La muerte es tan natural como la propia vida, sin embargo nos negamos a aceptarla cuando se ha dejado una inmensa obra que va desde la raíz hasta cada uno de sus frutos.
La conmoción de los bayameses por la desaparición física del inigualable líder histórico de la Revolución cubana fue extensiva, y no pocos se emocionan ante cada imagen televisiva, mensaje de condolencia o frase sentida de cualquier hombre o mujer del mundo. Tal es el caso de Annia Vázquez Fonseca, trabajadora por cuenta propia dedicada al arrendamiento de habitaciones y espacios, para quien el hecho es aún ‘inaceptable’.
“Fue un estremecimiento total- dice con definitiva angustia- pues de alguna manera presumimos que siempre estaría ahí, vigilante, activo y preocupado por su pueblo. Pienso como el periodista Ignacio Ramonet, que Fidel ahora es inmortal.
“He querido buscar una palabra o forma que lo defina, según mi modo de ver o interpretarlo, y se me hace imposible. Tampoco le encuentro semejanza con otra figura de la historia: fue único, excepcional. A los cubanos nos deja un camino, y por ahí transitaremos más firmes y revolucionarios.
“Al igual muchas generaciones, soy resultado de su obra, por eso si le hubiera podido dar un abrazo, solo le diría: gracias Comandante”.