Cuba llora la pérdida de un gran líder, de un maestro y de un padre, compartimos con ustedes este dolor y vacío, pues nosotros también hemos perdido a un amigo leal y valioso (Aplausos). Su recuerdo vive en nuestra misión de servir a nuestro pueblo y de construir un mundo en el que reinen la justicia, la imparcialidad y la paz.
Fidel Castro fue un hombre de su tiempo y utilizó las herramientas a su disposición para lidiar con las realidades enfrentadas por Cuba en su lucha contra la injusticia y la opresión.
En cuando a mi persona, he perdido a un amigo y a un excelente maestro. He aquí un hombre que mostró un interés real en los peculiares desafíos de los pequeños Estados insulares y que nos ayudó, no solo con sus ideas y sus pláticas, sino también con sus hechos (Aplausos).
La Mancomunidad de Dominica en su momento oportuno se cerciorará de que el aporte de Fidel a nuestra isla y a nuestra región y, de hecho, a la humanidad entera, sea inmortalizado en un memorial que sirva de ilustración a las generaciones futuras (Aplausos).
Hermano mío, con todo respeto, descanse usted en paz.
¡Hasta la victoria siempre, Fidel!
¡Vas bien Fidel!
¡Viva la Revolución Cubana! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)
Muchas gracias (Aplausos).
Palabras de Jacob Zuma, presidente de la República de Sudáfrica
Excelentísimo Presidente Raúl Modesto Castro Ruz y miembros de su gobierno;
Miembros de la familia Castro Ruz;
Jefes de Estado y Gobierno;
Miembros del Comité Central del Partido Comunista de Cuba;
Miembros del Cuerpo Diplomático;
Miembros también del Cuerpo Consular;
Pueblo enlutado, como el nuestro;
Compañeros y amigos:
El pueblo y el gobierno de la República de Sudáfrica conocieron con tristeza el fallecimiento de uno de los grandes revolucionarios de nuestro tiempo y uno de los grandes héroes del siglo XX, nuestro compañero el Presidente Fidel Castro Ruz.
Nos sumamos a las fuerzas progresistas de todo el mundo a guardar luto y a celebrar la vida de este internacionalista reconocido y de este antimperialista, quien respaldó, de manera desinteresada, las luchas de los oprimidos y los explotados. La muerte del compañero Fidel es una pérdida dolorosa para el pueblo de Sudáfrica. Él estuvo al lado nuestro en solidaridad y respaldó la lucha, incluida la campaña internacional para aislar al régimen del apartheid. Sabíamos que podíamos confiar en Cuba, un amigo y un aliado de los oprimidos.
La relación especial, profunda e imperecedera entre Cuba y Sudáfrica se cimentó con la sangre de los soldados cubanos heroicos, quienes pagaron el sacrificio supremo por su convicción en el antimperialismo, la libertad y la justicia (Aplausos).
Cuba desplegó casi medio millón de soldados y oficiales en África para respaldar las luchas por la independencia nacional o en contra de la agresión extranjera durante 30 años. La intervención de Cuba en Angola se destaca como uno de los ejemplos más grandes de la solidaridad internacional que cambió el rumbo de la historia (Aplausos).
El compañero Fidel desplegó tropas de combate, asesores militares y equipamiento para defender a Angola de una invasión lanzada por las fuerzas de defensa de la Sudáfrica racista, que estaba respaldada por las fuerzas locales negativas.
Esta misión comprendió también liberar a Namibia y fomentar los esfuerzos de liberación en Sudáfrica entre 1987 y 1988. Fue esta interacción la que condujo a la batalla épica de Cuito Cuanavale en 1988, en la cual los cubanos obligaron al régimen del apartheid racista de Sudáfrica a replegarse, de una manera humillante y devastadora (Aplausos).
La derrota histórica de las fuerzas racistas consolidó la victoria del MPLA en Angola, y también sentó las bases para la independencia de Namibia en 1990, y condujo, además, a la propia liberación de Sudáfrica en 1994. ¡Saludamos al compañero Fidel por este sacrificio desinteresado! (Aplausos.)
En África, Cuba no estaba buscando oro, ni diamantes, ni petróleo; los cubanos solo querían ver la libertad, querían ver también el fin del tratamiento de África como si fuera un terreno de juego para las naciones poderosas mientras que los pueblos sufrían.
