Este domingo descansaron por primera vez los dos fuera de serie que protagonizan el duelo por el título mundial de ajedrez. El Fulton Market de Manhattan, Nueva York, estuvo más tranquilo ante la ausencia del combate entre el noruego Magnus Carlsen (25 años), primero del orbe, y el retador ruso Sergey Karjakin (26), noveno.
La sala donde se realiza el match, pactado a un máximo de 12 cotejos, siempre ha tenido llena sus 600 capacidades, que oscilan entre los 75 y 3000 dólares. A pesar de tanto público sorprendió la ausencia a la inauguración del evento del “aficionado más importante”, el presidente de la Federación Internacional de Ajedrez, Kirsán Ilymzhinov.
Según informó el periódico alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung, no le dejaron entrar en Estados Unidos debido a sus negocios con el Jefe del Estado de Siria.
No obstante, gracias al gigante de las video llamadas Skype, el máximo rector del juego ciencia pudo comunicarse con los presentes. Sí estuvieron en la apertura los magnates de la era digital Bill Gates (Microsoft) y Mark Zuckerberg (Facebook).
Y es que la tecnología ha impactado como nunca antes este duelo por la corona universal, el cual se nombra el primer mundial de la generación del Smartphone, pues inicia las trasmisiones en vivo por celulares con los comentarios de la reconocida trebejista y analista húngara Judit Polgar, y la posibilidad de seguir las partidas como si estuvieras en la sala de juegos gracias a la realidad virtual.
Si a ello agregamos que ambos nacieron en 1990, su formación ajedrecística está completamente relacionada con los dispositivos electrónicos. Regresando a Microsoft, Carlsen contrató a la compañía para proteger los ordenadores de él y sus colaboradores.
Carlsen y el objetivo de 20 años como campeón
Recuerdo cuando el noruego comenzaba a forjarse la leyenda que es hoy. Decía que su gran objetivo era estar dos décadas como rey absoluto del orbe. Paso a paso parece encaminado hacia esa proeza y el match de 2016 será su tercero en línea. Todo comenzó cuando en 2013 retaba a Viswanathan Anand en la propia tierra del indio y lo derrotaba 6½–3½. Un año después se repetiría el desafío y el noruego vencía 6½–3½.
Más allá de la presión que pueda sentir Carlsen, pues casi todos lo dan como favorito, es casi imposible que pueda perder su título. Líder absoluto del ranking mundial con 2 853 puntos ELO, una sola derrota y cuatro sonrisas en 21 partidas, en los enfrentamientos directos con Karjakin.
Este año el trebejista nórdico ha rendido su rey solo en cinco ocasiones, un ejemplo de su estabilidad si observamos que siempre juega en eventos del más alto nivel. Su rey cayó ante Alexander Grischuk (par de veces), Hikaru Nakamura, Anish Giri y Levon Aronian.
La confianza de un deportista es importante
Karjakin ha declarado que responderá como nadie al mejor exponente del juego ciencia. Contraataque ha sido la palabra por excelencia que ha utilizado. Nacido en Simferópol, Ucrania, a los 12 se convirtió en el Gran Maestro más joven del mundo, ese fue el inicio de lo que vendría después: Campeón del Planeta de Ajedrez Rápido, As Olímpico y ganador del Mundial de 2015.
Para quien aprendió a jugar con tan solo cinco años la perseverancia ha sido una constante en su vida, ejemplo de ello fue el entrenamiento de seis a siete horas diarias en la Escuela de Kramatorsk. Los pasatiempos de este genio transcurren entre deportes, cines y boleras.
Siete derrotas en 2016 archiva el ruso. Lo vencieron Pentala Harikrishna, Giri, Peter Svidler, Anand, Michael Adams, Liren Ding y Carlsen en julio en Bilbao.
¿Cómo andan las cosas?
Tras dos encuentros se mantiene la igualdad luego de la firma de par de armisticios. La jornada inicial del viernes culminó después de cuatro horas, donde el noruego con blancas planteó la inusual Apertura Trompowsky.
En el cotejo del sábado Karjakin seleccionó la Apertura Española, su favorita, con cambios de piezas importantes antes del lance 25. Este lunes volverán las acciones al Fulton Market de Manhattan. Quien primero consiga 6,5 unidades será el campeón. En caso de empate habrá encuentros semirrápidos (25 minutos), y si no es suficiente, le llegará el turno a los rápidos (cinco minutos).