Al definirse en manuales y documentos las cualidades de un bancario unos señalan que son 10, otros reducen el número a la mitad, pero lo cierto es que coinciden en la honestidad, la profesionalidad, la capacidad de servir, tener conocimientos y enfoque analítico, dominar las nuevas tecnologías, entre otros aspectos.
Y esas cualidades sin duda las reúne Gladys Izquierdo Hernández, una mujer que acumula 35 años en la profesión, 17 de ellos dedicados al sistema de Cadeca.
Se sabe que es bancaria en la forma de conducirse. Es visible en ella una persona respetable, elegante, distintiva, alguien que además inspira confianza. Cuando se le escucha hablar uno se convence de que lleva la profesión como condición de vida.
“Esta es una labor donde se maneja el capital de otros y se tiene la responsabilidad de controlarlo bien, además de atender con esmero al cliente, explicarle cada paso, pedirle cómo desea el dinero… porque es un servicio público”, comentó y a su vez reflexionó en voz alta. “Se está constantemente contando efectivos y esa actividad requiere de concentración y mucha estabilidad, porque en los bancos todo tiene que cuadrar”, afirmó convencida de las características del oficio.
Gladys llegó al sistema bancario por casualidad, o mejor dicho, por el buen ojo de un antiguo director del banco de su municipio que la vio desarrollarse en cuestiones de contabilidad y le propuso “plaza fija”. “Aquel ofrecimiento fue una tentación, en ese entonces era muy joven y solo había trabajado como contratada en otros sectores. Además, en mí pesó el respeto por la actividad, su tradición, su cultura, el misterio y la autoridad de la institución, que siempre impresionan. Sin pensarlo asumí el reto”, aseguró orgullosa de haber aprovechado la oportunidad y tomado esa decisión, que dice fue trascendental para su vida.
Quienes la conocen atestiguan que “ha trabajado siempre duro”, lo mismo como simple especialista que en los cargos que ha ocupado. Primero fue especialista de contabilidad en el Banco de Crédito y Comercio de Corralillo, luego igual cargo en el Banco Popular de Ahorro (BPA), después directora de una agencia de la sucursal de Sagua la Grande, más tarde al frente de todo el BPA de esa localidad, para posteriormente fundar en 1999 Cadeca en ese territorio que posee además una casa independiente en Isabela de Sagua.
“He recorrido casi todos los tipos de bancos y esa diversidad aporta una experiencia muy amplia de la actividad y de la profesionalidad y responsabilidad con que se debe asumir esta labor, que por suerte se ha mantenido con dignidad, incluso en los jóvenes que ingresan al sistema”, reconoció.
Dicen sus allegados que Gladys ha dedicado su vida a ese oficio, y ella asevera que la llena de orgullo porque lo considera de una ética especial y capaz de desarrollar constantemente capacidades.
“Este es un sector de dignidad, de personas honradas, de una cultura especial fundada durante décadas, donde constantemente tienes el deber de rendir informaciones que nunca pueden inventarse, y eso implica no mentir, ser impecable en cada operación, hacer bien cada protocolo del proceso”. Esta mujer ha sido cuadro destacada a nivel nacional en varias ocasiones y la casa de cambio que dirige sobresale entre las tres mejores de la provincia de Villa Clara.
En ella se resumen muchas personas que son expresión de la ética profesional del trabajador de este sector, que tiene entre sus postulados la alta calidad, responsabilidad y discreción, la obligación de rechazar todo aquello que no cumpla con la moral y la lealtad al cliente porque esta es una profesión que tiene la honradez por virtud.