En el silencio de la sabana emerge un sonido como de golpe seco contra la madera, semejante al picoteo del pájaro carpintero sobre la palma real; es más fuerte, rítmico y viene del marabuzal. Alguien vocea un nombre: ¡Carlos!, ¡Juan Carlos!, pero nadie responde. Al parecer, un hombre está desperdigado de la brigada y sigue su faena en solitario.
De repente, el grupo surge más allá; escucharon el llamado y cada uno por su parte viene a averiguar. Semejan guerreros salidos del campo de batalla; por armas llevan hachas y machetes, y enfrentan a un poderoso contrincante: el marabú, que en algunas partes tiene plantas que ya son árboles.
Una brigada de 23 hombres se afana por limpiar áreas que otrora fueron cañaverales del central 5 de Septiembre, de Cienfuegos. La UBPC El Diamante acaba de surgir con casi 2 mil hectáreas (ha), de las cuales solo 167 estaban sembradas, y se ha comprometido a ponerlas a producir nuevamente, en la medida que queden libres de la planta espinosa.
“Ni las hachas Bellota resisten el embate con el marabú”, aseguró Oswel Fundora, integrante de la brigada, mientras Alberto Moreno, al frente del colectivo, reconoce que hay que hacer un gran esfuerzo para desbrozar la maleza, pero es factible el propósito de que cada hombre limpie entre 1,5 y dos cordeles en cada jornada.
Víctor Méndez, presidente de la UBPC, explicó que hasta el 2020 irán compactando el área para lograr una mayor organización de las siembras y luego de la cosecha de la caña. Con esa brigada de macheteros y dos alzadoras que llevan adaptadas ruedas de hierro, limpian y recogen el marabú, y con personal movilizado hacen las siembras —ya tienen 170 ha—, velando por su calidad y después por su crecimiento.
Las áreas del 5 de Septiembre son las de mayor cantidad de marabú aún en la provincia de Cienfuegos, donde se ha emprendido un combate crucial contra la leñosa. Cuatro de las 10 UBPC de esta entidad lo desbrozan con sus propias fuerzas, igual cantidad ya ha limpiado la totalidad de sus terrenos, y el resto contrata a los macheteros, aunque solo en El Diamante quedarán suelos infestados al finalizar este año.
José Antonio Pérez, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores Azucareros, comentó a Trabajadores que el desbroce de marabú es una tarea ardua, pero que en esta, en las siembras y en la eliminación de áreas con menos de 30 toneladas por hectárea, está empeñado el futuro del crecimiento cañero-azucarero que demanda el país.
Sobre las alternativas que se ponen en práctica para agilizar y humanizar esas faenas, Amaury Subit Pérez, director de Atención a Productores (APA), de la empresa azucarera de Cienfuegos, explicó que en cada unidad empresarial trabajan dos alzadoras, se les empata un listón de acero (de hojas de muelles) a las hachas para evitar las amellas, y se priorizará la entrega de medios de trabajo a los macheteros. En las actuales condiciones la limpia manual es decisiva, pues no existen los buldóceres suficientes para acometerla dada la infestación que tienen los campos.
Dejar como nuevo el central
Antes de cada zafra se reparan las industrias con el objetivo de alcanzar molidas altas y estables. Las inversiones y reparaciones que se acometen en el 5 de Septiembre, de Cienfuegos, son las de mayor volumen del país, aunque ellas no tributen a un incremento de la capacidad de molida.
Leonel Leoni Torres, director de Industria, informó que esas labores se encuentran a más del 60 %, y que aunque resultan complejas, han contado con el suministro de recursos y el equipamiento para hacerlas.
El espíritu y consagración de los más de 100 trabajadores que se desempeñan en esas faenas fueron reconocidos por Gabriel Despaine, un experimentado puntista que por estos tiempos funge como jefe de la brigada de amianto y pintura, quien asegura que el ingenio comenzará a moler entre los primeros del país.
Por su parte, el mecánico Gustavo Chaviano, otro fundador, elogió la calidad de las reparaciones, que se ejecutan fundamentalmente en el montaje de las esteras 1 y 2 del basculador, una romana digital, los molinos y en la casa de calderas; mientras se hacen inversiones para el desmedulado del bagazo y el desareador (saca el oxígeno al agua que circula por el sistema). A todo eso se suman las obras inducidas que generan las propias labores de reparación.
Para la realización de estas tareas, los trabajadores del central reciben el apoyo de especialistas de las unidades empresariales de base de la industria azucarera, como es la de Servicios Industriales.
Tanto en el campo como en la industria hay un ajetreo que no respeta horas ni mal tiempo, porque los azucareros del 5 de Septiembre quieren celebrar este 13 de octubre con todas sus labores al día.