Al dirigirse al Parlamento de Sudáfrica en 1998, el compañero Fidel dijo lo siguiente acerca de los soldados cubanos en África: De las tierras de África, en las que trabajaron y lucharon de manera voluntaria y desinteresada, solamente se llevaron a casa los restos de sus compañeros caídos y el honor de haber cumplido su deber (Aplausos). Es por ello que conocemos y valoramos las cualidades humanas de África mucho más que aquellos que durante siglos colonizaron y explotaron este continente.
También recordamos las palabras pronunciadas por el presidente Oliver Tambo en la Reunión Cumbre de los No Alineados, celebrada aquí en La Habana en 1979, y dijo: Los africanos hemos llegado a conocer a los cubanos, y no sencillamente porque los hemos conocido en su propio país, sino porque ellos viven con nosotros en África, luchan con nosotros, mueren con nosotros, sufren reveses y logran victorias con nosotros. Ellos se han convertido en parte del pueblo luchador de nuestro continente (Aplausos).
Recordaremos al compañero Fidel como un gran luchador por el ideal de que los pobres tienen el derecho de vivir en dignidad. Es por ello que la Revolución Cubana fue y sigue siendo una fuente de inspiración para Sudáfrica y para el mundo en cuanto a cómo lograr una vida mejor para los pobres (Aplausos).
Hoy día Cuba exhibe indicadores de salud que son superiores a los de muchos países desarrollados. Cuba ha enviado a miles de sus médicos a muchas regiones del mundo (Aplausos). Sudáfrica se ha beneficiado de la presencia de muchos médicos cubanos en nuestros hospitales y clínicas, a menudo situados en las regiones más distantes de nuestro país. Así mismo, muchos jóvenes nuestros se han formado como médicos en Cuba y muchos otros continúan estudiando en este país.
Cuba también abrió las puertas de sus escuelas y universidades para la formación de muchos sudafricanos durante los días en que estábamos en el exilio.
En 1998, durante la visita del Presidente Fidel Castro a Sudáfrica, el presidente Mandela señaló que los logros de Cuba en la prestación de servicios sociales, entre ellos la educación y la salud, eran una fuente de inspiración. Mandela dijo: que ello trasmitía un mensaje al mundo en desarrollo, un mensaje en el sentido de que la ignorancia y la enfermedad no eran condiciones inalterables de la vida humana.
Admiramos también el sistema de valores de Cuba, el cual comprende un profundo sentido del patriotismo. Esto es algo que queremos que nuestra juventud aprenda en la medida que construimos una nueva sociedad basada en la solidaridad humana en nuestro propio país.
Excelencias:
Es también sorprendente que Cuba haya cosechado todos estos logros en el desarrollo humano a pesar de enfrentar uno de los bloqueos económicos más implacables e injustos impuesto por Estados Unidos de América. Continuaremos respaldando los esfuerzos en pro de que se levante el bloqueo económico a Cuba por parte de Estados Unidos (Aplausos). Instamos a las Naciones Unidas que desempeñe su papel en la solución de este impasse, que ya lleva varios decenios.
Excelencias, compañeros y amigos:
El Comandante en Jefe Fidel Castro atrajo a muchos enemigos y sobrevivió a cientos de atentados contra su vida debido a su posición firme en contra del imperialismo.
Debemos esforzarnos por llevar adelante los ideales que él abrazó: los ideales del internacionalismo, la libertad, la igualdad, la justicia y un mundo mejor y más justo (Aplausos).
Debemos fortalecer la voz del sur y profundizar la colaboración en el seno del Grupo de los 77, más China, así como en el seno del Movimiento No Alineado y en el Grupo BRIChS.
Trasmitimos nuestras más profundas condolencias a la familia, al gobierno y al pueblo de Cuba (Aplausos).
¡Adiós, compañero Fidel! Usted ha ganado su carrera, usted ha peleado una buena batalla ¡Que su alma ahora descanse en paz eterna! (Aplausos.)
Muchas gracias (Aplausos).
Palabras de Rafael Correa Delgado, presidente de la República del Ecuador
(Versiones Taquigráficas – Consejo de Estado)
Pueblos de Nuestra América y del mundo: Fidel ha muerto.
Murió invicto, solo el inexorable paso de los años lo pudo derrotar. Murió el mismo día en que 60 años antes, con 82 patriotas, partió de México para hacer historia.
Murió haciendo honor a su nombre: Fidel, digno de fe. La fe que puso en él su pueblo y toda la patria grande; fe que nunca fue ni siquiera decepcionada, peor aun traicionada.
Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos.
Fidel seguirá viviendo en los rostros de los niños que van a la escuela, de los enfermos que salvan sus vidas, de los obreros dueños del fruto de su trabajo. Su lucha continúa en el esfuerzo de cada joven idealista empeñado en cambiar el mundo.
