Por René Pérez Masola y Rodny Alcolea Olivares
Matthew y sus estragos son ya parte de la memoria colectiva. Queda a la vista mucho del destrozo causado. Se sabe del trabajo titánico que hay que hacer en la recuperación los próximos meses. Pero ya las palmas comienzan a retoñar.
La vida se reanima poco a poco en los poblados más afectados. Una lluvia inoportuna aparece por estos días. Llueve dentro de muchas casas todavía. Pero la confianza en la voluntad firme de la Revolución de no dejar a nadie desamparado ayuda a capear los amargos momentos.
También la solidaridad llegada de todos los rincones del país y el exterior acompaña a quienes hoy se levantan a fuerza de voluntad con la profunda convicción de superar las adversidades que la naturaleza puso en el camino.