Matthew asoló una parte del oriente del país, pero lo que no pudo destruir fue la confianza de sus pobladores en el apoyo que la Revolución les brindaría para levantarse de entre los escombros.
“Lo perdimos todo, pero estamos vivos y seguros de que nos recuperaremos”, han sido expresiones repetidas por estos días, que reflejan la convicción de los damnificados en que, como siempre ha ocurrido, recibirán de las autoridades locales y nacionales toda la asistencia necesaria.
Y su sobrevivencia en medio de condiciones tan adversas fue posible gracias a una Defensa Civil que pone en primer lugar la protección de los seres humanos y cuyas acciones en esta ocasión fueron motivo de elogio por parte de la ONU..
No ocurre aquí como en otros lugares en que los gobernantes se limitan a decirles a los ciudadanos que huyan porque el huracán los puede matar. Contamos con bien estructurados planes de evacuación, que han evitado la pérdida de vidas y no solo han puesto a resguardo a los más vulnerables, sino les ha garantizado atención médica y alimentación.
Hemos sido testigos después del paso del huracán del rápido traslado de caravanas de vehículos hacia las zonas sinestradas, cargados de recursos materiales y de trabajadores de las más diversas especialidades, dispuestos a laborar donde sea necesario, sin límite de horario y por el tiempo que sea preciso para reconstruir carreteras, restablecer el fluido eléctrico y las comunicaciones, recuperar viviendas… y los resultados de tal esfuerzo ya se están palpando.
No sé si las agencias de prensa internacionales habrán difundido suficientemente otra medida profundamente humanitaria destinada a mitigar los efectos del huracán, porque es de admirar que una nación pequeña y bloqueada como la nuestra haya dispuesto que el presupuesto del Estado financie el 50% de los precios de los materiales de la construcción que se venderán a las personas cuyas viviendas presenten destrucción total o parcial y que los damnificados puedan solicitar créditos bancarios con menores tasas de interés y mayores plazos de pago. Y que en los casos de derrumbes totales de viviendas y techos, el presupuesto del Estado asuma el pago de los intereses.
Pero la ayuda va más allá: si las personas afectadas no tuviesen ingresos suficientes para acceder a créditos bancarios, tienen derecho de solicitar al Consejo de Defensa Municipal, subsidio o bonificación parcial o total con cargo al presupuesto del Estado.
Así actúa una Revolución que a lo largo de la historia ha demostrado que nunca deja atrás a los suyos, que hace más de medio siglo tuvo a un Fidel arriesgando su vida en medio de las inundaciones con tal de prestar ayuda a los damnificados del Flora , y que hoy cuenta con un Raúl que ha permanecido antes, durante y después del paso del Matthew al tanto en detalles de todo lo que debe hacerse.
Es ayuda demostrada con hechos, es compromiso renovado con el pueblo, con sus necesidades en momentos tan difíciles. Son las razones de la confianza que pueden sintetizarse en una imagen aérea captada en Maisí, en la que los damnificados desplegaron ante los que venían en su auxilio, un símbolo que nos une a todos: la bandera cubana.