Un desarrollo próspero y sostenible del país también será necesario con la ayuda de adultos mayores. En la medida en que los niveles de fecundidad continúen siendo bajos (desde hace 38 años los niveles se encuentran por debajo del reemplazo) y la esperanza de vida sea cada vez más elevada, debemos propiciarles una mejor y mayor participación en la sociedad.
Así lo afirmó el profesor Juan Carlos Alfonso Fraga, máster en ciencias, investigador y director del Centro de Estudios de Población y Desarrollo de la Oficina Nacional de Estadística e Información de Cuba durante la apertura del IX Congreso Nacional de Gerontología y Geriatría, que sesiona en el Palacio de Convenciones de La Habana hasta el 21 de octubre.
En la cita Alfonso Fraga argumentó sobre las características del actual contexto socio demográfico cubano. Al parecer, el país ha llegado a su nivel máximo de población, su desarrollo humano es alto, existe una elevada esperanza de vida y los niveles de mortalidad son bajos. Hoy día la población está en proceso creciente de envejecimiento.
El saldo negativo de la emigración incide pero no constituye la causa principal. Otro factor importante es el cambio, tamaño y funcionamiento de la familia, eje central de la sostenibilidad. La familia tiene otras funciones y un tamaño cada vez menor. Durante el encuentro se dio a conocer que la edad mediana es de 40, 7 años. Para un país como el nuestro está indicando una tendencia de poco crecimiento poblacional y de mayor envejecimiento.
El especialista también puntualizó que las estrategias y realización de políticas deben estar de acuerdo con las características de cada territorio en estudio, ya que no todos presentan los mismos niveles de envejecimiento. Actualmente mayores índices se encuentran en las provincias de Villa Clara, La Habana y Sancti Spíritus.
Respecto a lo económico Alfonso Fraga destacó que mientras los recursos económicos consumidos por los adultos mayores excedan los consumidos por los niños y jóvenes, tendremos una economía envejecida. “Ello implica una redistribución de los recursos con importantes implicaciones para los mercados de capitales, laborales y de productos, especialmente en lo concerniente a la atención de salud”.
La conceptualización del impuesto demográfico, referida al lento crecimiento de la fuerza laboral potencial en relación con la población dependiente es otro aspecto importante a tratar en la cita. “Cada vez seremos menos los que estaremos en condiciones de contribuir al incremento de la productividad en el país, por lo que el crecimiento económico se verá afectado paulatinamente y es un reto que el país debe asumir”, dijo el especialista.
Por ello, se trata de fomentar la incorporación de las mujeres al empleo y tomar en cuenta el desarrollo de servicios de apoyo al hogar y de cuidado, de modo tal que se facilite la conciliación entre el trabajo remunerado y el no remunerado que tiene lugar en la familia”, finalizó Alfonso Fraga, quien insistió en la necesidad de vincular cada vez más al adulto mayor a la participación familiar social y considerarlo un sujeto de derechos y no un objeto de atención.
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