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Centenares de pobladores de la oriental provincia de Granma rememoraron este lunes la primera guerra cubana por la independencia y contra la esclavitud, la cual comenzó en este sitio histórico del municipio de Manzanillo, el 10 de octubre de 1868.
Para rendir tributo a los iniciadores de la gesta, se efectuaron actos políticos en el Parque Nacional La Demajagua y en la primera plaza cubana de la Revolución, esta última en la ciudad de Bayamo, cuna de Carlos Manuel de Céspedes, líder de la mencionada contienda.
En esos escenarios, ambos con el título de Monumento Nacional, fueron reafirmados el espíritu patriótico de las generaciones actuales, y el compromiso de continuar construyendo el socialismo, para hacer realidad los sueños de los padres fundadores de la Patria.
Calixto Santiesteban, primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) en Manzanillo, destacó en La Demajagua que aquí Céspedes proclamó la independencia absoluta de la Mayor de las Antillas frente al yugo colonial español, y concedió la libertad a sus esclavos.
Añadió que este gesto, el más progresista de su tiempo, fue imitado por los demás hacendados presentes en el comienzo de la llamada Guerra Grande (1868-1878).
Efectuado junto a las ruinas del ingenio azucarero La Demajagua, el acto fue presidido por Federico Hernández, miembro del Comité Central del PCC y primer secretario de la organización en Granma.
La ceremonia comenzó con la colocación de una ofrenda floral, en nombre del pueblo de Cuba, ante las citadas ruinas.
En Bayamo, Víviam Infante, directora del museo Casa Natal de Céspedes, se refirió a las virtudes del héroe como conductor de pueblos, basado en una amplia formación cultural y al conocimiento esmerado de las realidades de su tiempo.
Precisó que el Padre de la Patria cubana fue terrateniente, abogado, pensador político, poeta, narrador, periodista, actor, ajedrecista y traductor.
Esta recordación comenzó con la colocación de ofrendas florales, en nombre del pueblo de Bayamo, ante los monumentos de Céspedes y Perucho Figueredo, este último autor del Himno Nacional y también líder de la epopeya iniciada hace 148 años.
La Plaza de la Revolución ubicada en la capital de Granma recibió ese nombre en octubre de 1868, tras resultar el primer sitio del país donde se firmó un acta de rendición de tropas españolas.
