Por Orestes Eugellés Mena
No olvidaremos nunca que cuando llegaste con tu uniforme verde olivo y con mirada y sonrisa sincera, se acabaron los despidos de los trabajadores cubanos y nos nombraste, protagonistas de la sociedad por ser los verdaderos creadores de las riquezas.
Te recordaremos siempre Fidel, como el gran amigo del tabaquero Lázaro Peña, y como el reivindicador del vil asesinato del líder azucarero Jesús Menéndez Larrondo, del portuario Aracelio Iglesias y de otros tanto dirigentes obreros que dieron su vida por una sociedad que hoy por ti, tenemos.
Gracias Comandante en Jefe por haber confiado en los trabajadores para importantes y difíciles misiones, dentro y fuera del país como constructores, médicos, enfermeros, deportistas, y educadores colocando en alto en el mundo, la solidaridad humana que tú nos enseñaste.
Fidel, un millón de gracias, por tu preocupación en la educación de los hijos de los obreros, por el cuidado de los jubilados, de los enfermos, los ancianos, y discapacitados, enseñanza por la que para siempre, estarás entre los trabajadores.