Por Orestes Eugellés Mena
Marisol Fuentes Ferrer -nacida en la Revolución- desde que tuvo uso razón veía a Fidel en su uniforme verde olivo como un gigante invencible en la palabra, en el pensamiento, en las orientaciones y discursos, su mirada y sonrisa. Esto lo impregnó en sus dos hijos.
Por eso cuando oyeron la noticia de que el querido, respetado y guía de la Revolución había fallecido, primero no lo podían creer, y cuando se cercioraron del triste hecho lloraron abrazados por su Comandante en Jefe Fidel Castro.
La diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular dijo: “Después de nacer, crecer, hacerme una persona mayor, una profesional gracias a la Revolución y una dirigente sindical al calor de las ideas y pensamientos de nuestro máximo líder, será muy difícil olvidarlo, por esos les digo a mis hijos que Fidel estará siempre con nosotros.
Para Marisol Fuentes Ferrer fue un gran honor estar cerca de Fidel en el VII Congreso del Partido, fotografiarse con él y algo insólito para ella oírlo decir que había puesto su cruz o votado por cada una de las personas propuestas para miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, entre las cuales estaba ella.
Por eso, después de haber conocido la desagradable realidad de la desaparición de su querido Comandante, Marisol reflexiona sobre los beneficios que ha recibido nuestra sociedad durante más de medio siglo y las enseñanzas que ha obtenido ella de aquel gigante vestido de verde olivo, enseñanzas que ahora le traen la paz y la decisión de transmitirlas a sus hijos, futuros nietos y a todos quienes la rodean.