Por Mariano Casco Peebles, especial para Trabajadores
Argentina conoció en septiembre el presupuesto del 2017, luego que el Poder Ejecutivo lo enviara al Congreso. La expectativa e impaciencia sobre el documento era grande, dado que es el primero elaborado por el presidente Mauricio Macri desde que asumió los destinos del país sureño en diciembre del 2015. La llamada “ley de leyes” define en buena medida a qué sectores se incentivará y a cuáles no. Debe ser aprobado por el Congreso Nacional para que tenga efectos en el año entrante.
La lectura del texto permite advertir que uno de los espacios más golpeados es el científico. Por eso, numerosos investigadores argentinos ven con preocupación los efectos que la drástica reducción tendrá sobre sus actividades. Para adentrarnos en la temática dialogamos con la Doctora Paula Andrea Lenguita, investigadora independiente del Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) y militante de la agrupación Científicos y Universitarios Autoconvocados (CYUA), quien nos dio su opinión sobre lo que está pasando.
¿Cuál es la situación de ciencia y tecnología en Argentina desde que asumió Macri hace casi un año?
Desde febrero de este año en el Estado hubo masivos despidos en casi todas las áreas. Aunque en nuestro sector no los hubo, sí detectamos retrasos en los ingresos a la Carrera de Investigador Científico y Tecnológico (CICYT). Fue esta lentitud en la entrada de los investigadores lo que caracterizó al 2016.
¿Cómo afectará al mundo científico argentino la reducción del dinero para el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (Mincyt)? ¿Cuáles son los sectores más perjudicados?
Analizando el presupuesto encontramos que de cada $100, $10 se destinan a servicios de deuda; mientras que a ciencia y tecnología solamente $1.3. Si en 2016 a nuestro sector se le dio el 0.71% del total, ahora se le dará el 0.59%. Esto contradice directamente las promesas electorales de Macri quien había dicho que aumentaría la partida presupuestaria para el ámbito científico para que llegara al 1.5% del total.
Estos números indican una disminución del 32.5% del dinero destinado al MINCYT. La reducción en becas doctorales y posdoctorales del CONICET será del 25%; en la Comisión Nacional de Energía Atómica (CONEA) del 8%, en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) del 18, 5%, y en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) del 17,1%, por mencionar los espacios más conocidos.
En la práctica concreta de los trabajadores de ciencia esto implica un desfinanciamiento de líneas de investigación, afecta los insumos para poder producir y para poder trabajar cotidianamente. En relación a las becas, afecta directamente la formación de recursos humanos de calidad y también limita futuros ingresos a la carrera de investigación.
Aparte de esta reducción, otra cuestión importante es que el artículo Nº 7 de la ley de presupuesto le da la facultad al Poder Ejecutivo de decidir sobre los ingresos a la Carrera de Investigador, afectando tajantemente la autarquía que el sistema científico venía teniendo.
¿Cuál está siendo la reacción de los científicos frente a esta situación?
Desde nuestra agrupación CYUA venimos denunciando el ajuste en ciencia y técnica. Hicimos una manifestación el 14 de octubre frente al Congreso llevando un petitorio, que ahora tiene 30 mil firmas, en el cual se solicita a los diputados que reconsideren esta situación al momento de la votación del presupuesto.
Después, el 20 de octubre participamos de la Comisión Legislativa dedicada a los temas de ciencia y tecnología junto con el INTA, el grupo Ciencia y Técnica Argentina (CYTA) e integrantes de la Facultad de Exactas de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Allí dimos la discusión sobre cómo afectará el ajuste a nuestro sector.
Y este jueves 27 de octubre a las 16:00 horas realizaremos una actividad nuevamente frente al Congreso junto a federaciones docentes, a la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), y a agrupamientos estudiantiles. La idea es discutir con la sociedad, reclamar frente al Parlamento y señalar la preocupación respecto del aval de los legisladores a un presupuesto que deja a la ciencia en una situación difícil.