En el continente más desigual del planeta nos dejaste el único país con cero desnutrición infantil, con la esperanza de vida más alta, con una escolarización del ciento por ciento, sin ningún niño viviendo en la calle (Aplausos).
Evaluar el éxito o el fracaso del modelo económico cubano, haciendo abstracción de un bloqueo criminal de más de 50 años, es pura hipocresía (Aplausos). Cualquier país capitalista de América Latina colapsaría a los pocos meses de un bloqueo similar.
Probablemente, por tu formación jesuita, entendiste muy bien —como decía San Ignacio de Loyola— que en una fortaleza sitiada cualquier disidencia es traición.
Para evaluar su sistema político hay que entender que Cuba ha vivido una guerra permanente. Desde el inicio de la Revolución existe una Cuba del norte allá en Miami, asechando permanentemente a la Cuba del sur, la libre, la digna, la soberana, la mayoritaria en la tierra madre, no en tierras extrañas (Aplausos). No han invadido a Cuba porque saben que no lograrán vencer a todo un pueblo (Aplausos).
Aquí, en esta isla maravillosa, se han construido murallas, pero no de las que construyen los imperios, sino murallas de dignidad, de respeto, de solidaridad (Aplausos).
Cuba saldrá adelante por sus principios revolucionarios, por su extraordinario talento humano; pero también porque la resistencia está integrada en su cultura, y con el ejemplo de Fidel jamás el pueblo cubano permitirá que su país vuelva a ser colonia de ningún imperio (Aplausos).
No hay ser humano ni acción trascendente que no tenga detractores, y Fidel y su Revolución trascendieron en el espacio y trascenderán en el tiempo.
Contigo se cumple lo que nuestro viejo luchador, el general Eloy Alfaro, amigo de Martí, solía decir: Si en lugar de afrontar el peligro, hubiera yo cometido la vileza de pasarme al enemigo, habríamos tenido paz, mucha paz: la paz del coloniaje.
Cuba fue solidaria con la revolución liberal alfarista de fines del siglo XIX y ha sido solidaria con nuestra revolución ciudadana del siglo XXI.
Muchas gracias, Fidel; muchas gracias, pueblo cubano (Aplausos).
La mayoría te amó con pasión, una minoría te odió; pero nadie pudo ignorarte. Algunos luchadores en su vejez son aceptados hasta por sus más recalcitrantes detractores, porque dejan de ser peligrosos; pero tú ni siquiera tuviste esa tregua, porque hasta el final tu palabra clara y tu mente lúcida no dejaron principios sin defender, verdad sin decir, crimen sin denunciar (Aplausos).
Bertolt Brecht decía que solo los hombres que luchan toda la vida son imprescindibles. Conocí a Fidel y sé que jamás buscó ser imprescindible, pero sí que luchó toda la vida (Aplausos). Nació, vivió y murió con la necedad de lo que hoy resulta necio: la necedad de asumir al enemigo, la necedad de vivir sin tener precio.
Nosotros seguiremos jugando a lo perdido y tú seguirás vibrando en la montaña con un rubí, cinco franjas y una estrella (Aplausos).
Nuevas tormentas enfrenta Nuestra América, quizás más fuertes que aquellas que desafiaste durante 70 años de lucha, primero como estudiante y en el Moncada, luego como guerrillero en la Sierra Maestra, y, finalmente, al frente de una revolución triunfante.
¡Hoy más unidos que nunca, pueblos de Nuestra América! (Aplausos.)
Querido Fidel, tu honda convicción martiana te llevó a estar siempre no del lado en que se vive mejor, sino del lado en que está el deber.
“Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos;
es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas.”
Contigo, Comandante Fidel Castro Ruz, con Camilo Cienfuegos, con el Che, con Hugo Chávez Frías, aprendimos a creer en el hombre nuevo latinoamericano capaz de librar con organización y conciencia la lucha permanente de las ideas liberadoras para construir un mundo de justicia y de paz (Aplausos).
Por esas ideas seguiremos luchando, ¡lo juramos! (Exclamaciones de: “¡Juramos!”)
Un abrazo solidario a Dalia, a Raúl, a tus hijos.
Hasta la victoria siempre, Comandante (Aplausos).
Acerca del autor
Graduada en Licenciatura en Periodismo en la Facultad de Filología, en la Universidad de La Habana en 1984. Edita la separata EconoMía y aborda además temas relacionados con la sociedad. Ha realizado Diplomados y Postgrados en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí. En su blog Nieves.cu trata con regularidad asuntos vinculados a la familia y el medio ambiente.