La reparación capital del puente Guanima, la inversión no turística más relevante de cuantas se ejecutan hoy en la provincia de Matanzas, tiene en el acortamiento de sus plazos un mérito contundente, saldo muy bueno para un territorio marcado por obras demasiado dilatadas en el tiempo.
Pactado inicialmente para 14 meses, las labores de restitución de la capacidad de carga y seguridad del cordón principal de enlace entre la capital del país y Varadero alcanzan un ritmo tan acelerado que ya se habla de una disminución cercana a los 90 días.
Los avances físicos de lo que comenzó en mayo del 2016 conjeturan su puesta en funcionamiento para abril del 2017, fecha con la que se espera saludar un nuevo aniversario de la victoria de Playa Girón.
La concreción del tiempo prometido arrojaría las incuestionables ventajas de reabrir mucho antes la estratégica vía, por donde de forma diaria circulan miles de vehículos, ahora desviados de su habitual paso, con los lógicos inconvenientes que ello provoca.
Esther González Enríquez, al frente de la dirección provincial de Economía y Planificación, confía en el feliz término del Guanima. “Inversión que nace derecha, ya no se tuerce”, sonríe orgullosa. “El éxito de cualquier fabricación se gana en la preparación de la obra y esta ha sido un magnífico ejemplo, el exacto cumplimiento del 327, el decreto que dice cómo conseguir eficiencia constructiva”.
A juicio de González Enríquez, lo que bien comienza bien debe terminar. “Obras como estas son las que necesitan Matanzas y Cuba”.
Inversión que nace derecha…
En el Centro Provincial de Vialidad (CPV), el inversionista principal del Guanima, siempre estuvieron claros de cuánto las propias características de la obra aconsejaban una exhaustiva preparación. “Significaba una transformación en la vida habitual de la ciudad, de los usuarios de una vía de tanto peso para la economía”, reflexiona el vicedirector, Julio Canito Marrero.
“Había que procurar los materiales de importación, tenerlos de este lado. Arrancamos solo cuando los colocamos en casa, cables, conductos, materiales que conforman las vigas, el equipamiento que acompaña la tecnología empleada…, eso nos proporcionó una garantía inestimable, junto con la aprobación del acero, el cemento, la madera. La tranquilidad de saber que todo está en las manos, abrió el camino por donde lo demás fluye”.
María Elena Tabío Alfonso, directora del proyecto de ejecución, perteneciente a la Empresa de Construcción y Montaje (ECM), pondera el desempeño del CPV, “protagonista clave, que contrataron el servicio del proyecto ejecutivo de organización de la obra, para poder realizar el diseño previsto. A solicitud de ellos, estuvimos casi un año trabajando en la preparación técnica. Por concebirlo todo, hasta el más mínimo detalle, no hemos parado ni un solo día”.
Según Tabío Alfonso, tal y como lo establece el Decreto 327, los controles de autores son realizados con una periodicidad decenal, lo que permite a Laura Domínguez Bacallao y Augusto Clement Rodríguez, de la Empresa de Proyectos de Arquitectura e Ingeniería, monitorear el respeto a lo hecho por ellos, acciones a las que se agregan “rigurosos planes de calidad que redundan en mayor eficacia”.
La especialista afirma que los óptimos dividendos se relacionan también con el desempeño de empresas como Cubiza, la de hormigón de Varadero, la de Investigaciones Aplicadas, la de Seguridad y Protección del MICONS, y el rol esencial del gobierno en la provincia.
Del puente de ayer al de hoy
Con 160 metros de largo y conformado por dos sendas de circu lación independientes, el puen te le concede valor de uso al viaducto erigido al norte de la principal urbe matancera, y es una muestra de proteger a la playita El Tenis, un punto cerca de la bahía que se dice ha inspirado por años el orgullo de los matanceros.
Construido en septiembre de 1994, el Guanima no pudo ser levantado según el proyecto original. El hormigón completo concebido fue sustituido por elementos metálicos y prefabricados, un cambio determinado por las limitaciones del período especial y que obligó su reparación capital con solo 22 años de existencia, vida útil extendida, incluso, gracias a medidas restrictivas de la velocidad y la carga.
Los trabajos de reconstrucción recurren hoy a un sistema de vigas prefabricadas de hormigón y losa in situ, además de la colocación de aceras, barandas y barreras protectoras del tráfico. Canito Marrero precisa que a las vigas, uno de los elementos esenciales, se les aplicó un sistema de postensado, proceso mediante el cual se tensan sus aceros de refuerzos a altos límites, lo que aumenta su capacidad de asimilación de cargas.
“Posee, además, un diseño ajustado a una nueva norma cubana para la protección de los aceros, de recubrimiento de las estructuras de hormigón armado, y cuenta con los materiales exigentes de estas estructuras”.
Atenida a los criterios de hormigón, de la tecnología empleada, María Elena Tabío Alfonso fija en algo más de 50 años la durabilidad del enlace. “Un estimado que no podrá obviar los mantenimientos, de acuerdo con los esquemas que se aprueben”.
Ubicado en un entorno ya de por sí medioambientalmente agresivo, la acción humana pudiera comprometer su vida útil. “Se ha convertido en una práctica muy peligrosa que los muchachos lo utilicen como trampolín y como lugar de pesca. Eso le aporta más humedad y sales. No podemos arriesgar su durabilidad”, alerta Canito Marrero.
Algunos apremios en el puente
Bajo un sol que traspasa el más potente de los cascos, constructores de la brigada número 1 de la ECM preparan una de las sendas para el posterior hormigonado de la losa tablero. Habrá que colocar cerca de 140 toneladas de acero, la mayoría piezas de diámetros de16 y 25 milímetros, que serán cubiertas por 540 metros cúbicos de mezcla.
Roberto Jiménez, jefe del colectivo, reconoce que pese a las difíciles labores, el respaldo de los recursos evita interrupciones y posibilita cumplir las normas, lo que se traduce en mayores ingresos. “Aquí todo es en favor del trabajador. Siento orgullo de una obra como esta, asegurada ciento por ciento, justo a lo que aspira cualquier constructor”.
En octubre, según lo anunciado por Tabío Alfonso, comenzarían los trabajos en la senda 2, donde ya habían adelantado las demoliciones de barandas, pretiles y separadores. “Estamos venciendo etapas, indicios de que responderemos a la reprogramación que hemos fijado. Plazos acortados es ahorro para la nación”.
Esta, una inversión de la que hoy se enorgullecen los matanceros, también ha tenido sus apremios, cosas que se complican, contratiempos, algo que falla a última hora y hay que salir a guapearlo, admite Canito Marrero.
Pero la satisfacción de rehacer el Guanima es tan larga y ancha como el puente mismo. Dice el ingeniero que solo una situación excepcional podría enredar el tiempo constructivo de una obra con una disciplina que regocija. “Resulta placentero el avance que se observa. Es colosal el ejemplo de los constructores, demostración de que sí se puede cumplir con la eficiencia inversionista”.